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En la Segunda sección del Bosque de Chapultepec avanzan contra reloj las obras del Centro de Cultura Ambiental, uno de los espacios emblema del proyecto Chapultepec Naturaleza y Cultura que impulsa la presidencia de Andrés Manuel López Obrador .
De acuerdo con el contrato número Sedema 008-2021-OP, firmado con la constructora Melare S.A de C.V., con fecha de adjudicación del 26 de agosto de 2021, el 31 de diciembre era el día de terminación de la obra.
Sin embargo, ahora, de acuerdo con el arquitecto Rafael Ponce, del despacho Erre Q Erre —ganador del concurso para la obra y proyectista—, la fecha acordada para la conclusión de las obras es el 15 de marzo. Ese plazo nuevo, reconoce el arquitecto, en todo caso es corto para las etapas que faltan por desarrollar: el trabajo con la vegetación será el último y, por sus características, demandará más tiempo.
Es por razones administrativas que el recurso se tenía que ejercer en el calendario 2021. Después de que el equipo de Rafael Ponce y el ingeniero Juan Ansberto Cruz ganaron el concurso, desarrollaron el proyecto ejecutivo y después la Sedema (Secretaría de Medio Ambiente de la CDMX) abrió una convocatoria para la construcción donde resultó ganadora la constructora Melare.
“Es muy importante en el proyecto, al hablar de vegetación, que son especies vivas, no son tabiques que se pueden colocar aquí y allá, que se colocan y tan tan”: Rafael Ponce, Arquitecto.
Esos recursos eran, inicialmente, parte del presupuesto que la Cámara de Diputados asignó a Cultura para 2021, pero, como se recordará, año con año hasta una cuarta parte de los recursos de Cultura se han reasignado a la Ciudad, donde las secretarías de Obras y de Medio Ambiente llevan a cabo estos trabajos de infraestructura. Una de las obras más importantes es este Centro de Cultura Ambiental: para su construcción, el contrato con Melare fue de 235.9 millones, incluido el IVA; además de esa suma, por el proyecto ejecutivo se pagaron 10 millones. Contrasta que para el Museo de Arte Moderno, en 2021, dentro de proyecto Chapultepec Naturaleza y Cultura, se destinaron 50 millones, mientras que para el Centro de Cultura Ambiental, casi 250 millones.
Los tiempos para ver la obra
“La agenda está apretada”, admite en entrevista telefónica el arquitecto Rafael Ponce cuando se le pregunta por la fecha de entrega, 15 de marzo, y explica: “Es un periodo muy corto, la verdad. Yo creo personalmente que sí se va a tener que prolongar, considero que no va a estar listo para mediados de marzo, que se va a llevar un mes más, mínimo; sí es un reto muy fuerte que tiene la constructora. A lo mejor les pueden dar una extensión del contrato; eso no me corresponde a mí”.
Describe que el Centro de Cultura Ambiental será un espacio para promover una cultura ambiental a nivel ciudad y a nivel país, con talleres, exposiciones sobre cambio climático o de aprovechamiento de recursos naturales, con mucha participación ciudadana, con la idea de que por ejemplo las familias lleven a sus hijos y vean cómo se cultiva y crece un maguey. También habrá ahí una exposición permanente del proyecto Chapultepec Naturaleza y Cultura.
El Centro de Cultura Ambiental, que estará ubicado en la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec, sobre la Av. de los Compositores, entre los estacionamientos 1 y 2, articula cuatro elementos: jardines etnobotánicos, paseos bioculturales, tratamiento del agua y el Centro de Cultura Ambiental (pabellón), como tal. “Los cuatro se fusionan entre sí para generar una propuesta de paisajes referenciales, paisajes representativos de la Cuenca del Valle de México: pastizales, humedales, bosques templados y pedregales”.
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El 15 de septiembre la constructora inició las obras; lo más complejo será el trabajo de suelos y, sobre todo, la plantación para generar esos paisajes.
