La crisis en el manejo de la información en torno del proyecto Chapultepec se hace más evidente al paso de los días -y algunos funcionarios han elegido sus redes sociales "personales" para hacerle frente al tema sin salir muy bien librados-. Pero otra historia sucedió el pasado lunes cuando del director del proyecto, el artista Gabriel Orozco , señaló que los expertos que cuestionaron el proyecto estaban desinformados, esto a pesar de que al mismo tiempo reconoció que la presentación que hubo fue un acto simbólico. En una conversación en línea para el Festival Mextrópoli , Orozco le dijo al arquitecto Miquel Adrià que la presentación que las autoridades hicieron del proyecto, el pasado 9 de agosto, no fue más que un acto simbólico para mostrar cómo estaban trabajando, y agregó que era "ingenuo" pretender que en un sitio web iba a estar toda la información. ¿Por qué es ingenuo?, se preguntan muchos, cuando justo ese fue el compromiso: semanas antes, las autoridades anunciaron el lanzamiento de una página web con los detalles sobre el Plan Maestro, y justo en la presentación informaron que no era una sino dos páginas, con todos los pormenores. Entonces, ¿por qué decir que los cuestionamientos de parte de artistas, arquitectos y expertos en torno de Proyecto Chapultepec no son crítica sino "reacciones" debidas a "desinformación" o "infodemia”? Esa desinformación ¿está en los artistas, arquitectos, expertos o viene de las instituciones?, ¿será por eso que ayer Cultura madrugó a subir a las redes sociales el Directorio de Instituciones y Personas que Participan en el Proyecto "Chapultepec: Naturaleza y Cultura"?
También lee: A Chapultepec irá la cuarta parte de recursos de Cultura
Regreso de bailarines sin seguridad social
La directora del INBAL , Lucina Jiménez , insistió ayer, durante la inauguración de la muestra El París de Modigliani y sus contemporáneos, en el Palacio de Bellas Artes , que han hecho protocolos para un retorno seguro. Nos cuentan que esos protocolos siguen generando más inquietudes que confianza. Por ejemplo, en la Compañía Nacional de Danza , que volverá en dos fases. La primera inicia a finales de septiembre, cuando los bailarines podrán regresar a los salones de ensayo de manera voluntaria; pero quien no lo desee podrá continuar con sus clases virtuales. Esta medida ha dividido a la compañía; la mitad ya se anotó para volver y la otra mitad, no. Y es que, nos dicen, este formato plantea la firma de una carta con la que deben deslindar a la institución de un contagio. A partir del 5 de octubre todos los ensayos serán presenciales, en forma escalonada. El problema es que, con la Ley de Austeridad Republicana , la Compañía no tiene ya seguro de gastos médicos . Desde el año pasado, el INBAL les aumentó el sueldo a los bailarines para que pudieran pagar su propio seguro; además, los intérpretes estaban en proceso de crear una asociación civil para poder comprar un seguro más completo. Nos cuentan que los artistas están preocupados porque si acaso hubiera un contagio con complicaciones, el seguro podría ser insuficiente.
También lee: ¿Protocolos a conveniencia en el INBAL?