Los bocetos y discos visuales de , los cuadernos intervenidos de Francisco Hernández, los dibujos de Fernando del Paso y Salvador Elizondo, las fotografías de Jorge Esquinca, las caricaturas realizadas por Carlos Fuentes y Augusto Monterroso, los cuadernos infantiles de José Emilio Pacheco y Rubén Bonifaz Nuño, los libros de artista de Carmen Boullosa, Kenia Cano y Myriam Moscona quienes emplean técnicas como el bordado y el collage, entre muchos otros ejemplos de experimentación plástica, conforman la exposición “Correspondencias. Diálogos entre la letra y la imagen”.

La nueva exposición que desde mañana se exhibirá en , reúne 77 obras de distintas técnicas plásticas de otros autores como Alberto Blanco, José Moreno Villa, Xavier Villaurrutia, Emiliano González Campos, Mario Heredia Cubillas, Francisco Magaña, que se complementan con retratos pintados al óleo de seis miembros de El Colegio Nacional: Alfonso Reyes, José Emilio Pacheco, Octavio Paz, Salvador Elizondo, Rubén Bonifaz Nuño y Fernando del Paso.

Escritores con voluntad plástica, en “Correspondencias. Diálogos entre la letra y la imagen”
Escritores con voluntad plástica, en “Correspondencias. Diálogos entre la letra y la imagen”

Boceto de Salvador Elizondo. Foto: Especial. 

“Es la correspondencia en el sentido que decía Baudelaire, por eso elegimos ese poema porque Baudelaire fue un gran artista visual, de hecho tiene varios autorretratos y dicen varios críticos que si se hubiera dedicado a la pintura hubiera sido un dibujante tan hábil como lo fue su amigo Manet, porque realmente Baudelaire perseguía el trazo preciso, exacto, a la manera de Edouard Manet”, señala Vicente Quirarte al hablar de esta muestra que él junto con Vicente Rojo idearon y que interrumpió la pandemia pero que finalmente se inaugura mañana a las 19:30 horas en la Sala de Exposiciones Temporales de El Colegio Nacional.

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En entrevista, Quirarte cuenta que cuando Fernando del Paso ingresó a El Colegio Nacional solicitaba que se le permitiera ejercer sus dos pasiones: la escritura y el dibujo, y en alguna ocasión dijo que escribir era como dibujar, puesto que al escribir estamos trazando en cada letra una aventura y esta relación entre la escritura y la pintura aparece mucho, por ejemplo, entre los cuadernos celebres de Salvador Elizondo que se ve desde su letra misma y en sus dibujos, “en sus cuadernos uno puede ver su escritura que se asemeja al arte cuneiforme de los antiguos babilonios, eso también establece esas correspondencias y este diálogo entre la imagen y la palabra”, afirma Quirarte.

También cita el caso de Octavio Paz, “están sus primeros trazos que después fueron recogidos por Vicente Rojo para los Discos visuales, pero la idea inicial aparece allí, los bocetos que Octavio Paz trazó para sus futuros discos visuales que Vicente Rojo llevó a la perfección y a la definición plástica”, señala.

Lo mismo dice de los cuadernos como un soporte en el que los escritores plasman ideas escritas y las visualizan. Por ejemplo, cita los cuadernos de Francisco Hernández, que, dice, son cuadernos intervenidos en donde él va anotando lo que le pasa cada día, y sin embargo esos cuadernos se convirtieron en obras de artes, porque interviene la voluntad del poeta y la mano de artistas plásticos muy reconocidos que intervienen la página, “en ese caso es una creación a varias manos y donde nuevamente aparece a relación entre la palabra y la imagen”.

Escritores con voluntad plástica, en “Correspondencias. Diálogos entre la letra y la imagen”
Escritores con voluntad plástica, en “Correspondencias. Diálogos entre la letra y la imagen”

Ilustración de Fernanado del Paso. Foto: Especial 

O el caso de Francisco Magaña, más conocido como poeta, incluso casi en su totalidad los escritores reunidos aquí en esta muestra son poetas y todos ellos, afirma Vicente Quirarte, ejercen el más exigente de los oficios, el de más altura, el de más síntesis, el más categórico y esto los lleva a pensar en el arte plástico como una expresión alterna y poderosa, que también requiere una gran concentración y hechura.

Pero sin duda también hay sorpresas como la edición que hizo Vicente Rojo, titulada “El niño José Emilio cumple 80 años” y que se trata de un libro fuera de comercio donde Vicente Rojo en compañía de Bárbara Jacobs trataron de rendir homenaje a su amigo José Emilio en un libro que reproduce los cuadernos infantiles y los dibujos iniciales de José Emilio Pacheco; “agradezco la generosidad de Cristina Pacheco al prestarnos esos originales, igualmente la de la hija de Fernando del Paso que facilitó varios dibujos de su padre”, apunta Quirarte.

O están los casos de Alberto Blanco, a quien conocemos como poeta y como artista plástico, o las imágenes fotográficas de Jorge Esquinca que “revelan a un artista muy educado, con una larga meditación sobre lo que observa o plasma en sus fotografías”; igual al caso Mario Heredia, “lo conocemos como gran novelista de largo aliento, pero aquí ofrece una serie de cuadernos donde se revela otra faceta de su actividad”.

Vicente Quirarte dice que hay otras sorpresas, como en el caso de Augusto Monterroso, más conocido por sus minificciones que intenta hacer varias caricaturas de sus autores predilectos, “es una caricatura naif, una caricatura que no aspira al profesionalismo ni a la academia, pero no quiere decir que no haya una gran voluntad de registrar a sus personajes con los cuales se siente identificado”.

“Tenemos escritores con voluntad plástica, ya sea la fotografía, el collage, la pintura, la costura, diversas manifestaciones. En todos los casos no se trata de un segundo oficio, o bueno sí, es un segundo oficio aunque la principal es la escritura, pero no quiere decir que no lo hagan con absoluta seriedad, de hecho hemos seleccionado materiales y autores que ejercen lo visual con gran seriedad y profunda pasión”, apunta el escritor y miembro de El Colegio Nacional y quien está a cargo de esta exposición.

Dice que se incluyen retratos al óleo de miembros de El Colegio Nacional, que no se han exhibido al público, está entre ellos el retrato de Alfonso Reyes pintado por Siqueiros, o el de Rubén Bonifaz por Arnaldo Cohen, “tanto los retratos de los autores hecho por pintores, como sus propias obras aparecen ahí, es el caso de Rubén Bonifaz que aparece su álbum infantil donde están figuras de barco que él pinto, y también aparecen sus famosas calaveras donde trazaba en una sola línea una calavera, ya en su edad adulta”, afirma Quirarte.

La muestra se complementa con una línea del tiempo donde se da cuenta de cómo la relación entre imagen y sonido ha estado presente desde tiempos inmemoriales, desde los antiguos mexicanos hasta nuestros días, y que está realizada por las curadoras de la exposición, Mónica López Velarde y Vivian Cárdenas; pero también con un diálogo que encabezará el propio Vicente Quirarte con diversos escritores que participan en el proyecto, a realizarse a las 18 horas, previo a la inauguración.

“Correspondencias. Diálogos entre la letra y la imagen” permanecerá abierta al público, con entrada libre y gratuita, del 22 de julio al 22 de octubre de 2022 en la Sala de Exposiciones Temporales de esta institución, ubicada en Donceles 104, Centro Histórico, Ciudad de México.

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