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Los límites entre el marco conceptual de una pieza y su incidencia en la sociedad son cruzados en la instalación The Paradox of Personhood, resultado de una colaboración especial Worldcoin con FWB, y una de las obras más arriesgadas de la Feria Material de arte contemporáneo, que celebra su aniversario número 10 del 8 al 11 de febrero en Expo Reforma con la participación de más de 200 artistas.
En The Paradox of Personhood, una serie de escáneres oculares permiten comprobar que la propia identidad en el mundo virtual es la de un ser humano único, justo en el umbral de un tiempo que proyecta cambios radicales con el avance de la Inteligencia Artificial. El proyecto apela, además, al resguardo de la información y la privacidad. Ofrece un World ID y para formar parte de él hay que descargar la World App.
Detrás de los escáneres se exhiben los filtros de las lecturas oculares; 3 millones de personas han participado en el proyecto.
En una línea diferente, pero que también se vincula con el mundo digital está Joystick, de Madison Bycroft. Un videojuego con elementos oníricos que fue creado en colaboración con Ubisoft y Carreau Du Temple y que presenta la galería de Marsella SISSI club. Una pequeña serie de joysticks fue customizada por Bycroft; sólo hay tres copias disponibles del juego.
En el último piso de la feria, Avantgardo presenta Heaven Must Be Missing an Angel, instalación que se integra a una serie reciente sobre la idea de un avión que choca: hileras de asientos de aviones, una pantalla, turbinas, un esténcil con el nombre de la obra y un grupo vestido como sobrecargos que, en el concepto de la pieza, sobrevivió. “La pieza que tiene un lenguaje cinematográfico. Es romántica y ácida. El ángel es el avión que está en el cielo, desaparecido, pero es como una fiesta. Es difícil de nombrar, pero mi interés por los aviones tiene que ver con lo aspiracional y las metáforas con el cielo y los ángeles”, explica Avantgardo, en entrevista.
Un tema común recorre varias piezas expuestas en los stands. La galería 80 M2 Livia Benavides presenta, por ejemplo, una pieza del peruano Iosu Aramburu, en la que cuestiona, con impresiones láser sobre papel inspiradas en libros de texto, la forma cómo se cuenta la historia de la región andina. La galería Revolver, de Buenos Aires, Nueva York y Lima, presenta grafitis que José Carlos Martinat extrajo con un método particular de peeling y que aluden al tema migratorio. En la misma galería también está la pieza Nodo Albero, del poeta peruano Jorge Eduardo Eielson.
En Murmurs, de Los Ángeles, Rubén Ulises Rodríguez Montoya, quien radicó buena parte de su vida en El Paso, Texas, toma como punto de partida un par de nociones del imaginario mexicano —el nahual, la masculinidad, las tradiciones—, que deconstruye en sus esculturas. “Son monstruos que representan la violencia en comunidades”, dice el artista.
En la Charlie James Gallery, de Los Ángeles, se exhibe arte chicano hecho por Narsiso Martínez en formatos no convencionales: cajas de cartón y bolsas de papel.