El poeta, narrador, ensayista, crítico literario y traductor español Luis Antonio de Villena (Madrid, 1951) es considerado uno de los últimos escritores underground de España, de un estilo tan singular que concentra la figura del dandi, del intelectual esteticista y aristócrata sin que se pierda en su obra literaria el hedonismo, la pasión por la belleza humana, el deseo, el amor y lo carnal, tal como lo explora en su novela La vida feliz de mis jóvenes ricos, que se ha publicado en México antes que en España.
Editada por la Universidad Veracruzana dentro de su colección Ficción —donde también le han publicado la antología poética En afán desmedido, que ofrece un panorama de más de 40 años de su poesía que es considerada una de las más singulares—, la novela de De Villena quiere ser una elegía sobre la juventud y el paso del tiempo que vive en la España de los años 70, aún en la dictadura del franquismo, con jóvenes ricos que se quieren comer al mundo pero se consumen en busca de la libertad individual.
En entrevista, el escritor y licenciado en Filología Románica que también tiene publicado en la Universidad Veracruzana el libro Iniciación a José Emilio Pacheco, que es un ensayo sobre la poesía del mexicano revisada por un poeta español, asegura que La vida feliz de mis jóvenes ricos es una novela muy lírica, “es una memoria y aunque tiene mucho de autobiográfico, también tiene mucho de ficción, de recuerdos de una etapa, de entre 1970 y 1979”.
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Hace varios años que ha comenzado a publicar sus memorias, ¿esta novela es autobiográfica?
Creo que casi todos los autores tienen un fondo autobiográfico, lo que pasa es que unos lo esconden más que otros, otros lo declaran más que otros, hay a quienes no les gusta la idea de que se diga que una novela es autobiográfica; hay escritores que dicen que sus novelas no son autobiográficas, pero, como los conozco, me doy cuenta que en el fondo es bastante autobiográfico; y es que la literatura se nutre de alguna manera de la vida del autor porque no puede ser de otro modo.
"La falta de cultura en los políticos de esa época no les permite darse cuenta de que la cultura no es un adorno, sino que es una cosa que constituye al ser humano”
¿No le teme a mostrarse en la literatura, a decir quién es en su vida privada y particular?
Es que la vida del autor que lleva a la literatura no es sólo su vida fáctica, sus amores y desamores, sus amistades, sus encuentros o desencuentros, porque además de eso están sus lecturas, sus amistades, su tradición cultural, lo que estudia, lo que ha trabajado, lo que le interesa, su conocimiento de la literatura y de la historia, entonces todo eso se va a mezclar y todo esa mezcla cuanto más grande, mejor; y es lo que realmente reproduce o se proyecta en el libro, se ejercita en verso, en prosa con el mayor cuidado y el mayor rigor posible.
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¿Hay en esta historia la vida cultural pero también la vida cotidiana?
A mí me gusta buscar la calidad y la excelencia, pero hay dos registros que a veces se dan mezclados, un registro que viene de la tradición clásica, con muchos elementos culturalistas, y también muchos elementos de la vida muy cotidiana, de la vida incluso de la calle, aspectos de vida muy marginal y con palabras y formas argóticas que implican esa marginalidad que dan otra imagen, la imagen de la alta cultura y también la vida de la calle. Yo soy parte de esa vida con gusto, nadie vive en una torre de marfil.
¿Es una novela de descubrimiento del arte, de la cultura y de la libertad sexual?
Esta novela es una memoria, cuando yo estaba al final de la universidad conocí a chicos y chicas, casualmente la mayoría eran jóvenes ricos, con un nivel económico muy bueno, pero eso de ‘la vida feliz’ es un poco irónico porque en la novela hay por lo menos cuatro suicidios, cuatro personas que vivían muy bien y buscaban la libertad individual como una cosa fundamental en el ser humano a través del sexo, del conocimiento, a través del placer, a través de ese mundo hedonista que se abre a la vida en todos sus sentidos.
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¿Buscan la libertad individual, pero no la colectiva aunque viven los últimos años de la dictadura franquista?
La libertad individual es la que luego produce la libertad colectiva y no al revés, la cultura forma pate de nuestra condición, en la medida que tengamos más cultura nos convertimos en seres humanos más humanos; la falta de cultura en los políticos de esa época no les permite darse cuenta de que la cultura no es un adorno, sino que es una cosa que constituye al ser humano, que lo forma, lo llena y forma parte de su propia humanidad.