De pianista en prostíbulos y cantinas a ícono de la música mexicana, así fue la carrera de Agustín Lara (1900, Veracruz).
El autor de 700 canciones, entre ellas “Farolito”, “Piensa en mí” y “Azul, logró fama internacional, fue buscado por Edith Piaf, Frank Sinatra y el entonces presidente de Francia Charles De Gaulle cuando visitó México, confirmando su estatus como representante de la cultura en México.
En octubre de 1970, Lara ingresó al hospital y tras 23 días de agonía perdió la vida el 6 de noviembre, hace 50 años. En un escueto parte médico se declaró que simplemente no volvió a recobrar el sentido.
María Félix, junto a Agustín Lara. Foto: EFE, archivo
Tal fue su grado de popularidad que su muerte logró convocar a una multitud de personas para despedirlo. Entre corretizas y pisotones en Avenida Juárez, despedidas desde las ventanas de los edificios y con lluvia de rosas por parte de los floristas de Chapultepec fue acompañado el féretro del compositor hasta la Rotonda de los Hombres Ilustres para su entierro.
Así cubrió EL UNIVERSAL la muerte del compositor Agustín Lara.
Agustín Lara ya sólo vive en sus canciones
7 de noviembre de 1970
El deceso ocurrió ayer a las 17.50 hs
Unas manos y una inspiración maravillosas que hicieron cantar a México entero, fueron arrebatadas ayer, para siempre, por la implacable Parca.
Agustín Lara, el poeta musical de la mujer, el inolvidable mexicano, falleció a las 17.50 horas en el cuarto 347 del Hospital Inglés.
Después de una agonía de 23 días, dejó de existir víctima de un paro cardiorrespiratorio, el cual fue provocado por una insuficiencia cardíaca y un enfisema pulmonar crónico.
En los momentos en que ocurrió la muerte del maestro, únicamente se encontraba a su lado el médico residente del Hospital Inglés, Raimundo Albarrán Carvajal, quien proporcionó el escueto parte médico.
El doctor Albarrán indicó que Agustín Lara no llegó a recobrar el conocimiento.
Ilustración: Hemeroteca El Universal
Debido a que el estado del compositor había registrado una leve mejoría, no estaba junto a su lecho la señora Rocío Durán, su esposa, quien también de inmediato fue informada.
Realizados los trámites respectivos, el cuerpo de Agustín Lara fue trasladado a la Agencia Gayosso, de Félix Cuevas, aproximadamente a las 19.10 horas. En ese lugar fue preparado convenientemente e introducido en un severo féretro color gris.
En la mencionada agencia no se instaló la capilla ardiente, sino que hubo una larga espera hasta que terminaron los preparativos en el teatro de la Sociedad de Autores y Compositores de México, dándose la orden de salida de Félix Cuevas a las 22.30 horas.
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La noticia sobre la muerte del músico poeta fue conocida en muy poco tiempo. Tanto en el Hospital Inglés como en la agencia de inhumaciones: miles de personas de todas las clases sociales se congregaron en las afueras para despedir a uno de los más grandes ídolos populares que ha tenido México.
Directivos de la Sociedad de Autores y Compositores, muchos actores y “su público”, cientos de hombres y mujeres de todas las edades, reflejaban en sus semblantes el dolor y la consternación que les había causado la muerte del más fecundo de los compositores mexicanos, fallecimiento que, no por esperado, dejaba de provocar el mayor de los sentimientos.
Ninguna mascarilla
El maestro Carlos Gómez Barrera expresó que el deseo de Agustín Lara fue siempre que el pueblo lo recordara en su mejor condición física. Debido a ello, como la larga enfermedad que sufrió dejó en todo su cuerpo grandes estragos se cumplirá su deseo y no se le sacó ninguna mascarilla de la cara, así como tampoco el molde de sus manos, que estaban muy deformadas por la artritis.
Foto: Fototeca El Universal
Por la misma causa no se llegó a efectuar el grandioso homenaje que se le iba a rendir en vida, lo que fue un ofrecimiento del Presidente Díaz Ordaz, pues se obtuvo la aceptación del musicopoeta, quien esperaba llegar a recuperarse.
Llanto popular por la muerte de Agustín Lara
Tlacotalpan, Ver., 6 de noviembre de 1970.- La gente salió a la calle y lloró esta tarde al llegar la noticia de que el maestro Agustín Lara había expirado tras una larga agonía.
El dolor conmovió a toda la población, en donde hasta última hora se creía que Lara iba a sobrevivir a esta crisis. Se le preparaba un festival que ahora será un homenaje póstumo a partir de mañana.
A las 18 horas de mañana los lugareños acudirán a una misa para orar por el descanso de su alma.
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En particular los habitantes de Tlacotalpan estaban al pendiente de cuanto ocurría al distinguido compositor.
“Ha sido un rudo golpe”, dijo el presidente municipal a EL UNIVERSAL esta noche al conocerse el deceso.
