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Ayer concluyó el Festival Centroamérica Cuenta, el encuentro que por octavo año —sólo interrumpido por la pandemia— ha impulsado el escritor nicaragüense Sergio Ramírez, que hoy sigue en el exilio empujado por el gobierno de Daniel Ortega. Un festival con el que está absolutamente y que en esta ocasión se realizó en Guatemala de forma presencial pero sin dejar las transmisiones virtuales.
“Nacimos como un festival de conversaciones literarias y nos hemos ampliando hacia otras actividades efectivamente de la cultura y de la comunicación”, señala el novelista que celebra la literatura y el periodismo como las formas que tiene Centroamérica para contar su realidad. “Este año lanzamos Cuenta Centroamérica, que es la escritura de reportajes periodísticos sobre la ciudad de Guatemala”, afirma en entrevista Sergio Ramírez, desde Antigua, Guatemala.
¿Literatura y periodismo para contar las problemáticas?
Centroamérica está conectada a una realidad muy visible, que tiene que ver con anormalidades políticas, sociales y económicas. La literatura se alimenta de eso y por lo tanto son los temas que están en la agenda pública y los temas de la agenda pública están en la agenda de la literatura y las conversaciones sobre el oficio literario, porque cuando se habla del oficio literario se habla de los temas que están frente a los ojos de los escritores: la memoria histórica, la exploración de la realidad. La arqueología de la memoria, esos libros que están conectados a la oscuridad en que ha quedado la represión en América Latina, los desaparecidos, y los libros que se han escrito.
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¿Un territorio donde se ataca la libertad de expresión?
Por eso nos interesa tanto resaltar el papel de los periodistas y entrenar nuevos periodistas y nuevas formas de comunicación, hoy en día en Centroamérica la comunicación libre está bajo amenaza, bajo persecución tanto en Nicaragua como en El Salvador, son dos casos muy claros, todo el periodismo en Nicaragua se está haciendo ahora desde el exilio, no hay medios independientes que puedan funcionar dentro de Nicaragua, pero eso no quita que los periodistas estén siempre buscando a través de las redes sociales cómo entrar a comunicarse con la gente, a comunicar las informaciones que dentro de Nicaragua están vedadas; y lo mismo en El Salvador donde hay una persecución contra los medios independientes, especialmente contra el periódico El Faro, que está bajo la mira del régimen y eso es terrible para la prensa.
¿Literatura y ficción tienen la palabra?
Nos interesa la literatura de ficción, pero nos interesa también la literatura de realidad. La realidad política y la búsqueda de la democracia son centrales en Centroamérica. El periodismo que aspiramos que se haga y que queremos fortalecer es el que ocupa la literatura como arma, el periodismo narrativo que usa los procedimientos de la literatura para contar las historias reales que están ocurriendo. Nos interesa este relato de las realidades igual que nos interesa el relato que nos puede dar un cuento o una novela, al fin de cuentas la materia prima de ambos es la realidad.
¿Seguirán andando estos dos caminos?
Queremos repetir esta experiencia en los demás países donde el Festival vaya estar, el año próximo lo más probable es que lo tengamos en Panamá y después en la República Dominicana, esto es un festival itinerante, que va por distintos países, y vamos a repetir estas experiencias: los talleres de formación literaria, los talleres periodísticos, los reportajes de campo que podamos hacer en estos distintos países.
¿Se está haciendo la memoria de un territorio?
En el futuro vamos a reunir todos estos reportajes en libros, vamos a buscar el financiamiento para poder ponerlos en línea en formatos especiales y también poder editar libros con estos reportajes. Ahora reunimos la memoria grabándola a cada uno de los participantes, siempre tenemos participantes muy importantes en las letras latinoamericanas y entonces ahora estamos en ese proceso, de que cada uno nos deje testimonio de su participación, y de las experiencias que ha tenido participando en las mesas, de manera que en eso estamos.
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¿Cierran sin hacer ningún pronunciamiento?
Nosotros no acostumbramos a hacer pronunciamientos, yo creo que el pronunciamiento es el resumen de las mesas en que todos los escritores participan, y la memoria de su experiencia que cada uno nos pueda dejar. La mejor manera de pronunciarse son los debates que estamos transmitiendo a través de las redes y que el público está viendo directamente aquí en el festival.
¿Cómo se encuentra?
De salud muy bien, y en mi nueva situación de exilio, buscando cómo sobrellevarla, hay que adaptarse. Sigo escribiendo, en septiembre sale un nuevo libro mío de cuentos, publicado por Alfaguara, así que siempre seguimos en la brega. Mi biblioteca se quedó atrás, pero estoy haciéndome de nuevos libros.
“Centroamérica está conectada a una realidad muy visible, que tiene que ver con anormalidades políticas, sociales y económicas. La literatura se alimenta de eso”
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