De adolescente, Roger Bartra , no era del todo consciente de su circunstancia política, luego se dio cuenta que su vida estaba profundamente marcada por el exilio de sus padres, catalanes, “el ser hijo del exilio español, del exilio republicano, es un sello que yo llevo con mucho orgullo y que me ha impulsado a meterme en la política, primero en las versiones bastantes radicales de la izquierda y del partido comunista y después de una larga trayectoria, como reformista y socialdemócrata que soy hoy”, asegura el antropólogo, sociólogo y académico, quien reconoce que los tres ejes que marcan su vida, y acaso su obra, son “ser tratado como extranjero, una obsesión por la verdad y la rebeldía”.
Desde esos tres hilos, pero también desde la certeza de que ha sido muchos Bartra: el Bartra arqueólogo, el Bartra neurólogo, el Bartra agrarista, el Bartra que se dedica a los mitos, Roger Bartra escribió su libro "Mutaciones. Autobiografía intelectual" (Debate, 2022) con el que acaba de celebrar sus 80 años —el pasado 7 de noviembre— y que se enmarca en su llamado público a los mexicanos para participar en la marcha en defensa del INE porque “se ha extendido la sensación de peligro, de urgencia, de que hay una situación anómala, dañina y peligrosa”.
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Ese llamado también ha generado que el intelectual (Ciudad de México, 1942), investigador de la UNAM y autor de libros fundamentales para entender el México contemporáneo, como " La jaula de la melancolía" y "Regreso a la jaula", sea de nueva cuenta objeto de las descalificaciones del presidente Andrés Manuel López Obrador . Esas “patadas de ahogado” como las define Bartra, le reconfirman que en Palacio Nacional hay temor de perder las elecciones presidenciales de 2024.
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¿Haciendo su autobiografía intelectual ha sido congruente, aunque interesado en muchos temas?
A veces me hacían sentir que era yo un incongruente. Cuando me metí a los territorios de la neurociencia, pues sí algunos científicos me veían como un intruso incongruente y molesto. Por supuesto otros no. Y así sucesivamente, cuando me metí a escribir historia, unos historiadores me veían como un extraño que se había metido en su territorio, que no estaba formado como historiador; en la academia estos saltos no son muy bienvenidos ni son muy comunes tampoco. Al final conmigo se acostumbraron, y el espacio donde he trabajado los últimos 50 años, que es la UNAM, es un espacio muy libre, muy abierto, muy tolerante. La UNAM tiene un lado caótico porque es un reflejo del país, sin embargo, uno se siente un poco libre.
¿Hay varios Bartra, pero en conjunto son sólo dos, el Batra posmoderno y el Bartra posmexicano?
Cuando inicié está autobiografía me di cuenta que había varios Bartras, uno tras otro, y que eran otros múltiples, aunque desde luego hay un flujo continuo, es la misma conciencia, la misma persona, pero diferentes personas. Yo me tracé que había un Bartra posmexicano y un Bartra posmoderno, para ellos decidí abordarme a mí mismo a través de cartas y de entrevistas, porque eso daba una distancia y podía yo ver cuán diferente era ese Bartra del Bartra actual y dialogar o discutir con él, bromear un poco también, porque en el libro hay una veta de ironía constante. Esa situación múltiple, muy peculiar, ha caracterizado mi vida, y me interesaba entender qué unía todo esto.
¿Extranjero, revolucionario y demócrata?
Mi trayectoria ha transcurrido esencialmente en México, aunque he viajado mucho, en este país donde nací y en donde me he sentido extranjero, aunque me he sentido extranjero en todos lados; más bien me han tratado como extranjero. Yo me siento perfectamente cómodo en este país, cuando he vivido en Francia, en España, en Estados Unidos también me he sentido perfectamente cómodo porque me gusta ser extranjero, una especie de extraterrestre y he seguido una pulsión del país, sobre todo lo que me apasionó cuando descubrí el valor de la democracia, no como una cosa circunstancial sino sustancial, en Venezuela; esa fue la pasión que sustituyó mi primera pasión por la revolución, que tampoco era muy fuerte en realidad porque era muy evidente en México que la revolución era un mito anquilosado. Y lo acabé sustituyendo por este ideal democrático que nunca se alcanza plenamente, pero cuando llegó la transición a finales del siglo XX me he sentido cada vez más en mi país, siento algo que pocos mexicanos sienten: orgullo por la transición democrática, orgullo porque logramos transitar pacíficamente.
