Jorge Volpi asegura que nuestra obsesión por reproducirnos a nosotros mismos en la ficción y por construir ficciones que le den sentido a nuestras vidas, ha generado que desde el origen de la vida, los seres humanos hayamos creado ficciones, tal es el argumento que el autor despliega en más de 700 páginas de su nueva obra "La invención de todas las cosas. Una historia de la ficción" (Alfaguara, 2024), el libro más ambicioso del narrador mexicano.
Tras casi 30 años dedicado a escribir ficciones, en géneros como cuentos novelas, ensayos, obras de teatro y guiones de cine, Volpi se ha volcado en los última 15 años a tratar de entender cómo funcionan estas ficciones y por qué los seres humanos estamos tan obsesionados con la ficción, desde que publicó "Leer la mente", un ensayo revelador, que considera el disparador de todas estas reflexiones.
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¿Es la historia de las ficciones?
Quise aventurarme a contar una historia global de la ficción desde los orígenes hasta nuestros días, entendiendo por ficción todas aquellas construcciones mentales, que los seres humanos nos hemos dado para darle sentido al mundo y a nosotros mismos, o sea, es una historia de cómo nos contamos historias o una historia de cómo los seres humanos imaginamos el universo y a nosotros mismos.
¿Quisiste contener las ficciones de la humanidad?
Han sido cuatro años de arduo trabajo, pero en realidad son 25 años de estar reflexionando sobre estos temas, es un libro que comienza con el Big Bang, como primera ficción, la ficción científica con la que imaginamos que comienzan todas las cosas, y luego va cronológicamente hasta nuestros días, observando ficciones de todo tipo, ficciones religiosas, míticas, filosóficas, científicas, sociales, políticas, artísticas, familiares, amorosas, tratando de observar al ser humano en su conjunto y cómo lo que nos hace humanos, lo que realmente nos diferencia de cualquier otra especie no es la inteligencia, ni la conciencia, que la tienen muchísimos otros animales, sino nuestra obsesión por reproducirnos a nosotros mismos en la ficción y por construir ficciones que le den sentido a nuestras vidas.
¿Somos todos una ficción?
Todos somos ficciones de nosotros mismos, primero porque tal vez neurológicamente el Yo es una ficción del cerebro necesaria para creer que tenemos control y coherencia, pero que en realidad es una ficción; y en segundo lugar, a partir de la construcción del Yo, de la memoria, recordamos y todo se va convirtiendo en ficciones que nos dan identidad, a partir de ahí las ficciones que nos hacen comunidad, también que nos distancian de los otros y nos llevan a enfrentarnos a otros grupos humanos.
¿Sorpresivo empezar a verte como una ficción?
Hay quienes creen que quien nos convierte en ficciones es Dios y hay quienes creemos, sobre todo a partir del pensamiento científico, que es la propia naturaleza humana la que necesita crear ficciones para convertirnos en seres humanos.
¿Ligamos ficción con literatura y arte, pero va más allá?
Desde las primeras pinturas rupestres, desde los primeros relatos que deben de haber tenido nuestros antepasados homínidos, nuestras ficciones seguramente nacen como en un performance primitivo, desde ahí y una vez que aprendimos a reproducir el mundo y a reproducirnos a nosotros como ficción, ya no paramos, estamos todo el tiempo obsesionados con ello, por supuesto, de ahí vendrán las grandes ficciones literarias, cuentos, novelas, poemas, ensayos, etcétera, las escénicas que tienen que ver con lo teatral, con lo dancístico, las musicales, que también son ficciones, hasta llegar a nuestra época, en donde probablemente nunca antes habíamos tenido la oportunidad de ser bombardeados tan constantemente por ficciones y de crear ficciones de manera tan sencilla como ocurre ahora que tenemos una computadora integrada a nuestros cuerpos.
¿También las ficciones están en la ciencia?
Un gran desarrollo de la humanidad es haber encontrado la manera de que las ficciones puedan convertirse en ficciones rigurosas que se acercan a hacer verdades transitorias. El centro del pensamiento científico, que comenzaría en la Grecia clásica, pero sobre todo a partir del Renacimiento y luego en los siglos siguientes, funciona a partir de construir una ficción llamada hipótesis y esa ficción funciona en tanto no haya observaciones, datos, que la desmientan, o sea, se mantiene transitoriamente como la verdad, en lo que no aparece una nueva descripción que resulta más eficaz para predecir el comportamiento posterior de algo, y eso es fascinante.
¿También hay ficciones sociales y políticas?
Claro, en lo político y en lo social también requerimos ficciones todo el tiempo para sentirnos parte de una comunidad, para creer que otros forman parte de la comunidad, para saber quiénes son amigos y quiénes son enemigos, para tener ficciones como la propiedad privada que hace que este vaso sea mío y solo mío. Y luego como esas ficciones por supuesto provocan realidad que podemos manipular.
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¿Estamos viendo una realidad tremenda y es también una ficción?
La democracia no deja de ser una ficción, o sea la ficción de que todos gobiernan por supuesto es una ficción porque sólo gobiernan unos cuantos, y, estamos en una época, y por eso también me parecía interesante la publicación del libro, que ha estado particularmente obsesionada, preocupada, inquieta, por la relación entre realidad y ficción, realidad y mentira, verdad y mentira, verdad y ficción, y de qué manera se relacionan todos tus conceptos, sobre todo en una época en la que constatamos que los políticos mienten todo el tiempo y que sus mentiras no importan para la construcción del relato social y eso hace que entonces de repente tengamos un cierto pánico.
¿En la historia de México este momento hay muchas ficciones?
No deja de parecerme terrible, lo escribo en mis artículos, por ejemplo, el poder judicial tiene una infinita cantidad de problemas, el área penal que es en la que yo me he dedicado a estudiar, no funciona en absoluto, lo terrible es estar frente a dos relatos de ficción y lo real es que en México no hay justicia.
¿Cómo afrontar que la sociedad es ficción?
Hay que tratar de acercarnos a un mundo en donde prevalezcan las mejores ficciones que hemos sido capaces de crear, las ficciones de igualdad, de equidad, de justicia, de libertad frente a las peores ficciones que hemos creado, exclusión, discriminación, abuso, autoritarismo.