Foto: Hemeroteca El Universal
Descansarán sus restos en La Rotonda
Por Decreto del Presidente de la República, licenciado Gustavo Díaz Ordaz , los restos mortales del “Músico Poeta” Agustín Lara serán inhumados en la Rotonda de los Hombres Ilustres del Panteón Civil.
Valorizando el sentir del pueblo mexicano, el Presidente Díaz Ordaz así lo dispuso en cuanto se enteró de la muerte del músico poeta, y señala en el documento respectivo dictado al Departamento del Distrito Federal, que el maestro Lara es merecedor de tal póstumo homenaje, por méritos musicales.
Foto: Archivo El Universal
El ambiente de luto por la muerte del gran Agustín
Consternación en el ambiente por el fallecimiento del gran Agustín Lara.
Cierto que su deceso era esperado. Se sabía que ocurriría de un momento a otro. Pero cuando el medio artístico se enteró del fallecimiento, la noticia cayó como bomba.
Veintiún días estuvo hospitalizado el que fue gran compositor. Solamente la gran resistencia física de Lara, que no se creía en un hombre de la contextura de él, hizo que estuviese tantos días hospitalizado, sin recobrar el conocimiento.
Pero en algún momento tendría que venir el desenlace fatal y ello ocurrió ayer por la tarde. La gente del ambiente artístico lo siente como ninguna. Y es que para todos Agustín Lara ha sido un símbolo.
Entre lágrimas, flores y canciones, Agustín Lara entró a la inmortalidad
8 de noviembre de 1970
A nivel de mexicano preclaro y de ídolo amadísimo del pueblo, fue ayer, elevado el fecundo compositor Agustín Lara, al ser depositados sus restos mortales en su última morada.
La decisión de que fuese inhumado en la Rotonda de los Hombres Ilustres del Panteón Civil de Dolores , santuario en donde reposan los mejores hijos de la patria nuestra, originará que en forma perenne se halle en el sitial destinado a los elegidos.
Y el pueblo todo, que lo siguió de cerca o de lejos hasta darle el postrer adiós, 11 orando intensamente su ausencia corporal, sin duda alguna lo alojó para siempre en su corazón.
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La razón de este febril cariño de los mexicanos hacia el prodigioso artista resulta fácil de concretar:, se le evoca con amor; porque al amor cantó como nadie; se le admira con el más recio sentimiento nacionalista, porque también las más de sus melodías las inspiró la tierra nuestra; lo ubica intimamente cada persona en su ser, porque a cada una otorgó una herencia: incontables las hizo vibrar y en sus privaciones, en su destino infortunado o en su dolor.
Foto: Hemeroteca El Universal
Una imponente multitud se había congregado en el Panteón Civil de Dolores.
Grupos heterogéneos desesperadamente pugnaban por situarse lo más cerca posible del lugar en donde habría de ser colocado el ataúd: al lado del prominente funcionario público, el humilde obrero o el ama de casa; junto a una artista de renombre internacional, el ingenuo niño que se abría paso; tras el pariente que llora inconsolable, está una anciana que también aspira a tocar siquiera el oscuro ataúd.
En un estrado, a poca distancia de la que será la tumba se ha permitido la presencia de un grupo reducido de personas, como Salvador Novo .
Por todas las calzadas, en los espacios verdes, sobre los monumentos y los árboles hay gente que llora, que eleva una plegaria al cielo, que narra una anécdota emotiva o que lleva una flor para dejarla al compositor.
Pueblo y gobierno en el Postrer Homenaje
Pueblo y gobierno de México, unidos por un mismo sentimiento, rindieron ayer su postrer y emotivo homenaje al músico poeta Agustín Lara.
El escenario en el que se tributó el magno homenaje a quien supo, con su música, sublimar a la mujer, fue el Palacio de Bellas Artes , marco apropiado para quien hizo de su vida un dechado de inspiración.
Fue el licenciado Alfonso Corona del Rosal, jefe del Departamento del Distrito Federal, quien llevó la representación del gobierno de México.
El pueblo, por su parte, no pudo tener mejor representación: hombres, mujeres, niños, ancianos, todos ellos pertenecientes a las diferentes esferas sociales, se dieron cita en nuestro magno coliseo para rendir un tributo de admiración, cariño y respeto al hombre que supo brindar felicidad al pueblo a través de sus canciones.
Durante la noche desfilaron infinidad de personas con el único propósito de hacer presente su duelo ante el féretro que guardaba los restos del más grande de los compositores que ha dado México en el presente siglo.
Partió el cortejo fúnebre del local de los compositores a las 10.35 horas. Recorrieron las dos calles que hay entre el edificio de los compositores y el monumento a la Revolución, para dar vuelta por Plaza de la República y tomar luego la calle de Lafragua para entrar a Reforma y continuar después por la Avenida Juárez hasta llegar al Palacio de Bellas Artes.
Foto: Hemeroteca El Universal
Durante el trayecto la gente caminaba lentamente atrás del carruaje, mientras que una avanzada de motociclistas de la Dirección General de Tránsito abría paso al cortejo.