“Actualmente se trabaja en varios frentes: en la parte del pabellón ambiental (que es la superficie cubierta) se está colando la cimentación de esa superficie, son 2 mil metros cuadrados de superficie de construcción; en un segundo frente, hacia el perímetro del Lago Menor, se trabaja en los paseos del complejo, y ahí ya se demolieron caminos existentes; se está haciendo nivelación del terreno, de un andador principal que va de la fuente Xochipilli al Lago Menor”.
El pabellón —único inmueble que se construirá— está trazado, se colaron las primeras zapatas de cimentación, está hecha la excavación del resto de la estructura y se inició la cimentación.
¿Estará listo todo para el 15 de marzo?
—Pues lo veo muy difícil. Esperemos que no haya tanto retraso. Dependemos de la vegetación, que tengamos un buen tiempo para poder sembrarla, porque es muy importante en el proyecto, al hablar de vegetación, que son especies vivas, no son tabiques que se pueden colocar aquí y allá, que se colocan y tan tan. Dependemos de dos cosas: de que existan en el mercado y de que estemos en condiciones de la plantación. Es un reto muy grande que tiene la constructora.
¿Por qué tan poco tiempo?
—Creo que es porque son temas administrativos.
Eso ¿qué significa?
—Que no podemos ejercer el recurso más allá de marzo de 2022, porque es recurso de 2021.
Claves de vegetación y suelos
Alrededor del pabellón, el Centro de Cultura Ambiental tendrá andadores y vegetación. Esta vegetación, por una parte, será más de jardín etnobotánico y por otra agroecológica. El objetivo, para marzo, es que se vea ahí una reinterpretación de los paisajes de la Cuenca del Valle de México.
Hoy, reconoce el arquitecto, los suelos todavía no están en las condiciones necesarias para que reciban las plantas: “No están en condiciones de plantación; la plantación sería la última etapa; primero, específicamente en el área de lo que hoy es el estacionamiento, tenemos que quitar toda la capa de tezontle, que es una superficie dura; luego hacemos el mejoramiento de suelo, creamos las terrazas de cultivo, y preparamos el suelo. Después viene la propuesta de vegetación; sería la última etapa.
“En principio debe estar terminada antes del 15 de marzo. Por procedimiento constructivo y clima, se prevé que sea la última etapa. Coincide con un buen periodo: el inicio de la primavera”.
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Al preguntarle si los suelos estarán listos para un cultivo, dado que hoy hay tezontle y para que reciban plantas se requieren ciertos tiempos, responde:
“Traeremos tierra nueva vegetal, y la idea es que, conforme la puesta en operación de la zona agroecológica, los cultivos rotativos que tenemos en mente sean un programa aplicable a este espacio, para que la gente haga suyo el lugar, y que sean estos espacios como un huerto urbano; esto entra en otro panorama de mejoramiento del suelo. Nosotros empezaremos con las primeras especies y luego con estos cultivos rotativos, y lo que se genere a partir de la composta, va a regenerar más y a conformar un buen suelo para la vegetación.
A la entrada del estacionamiento 1 hoy se ve la gruesa cama de tezontle en el suelo, es de alrededor de 15 a 30 centímetros, detalla Rafael Ponce. Parte de ese tezontle se ocupará para rellenos del propio proyecto —unas calles que eran vehiculares ahora serán peatonales. “La idea es que, en la medida que se pueda se utilice en el sitio con la misión de tener una economía circular”.
Una vez que se retire ese tezontle, el área podrá ser cultivable. “En todo hay procesos, nuestra propuesta, y por eso creo que fue ganadora, es que ahí en esa zona hubiera cultivos bajos, plantas que requieren poco sustrato de suelo fértil; poco a poco, los cultivos rotativos irán enriqueciendo anualmente ese suelo”.
Para dar respuesta a varias preguntas sobre esta obra, se buscó información de la Sedema pero al cierre de esta edición la dependencia no había respondido a la petición.