¿Una constante en usted diría que es la rebeldía, la crítica, el cuestionamiento?
Eso existe, yo también veo una constancia política, aunque cambié, de adolescente tenía aspiraciones guerrilleras absurdas, como un delirio, hasta llegar a lo que soy hoy, un socialdemócrata; en ese trayecto pues hay una línea continua, es un permanecer dentro del espacio de la izquierda y una congruencia en no haber aceptado nunca formar parte o trabajar para el gobierno, así que la crítica permanente, eso tengo la suerte de verlo y eso me alegra mucho.
¿El Bartra posmexicano es el intelectual crítico de la actualidad?
En la medida en que sigo todo un hilo de lo que he llamado el Bartra posmexicano, que es el Bartra crítico y defensor de la democracia, etcétera, llego a este momento, a estos días en que estamos viviendo esa amenaza contra la democracia. Yo creo que por eso diferentes sectores de la sociedad se han levantado y están inquietos y han aceptado marchar en defensa de la democracia el próximo domingo, yo creo que se ha extendido la inquietud, la sensación de peligro, de urgencia, de que hay una situación anómala, dañina y peligrosa. A mí me queda claro que ese daño proviene básicamente de la cultura política priista, nacionalista, revolucionaria que ha impregnado desde luego al gobierno y desde luego al viejo partido, el PRI .
¿El presidente tiene una fascinación por regresar al pasado, incluido el retorno del viejo PRI?
Si la situación es peligrosa es justamente porque este viejo partido autoritario y corrupto está aliándose, o amenazando con aliarse, con el gobierno, como ya lo hizo para favorecer la militarización. Esto es lo que ha generado esta sensación de intranquilidad, porque efectivamente los cambios constitucionales son perfectamente posibles si la cúpula del PRI ordena a sus diputados y senadores apoyar esta contrarreforma electoral que es verdaderamente siniestra, entonces ahí sí hay un sentido de urgencia, genera cierta confusión el hecho de que el PRI, que está ahora supuestamente en la oposición, se alíe al gobierno para abrir las puertas a esta amenaza terrible.
Eso genera mucha tensión, pero genera mucha confusión también porque el PRI se manejó durante un tiempo como parte de una coalición de oposición y crítico, pero súbitamente todo cambió porque le sacaron aparentemente trapos sucios al dirigente del PRI, y pues se rindió súbitamente y decidió cambiar todo el discurso con tal de salvar la piel. Bueno, es lamentable, pero eso genera confusión, porque vuelve difusos los linderos de lo que es la oposición y lo que es el gobierno.
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¿El presidente determina la reforma electoral desde las mañaneras?
El propio Presidente contribuye a aumentar esta confusión con todo este embrollo de sus mañaneras, donde confunde todo con todo y lo reduce a bloques imaginarios, toda esa multiplicidad de las sociedades metida en un solo saco que es fácil golpear porque nos pone una etiqueta y listo, lo mismo hace con los científicos, con los intelectuales, con los periodistas, etcétera; entonces, la situación es verdaderamente peligrosa y de urgencia por eso yo decidí contribuir y hacer un llamado a los ciudadanos y a las ciudadanas a que participen en esta marcha.
¿Perderemos mucho si no defendemos a la institución que cuida la democracia?
La noción de democracia es un poco abstracta, igual que los beneficios que aporta, con esos beneficios la gente no come; si tiene hambre, si está en la miseria, la democracia no le sirve de nada, y es fácil que pierda el sentido de la urgencia política, porque le parece más urgente el problema de la miseria que asedia a tanta gente o el problema de la inseguridad, esos son males tangibles. Que desaparezca la democracia a mucha gente no le parece tan terrible, una gran parte porque no ha vivido, no tiene una gran experiencia de vivir sin democracia, porque si la tuviese vería que es tan vital como tener suficiente dinero, suficientes ingresos para vivir y para llevar una vida saludable, creativa y productiva, tener trabajo. Luchamos por un ideal que a mucha gente le parece abstracto.
