Este sábado 6 de enero se cumplieron 50 años de la muerte del artista David Alfaro Siqueiros, una de las máximas figuras del arte mexicano, reconocimiento que no se refleja en su sepultura.
La tumba del muralista se encuentra cerrada al público, entre maleza, suciedad y olvido. Así fue como lo narró Alfonso Miranda, director del Museo Soumaya, en sus redes sociales, quien visitó este fin de semana el memorial ubicado en el Panteón Dolores, junto a Miriam Kaiser, reconocida gestora cultural.
“Entre tumbas en absoluto descuido y el paso del tiempo, sobre las hojas sin barrer y hierba caminamos hasta quedar de espaldas de la escultura de Armando Ortega realizada en la Tallera, matriz creativa, como monumento póstumo al prócer de la experimentación plástica. (...) Quité las hojas sobre la placa y con mi pañuelo la limpié. El trozo de algodón blanco pronto quedó marrón grisáceo. Saqué el móvil y tomé la imagen como testigo de memoria y denuncia”, fue como Miranda describió el estado de la tumba.
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En su testimonio, Miranda explica que surgió la idea de visitar la tumba de Siqueiros porque “no nos habían convidado a la ceremonia por los 50 años”. Por lo que tomaron la iniciativa de asistir a rendir homenaje al artista por su cuenta.
Siqueiros en el olvido
Si bien el director del Soumaya señala que el Panteón se veía en buen estado, les sorprendió saber que la Rotonda de las personas ilustres lleva dos años cerrada y caso aún más sorpresa a los especialistas que no se haya hecho una ceremonia para conmemorar el 50 aniversario luctuoso del artista que plasmó su obra en La Tallera, el Polyforum, Ciudad Universitaria, El Colegio de San Ildefonso, entre otros.
El pasado 3 de enero, en la columna Crimen y Castigo, este diario ya había señalado que el homenaje a David Alfaro Siqueiros organizado por la Secretaría de Cultura, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) era improvisado y pobre, pues aunque habrá actividades multidisciplinarias a lo largo del año, no hay ninguna edición conmemorativa ni una gran exposición, mucho menos una actualización sobre la situación en la que se encuentra una de las obras emblemáticas del artista: el Polyforum Cultural Siqueiros. Además, la conmemoración al artista se anunció de forma tardía, horas antes de que iniciara el fin de semana de año nuevo.
La tumba olvidada de David Alfaro Siqueiros
A continuación, el texto íntegro que publicó Alfonso Miranda en sus redes sociales, tras su visita a la tumba de Siqueiros:
Vaya experiencia...
La llama de la Patria se ha extinguido. Los símbolos importan y hoy Miriam Kaiser y un servidor nos preguntamos con tristeza porqué no nos habían convidado de la ceremonia por los 50 años del fallecimiento de David Alfaro Siqueiros.
Pronto reparé en que independientemente podríamos ir a presentar nuestros respetos al célebre artista. Nos dirigimos al Panteón de Dolores y nos encontramos con un hermosísimo arco floral (lo más lindo eran las mariposas laterales y el delicado trabajo del ancestral chapulín).
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Hace tiempo que no lo visitábamos y lo vimos muy cambiado con modernos velatorios y oficinas administrativas. Se acercó Don Isidro y ahí vino un revés al cálido día de invierno. "¡Uy no! La rotonda está cerrada. Lleva dos años así". Kaiser inquirió, "¿Pero no hubo ceremonia para el maestro Alfaro Siqueiros?". La contundente respuesta: "No". Ante nuestras caras de incredulidad y decepción, Don Isidrio tuvo compasión. "Los puedo llevar por atrás y así pueden estar cerca. Era el pintor, ¿verdad?". Entre tumbas en absoluto descuido y el paso del tiempo, sobre las hojas sin barrer y hierba caminamos hasta quedar de espaldas de la escultura de Armando Ortega realizada en la Tallera, matriz creativa, como monumento póstumo al prócer de la experimentación plástica. Las sombras proyectadas de Miriam y la mía sobre tumba y maleza nos consolaron. Decidimos rodear e ir a la puerta, cerrada con cadena y candado. Una pequeña barda era una decidida invitación a violentar el sacrosanto espacio de personajes ilustres, aquellas y aquellos que nos dieron Patria.
Sin ser ágil, di el brinco ilegal. Adrenalina siqueiriana... Fui directo al sitio que jamás lo había visto vacío y sin el característico fuego eterno. Llegué al maestro y mi primer pensamiento fue ofrecer disculpas por el olvido, la falta de acción y reelectura... la falta de madre y asombrarme con lo poco que nos conformamos. La inacción. Después agradecí legado y red de significantes históricos, estéticos y personales que me ha brindado. Quité las hojas sobre la placa y con mi pañuelo la limpié. El trozo de algodón blanco pronto quedó marrón grisáceo. Saqué el móvil y tomé la imagen como testigo de memoria y denuncia.
50 años y cómo no recordar los homenajes nacionales de nuestros muralistas por 25 años de su partida. Sin duda son tiempos distintos.
Alfaro Siqueiros, soldado-artista, crítico vehemente, de arrebatos y convicciones exacerbadas, nos lleva a la reflexión de su obra, de su tiempo, de nuestra obra y de nuestro tiempo.
50 años sin Alfaro Siqueiros.
Entre lo surreal, la tristeza, la confidencia... acudamos a la monumentalidad de nuestras herencias culturales. Marchemos la humanidad entera y construyamos puentes de entendimiento y sin duda mejores derroteros...
Larga vida a José de Jesús Alfaro Siqueiros, "David Alfaro Siqueiros".