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Igual que “Funes el memorioso” , en el cuento de Jorge Luis Borges, el escritor mexicano Gonzalo Celorio recupera de su memoria escritores y eventos alrededor de los libros y el pensamiento en los 20 textos que reúne en su nuevo libro “Mentideros de la memoria” , que en junio aparecerá publicado por Tusquets Editores, y en el que aparecen autores, amigos y mentores, como Juan José Arreola, Carlos Fuentes, Julio Cortázar, Juan Rulfo, Gabriel García Márquez, Sergio Fernández, Alfredo Bryce Echenique y el propio Jorge Luis Borges.
“El texto sobre Borges y Arreola forma parte de un libro que está a punto de publicarse por editorial Tusquets que llevará el nombre de ‘Mentideros de la memoria’ es un conjunto de 20 textos en donde hablo de muchos escritores, la gran parte de ellos hispanoamericanos, y les doy un tratamiento un tanto peculiar porque no es un libro estrictamente de ensayos, no es un libro de memoria, no es un libro anecdótico, no es un libro de ficción, pero es un libro de todo eso, de alguna manera”, asegura Gonzalo Celorio a EL UNIVERSAL.
En entrevista telefónica, el escritor, profesor universitario y director de la Academia Mexicana de la Lengua asegura que esta experimentación y confluencia de varios géneros le dio un resultado muy interesante y muy atractivo. Prueba de ello es el texto sobre Borges y Arreola, en el que no sólo recupera sus recuerdos sobre el encuentro de estos dos escritores en la Capilla Alfonsina y en el Alcázar del Castillo de Chapultepec, sino también su análisis sobre la literatura y la trascendencia literaria.
“Lo que yo quería decir es que entre Borges, que sí tiene una gran dimensión universal, y Arreola, que no ha traspasado las fronteras nacionales, hay muchos puntos en común, y lo más relevante es que ambos parten de textos literarios como referentes de su creación literaria; es decir, tienen como punto de partida obras literarias precedentes y en eso son muy similares, como lo son también en la perfección formal y en la brevedad de su escritura. Hay una gran selectividad y un gran rigor en la escritura de cada uno, y me parecía importante establecer está similitud porque creo que Arreola es un escritor que por su valía literaria debería tener un reconocimiento extra nacional como la tiene Borges”, afirma Celorio.
Y con ese ánimo avanzan los otros 19 textos de “Mentideros de la memoria”, un libro regido por los espacios donde la memoria de Gonzalo Celorio aflora, pero donde hay una gran dosis de ficcionalidad, porque uno no recuerda las cosas como objetivamente fueron, sumado a que este libro está a caballo entre el recuerdo y la ficción, entre el ensayo y el testimonio.
“La misma manera que en este texto hablo de Borges y Arreola, en otros textos hablo de Jaime Sabines, de Umberto Eco cuando vino a México; hablo de Sergio Fernández, tengo un par de textos muy largos sobre Julio Cortázar y la relación que pude privilegiadamente tener con él, aunque haya sido de manera muy fugaz, hablo mucho de Gabriel García Márquez, es un libro que abarca una muy buena cantidad de escritores que tuve el privilegio de conocer”, afirma Celorio.
Quien asegura que a veces sus textos están escritos en términos más académicos, más rigurosos y más ensayísticos, pero ahora quiso escribirlos de una manera más libre, sin que lleguen a ser un anecdotario porque sin duda tienen una condición ensayística reflexiva sobre estos autores, en particular sobre Juan Rulfo, aunque dice que no necesariamente habla solo de escritores.
“Hablo de algunos acontecimientos importantes en México como el Coloquio de Invierno que fue tan controvertido, hablo también mucho de la relación entre México y Colombia más allá de Gabriel García Márquez, hablo de literatura colombiana, de la relación con el narcotráfico y por consiguiente establezco un paralelismo también entre la literatura colombiana y la literatura mexicana, hablo del periodismo colombiano y del periodismo mexicano. Es un libro poliédrico, integrado por 20 textos distintos, es un libro curioso del que yo me siento contento”, asegura el autor de “Tres lindas cubanas”.
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En “Mentideros de la memoria” el punto de partida es la literatura y también sus escritores. Dice que en sus textos siempre está la obra por encima del escritor porque se concibe como un investigador y un ensayista, pero ahora mezcla la vida del escritor con su propia obra y habla también de estas relaciones tan privilegiadas que él ha tenido con algunos escritores a los que ha conocido y tratado.
Por ejemplo, está muy presente Alfredo Bryce Echenique, “hablo de los plagios que cometió y todo lo que eso me produjo de una manera dolorosa y crítica”, habla de muchos otros de los escritores que han ganado el Premios Juan Rulfo, y luego cuando ese premio dejó de ser Juan Rulfo; habla de Tomás Segovia, de Juan Goytisolo, “hablo mucho de Carlos Fuentes”. Es un libro que tiene muchísimas referencias literarias, todas tocadas por la relación personal, testimonial y vital, “por eso a veces, debo decir, puede ser un libro que tiene ciertas indiscreciones. Digo indiscreciones por no decir chismes”.
Celorio asegura que están en esos 20 ensayos que conforman el libro que saldrá el 1 de junio tanto en México como en España, temas que son muy controvertidos en términos sociales y en términos políticos como fue el Coloquio de Invierno organizado por la UNAM como respuesta el Coloquio que había organizado Octavio Paz, “hablo mucho de un escritor como José María Pérez Gay, hablo también de los diferentes efectos qué causó la revolución cubana en los escritores. Es un libro que tiene una referencialidad literaria, porque si la literatura es el gran referente de la realidad social, cultural y política, pues obviamente que también en este libro se incluyen factores que son tan importantes”.
Pero también están las instituciones por las que Gonzalo Celorio ha pasado a lo largo de su vida, y en las que aún sigue. Está muy presente la UNAM, la Facultad de Filosofía y Letras, la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, el Fondo de Cultura Económica, la Academia Mexicana de la Lenguas, “que son las instituciones a las que he tenido el privilegio de servir”, concluye.