¿Para usted, la contrarreforma es porque AMLO y Morena temen perder las elecciones de 2024?
Eso se percibe, no solamente porque la experiencia en tiempos democráticos demuestra que la mayor parte de las veces que ha habido elecciones ha habido alternancia, o sea, que la alternancia es algo muy probable y que, por lo tanto, Morena fácilmente podría perder; además hay muchos indicadores que parecen decirnos que las posiciones del gobierno están entrando en una condición minoritaria, y eso es percibido en Palacio Nacional , hay temor de perder las próximas elecciones y por lo tanto han echado a andar esta maquinaria regresiva de querer fortalecer la intervención del gobierno en los temas electorales, en el sistema de control de las elecciones. Cuando se intenta volver al pasado, las cosas se estropean mucho y los actores políticos empiezan a dar patadas de ahogado porque temen perder y entonces les entra una furia y una obsesión por aferrarse a las estructuras gubernamentales y no soltarlas.
¿En quién confía?, ¿serán los jóvenes los que tendrán mayor peso para la alternancia?
Hay una situación que inspira mucho pesimismo porque la única alternativa para derrotar al autoritarismo de Morena y de López Obrador son los partidos de oposición, pero son pocos partidos y no inspiran mucha confianza y se han debilitado mucho por esta agresión del gobierno; no obstante no hay otra alternativa, no hay una ciudadanía de oposición que pueda ganar así nomás, tiene que haber partidos que se coaliguen y tiene que haber candidatos concretos que atraigan a la gente, y eso es el gran problema, ese es el nudo gordiano que hay que cortar. Para empezar porque hemos visto que la coalición funcionó muy bien en las elecciones intermedias para diputados y el partido oficial ahí retrocedió y perdió la mayoría calificada, eso fue tremendamente importante y eso es lo que generó este pánico de los sectores oficiales y de Palacio Nacional y el miedo a perder las próximas elecciones.
No han surgido nuevos partidos, todos los que están visibles son viejos partidos, pero entonces esos partidos que no son de fiar son los que nos pueden sacar de esta situación peligrosa, esa es la paradoja, es una paradoja como para ponerse pesimista porque estamos en manos de un sistema de partidos que no es precisamente maravilloso. Fuera de eso de momento no se ve ninguna alternativa.
¿Pero la situación no parece sencilla ante el PRI actual?
Desgraciadamente el sistema oficial y el Presidente operaron de tal manera que lograron intimidar y romper la coalición, la alianza, y separar al PRI. Estos son los azares de la política, pues todo esto durante los próximos dos años se va a complicar todavía mucho más y no sabemos qué es lo que va a salir y si realmente estas fuerzas, que yo creo que ya son mayoritarias de oposición, no sabemos si van a poder ser organizadas y atraídas por una opción diferente.
¿Ante este panorama de partidos viejos hay un Presidente con cada día más poder y más autoritario?
El priismo es en realidad un tumor maligno, se volvió un tumor maligno y se ha trasladado al gobierno y ha hecho metástasis ahí, entonces digamos que todo el sistema está contaminado, esa es la situación dramática, extremadamente peligrosa y no se ve una salida fácil. Organizar una marcha es relativamente fácil a pesar de la agresión que viene desde Palacio Nacional, pero organizar una alternativa mínimamente decente para el 24 es muy, pero muy, pero muy difícil. Yo no soy optimista, temo lo peor. Vamos a ver en las elecciones de Coahuila y del Estado de México qué es lo que sucede, ahí se va a ser un pequeño laboratorio de esta gran complicación que nos espera en el 24.
"Hay una situación que inspira mucho pesimismo: la única alternativa para derrotar al autoritarismo de Morena y de López Obrador son los partidos de oposición, pero son pocos y no inspiran mucha confianza; se han debilitado mucho por esta agresión del gobierno”
"Hay temor de perder las próximas elecciones y por lo tanto han echado a andar esta maquinaria regresiva de querer fortalecer la intervención"
EL LIBRO
Mutaciones. Autobiografía intelectual, de Roger Bartra, es publicado por Debate.
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