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Indiferente, apenas atravesada por los murmullos de los transeúntes y el lejano sonido de algún organillero, lucía, ayer, la calle frente a la fachada de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN); hasta que de pronto se oyó una tambora, una guitarra y un acordeón, acompañados por las voces de varias mujeres, quienes entonaron un corrido lleno de indignación, que en su coro gritaba: “La justicia tiene caras. No te hagas que no entiendes/ Estas viendo y no ves la mentira que es…”
Eran las integrantes del grupo musical Invasorix que, tras sus antifaces rosas con cruces en los ojos, cantaban los casos de feminicidio de la abogada Lima Buendía, Lesvy Berlín y muchas otras, en los que las instituciones pusieron trabas para perpetuar su impunidad, a pesar de las luchas, que persisten: “Nos quitaron la fuerza, nosotras la recuperamos/ aliadas trabajamos, de la mano caminamos/ si tocan a una, nos les vamos todas juntas…”.
Fue esta la acción artística que acompañó a la tercera sala pública del proyecto Estado de Emergencia, coordinado por la artista Lorena Wolffer para el Centro Nacional de las Artes y el Centro de Cultura Digital, para hacer visible la violencia de género en la CDMX, a través de la resignificación de los lugares donde han sucedido feminicidios en la CDMX y los edificios de las instancias que deberían atenderlos, para volverlos sitios de resiliencia y resistencia política.
Estuvieron la activista Lulú Barrera, del colectivo Luchadoras; la abogada Andrea Medina, especialista en casos de violencia de género; la historiadora chilena Soledad Novoa; y la investigadora de EU Jennifer Tyburczy, como moderadora.
Lulú Barrera denunció que la justicia se encuentra lejana, que se esconde tras un aparato “kafkiano”, donde las afectadas se encuentran ante la dificultad de tener que entender todo el aparato burocrático para que se les atienda, por lo que han tenido que organizarse para obtener respuesta.
“Si la maquinaria se ha movido es por el movimiento de las mujeres y no por su propia voluntad”, afirmó la activista.
A esto, Soledad Novoa dijo que “cuando nos enfrentamos a las instituciones no sólo es violencia simbólica, sino real y concreta. Funcionarios y funcionarias que no prestan la asistencia y no cumplen con sus obligaciones son agresores.”
Ante la reciente propuesta para que la Corte declare Emergencia Nacional ante el incremento de feminicidios en el país, Andrea Medina dijo que, de llegarse a aprobar, sólo tendría en un principio repercusiones políticas que serían más funcionales si se vieran en la realidad cotidiana. “La Corte todavía tiene una deuda con todas nosotras de exigir que realmente haya justicia y que no se justifiquen como suicidios los asesinatos que comenten hombres contra mujeres”.
Hoy se llevará a cabo la última sala de diálogo de Estado de Emergencia, a las 12 horas, en las inmediaciones de la Procuraduría General de Justicia, para continuar con la visibilización y discusión de este urgente problema nacional.