De todos los edificios salían personas que, respetuosas, contemplaban la escena. Infinidad de personas, voceadores y vendedores ambulantes en su mayoría, musitaban una oración.
Bellas Artes
El féretro fue colocado en uno de los descansos de la escalinata que conduce a la sala de espectáculos del Bellas Artes.
La primera guardia que se montó en este sitio la integraron Corona del Rosal, Rodolfo Echeverría, José Luis Martínez, Fernando Benítez, Mauricio Magdaleno, Salvador Novo, Pedro Vargas, Antonio Ibáñez, uno de los más íntimos amigos del desaparecido, y David Rodríguez, fiel secretario del músico poeta durante más de 25 años.
Foto: Fototeca El Universal
La segunda guardia fue la que montaron José Sabré Marroquin, Fernando Z. Maldonado, Ernesto Domínguez, Consuelito Velázquez , Vicente Garrido, Víctor Cordero, Blas Galindo, y los cuates Castillo.
Rumbo a Dolores
A las 12.30 horas partió el cortejo fúnebre de Bellas Artes rumbo al Panteón Civil de Dolores.
Tomó por la Avenida Juárez, entró a Reforma para continuar por Florencia y tomar luego la Avenida Chapultepec para llegar a Constituyentes y, finalmente, al cementerio.
A lo largo del camino se repitieron las manifestaciones de duelo y el sentimiento popular se puso de manifiesto. En algunos de los edificios se veían crespones de luto, muchas personas se unieron al cortejo y otras más decían el postrer adiós con el pañuelo blanco que después enjugaría una furtiva lágrima.
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Cuando el cortejo fúnebre llegó a la glorieta de “Las Flores”, en Chapultepec, los locatarios arrojaron infinidad de flores al paso de la carroza.
Muchos de los que se encontraban en ese lugar arrojaron rosas al paso del cortejo, al mismo tiempo que entonaban “Rosa, la más hermosa”...
En el Panteón de Dolores una multitud esperaba la llegada del cortejo fúnebre.
Adiós papá
Un pequeñuelo que viste ropa modesta, de tez morena, ojos conmovedoramente tristes, que se resiste a pronunciar palabra alguna, desesperadamente desea estar junto al féretro: Se trata de Agustín Lara Lárraga, el hijo del musicopoeta.
En forma insistente se le ruega que hable para la televisión, pero él permanece anonadado, estático, como queriendo sólo desentrañar el misterio de la vida y la muerte.
El redactor de EL UNIVERSAL lo acaricia con ternura y le pide que manifieste sus sentimientos, sabiendo que con ello podrá desahogarse y salir de su confusión y de su dolor de niño.
El pequeño por fin dice, con la voz entrecortada: “Ha muerto papá. Quiero decirle adiós”.
Foto: Hemeroteca El Universal
Al preguntarle si lo puedo ver mientras estuvo internado en el sanatorio, dice con voz muy suave: “Solo de lejitos, porque me dijeron que no se le podía ver de cerca”.
“¿Podré echarle un poquito de tierra y dejarle una flor?”. Se escucha un reclamo y se le abre paso para que llegue a la orilla de la tumba.
Mujer, rosa, azul
Cuando el féretro va ya iniciando su final destino, un hombre llora amargamente: es el cantante René Vilurenza, que vino apuradamente desde Los Ángeles para asistir al sepelio.
Se escucha “Mujer”, “Rosa” y se continúa con “Azul”. Cantan con pasión, con sentimiento: Eduardo Solís, Pedro Vargas, Amalia Mendoza, Salvador García, Consuelito Velázquez, Carlos Montenegro y otros.
¡Agustín no ha muerto! Exclaman los dolientes
El Panteón de Dolores fue testigo ayer al mediodía del cariño que el pueblo de México tuvo por el gran compositor Agustín Lara, cuando en multitud acudió para despedirlo.
Desde las 12 horas grupos de personas llegaron hasta las puertas del cementerio, pero se encontraron con que no podían pasar al interior.
Se trataba de que lo hicieran en orden, pero a pesar de que los coordinadores de la Dirección de Acción Social del Departamento del Distrito Federal, desplegaron actividad, no se consiguió tal cosa.
Foto: Hemeroteca El Universal
A las 12.45 horas llegó una ambulancia de la Cruz Roja y fue abierta la entrada de acceso de vehículos, momento que aprovechó la gente para penetrar al panteón. Lo hicieron en avalancha y eso provocó que algunas personas se cayeran y recibieran fuertes golpes y pisotones.
Se volvió a cerrar y los coordinadores de Acción Social comunicaron a las personas que se quedaron afuera y que materialmente invadieron el frente de ese cementerio y parte de la avenida Constituyentes, dificultando el paso de los carros, que se les iba a permitir entrar sólo que sé les suplicaba que lo hicieran con el debido orden.
Llega el cortejo
Eran las 13.15 horas cuando el cortejo fúnebre llegó al Panteón de Dolores. Las personas se apretujaban unas con otras en su deseo por estar cerca del ataúd. Se escucharon varios aplausos y algunas voces que decían: “Agustín Lara no ha muerto”.
fjb