Radiante, feliz, plena a sus 90 años cumplidos ayer, Elena Poniatowska, al centro del escenario de la sala principal del Palacio de Bellas Artes, abrió los brazos agradecida y bailó al ritmo de Las mañanitas, interpretadas por la Orquesta Escuela Carlos Chávez y cantadas por su familia, amigos y lectores, quienes celebraron en un coro de voces —unas más alto y otras más bajito— a la escritora y periodista que con su sonrisa de “dientitos de conejo” —como la describió su amiga María Teresa Priego— agradecía el homenaje nacional en su honor, por sus 90 años de vida.
Marta Lamas
Escritora feminista
“Gracias por lo que escribes, pero sobre todo por cómo eres y por la forma en que al atreverte a mostrar tus heridas nos ayudas a que miremos las nuestras”
“Gracias es una palabra muy bella y se las digo desde aquí, desde el fondo del corazón”, dijo Elena Poniatowska en un breve discurso al que siguieron Las mañanitas. Vestida toda de blanco (como viste desde hace varios meses), una Elena emocionada partió el pastel acompañada de sus nietas, Luna Hagerman y Carmen Haro. Agradeció a sus amigos que la acompañaron en Bellas Artes, pero también a sus amigos que ya se fueron.
“A Carlos Monsiváis, a José Emilio Pacheco, ellos debieron irse después. Estoy muy emocionada. Están también mi hijo mayor, Mane, mi hijo Felipe, Paula, mi única hija, todos mis nietos, y ustedes que también son mis nietos. Todos ustedes”, dijo Poniatowska, quien entró entre aplausos y vivas a la sala principal del Palacio de Bellas Artes, acompañada de sus tres hijos, de sus nietos, y donde fue saludada por el canciller Marcelo Ebrard y el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quienes se dieron cita en el homenaje, al que también asistieron Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México; Alejandra Frausto, secretaria de Cultura; Luisa María Alcalde, secretaria del Trabajo, y varios amigos: Graciela Iturbide, Jesús Ochoa, Héctor Vasconcelos y el obispo Raúl Vera.
Leer también: 90 años de la indispensable Poniatowska
Poniatowska (Francia, 19 de mayo de 1932), desde una butaca, en primera fila, vio a Antonio Lazcano, Blanche Prietrich, Ignacia Rodríguez La Nacha y Paula Mónaco leer fragmentos de sus obras. Disfrutó de la Orquesta Escuela Carlos Chávez interpretar el Valse, que Francis Poulenc escribió en su honor y que interpretó al piano Ángel Gabriel López. Bailó desde su asiento con la Conga del Fuego Nuevo, de Arturo Márquez; y 1, 2, 3, qué paso más chévere, de Rafael Ortiz.
La autora de La noche de Tlatelolco y Hasta no verte Jesús mío, la que se hizo periodista en 1953, la ganadora del Premio Cervantes en 2014, la Princesa Roja y también llamada Princesa de Jitomate , escuchó a los funcionarios de esta administración, tanto locales como federales, celebrarla y de paso hablar en su cumpleaños 90, de la 4T y de la gran transformación social del gobierno encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien no asistió al homenaje nacional “Elenísima. 90 años”, que organizó el gobierno de México.
Elena se dejó querer, pero no dejó de ser crítica. En medio de la emoción por la celebración se sumó al cuestionamiento por la desaparición de personas en México, situación que ha superado las 100 mil personas, así como por los feminicidios. Dijo que se deben escuchar a las madres que claman por sus hijos desaparecidos; pero también indicó que espera de su gobierno brinde protección para las mujeres, porque en México quienes más desaparecen son los campesinos, los pobres y las mujeres.
“Lo que yo sí espero de mi gobierno es la protección de las mujeres, sobre todo que ya no desaparezca la gente”, afirmó la escritora y periodista al término de su homenaje nacional en el Palacio de Bellas Artes. Luego de firmar varios libros, la escritora señaló que es terrible que siga habiendo desaparición de jóvenes, de estudiantes y de mujeres.
La autora de Tinísima indicó que en los periódicos aparecen muchos artículos “pero debería de haber como una campaña de todos nosotros para evitarlos (las desapariciones). Esto no es posible”, afirmó.
A la pregunta de si ha fallado el Estado, Elena dijo que “no ha apoyado finalmente, no se ha visto que apoye o que se preocupe”, pero tampoco se puede decir que no ha hecho nada, señaló, porque siempre ha habido grandes injusticias. “Cuando era joven me la vivía en la cárcel de Lecumberri, la cárcel preventiva, personalmente a mí me ayudó muchísimo oír relatos de vida, relatos de injusticias, relatos de mentiras también, todo eso fue un aprendizaje enorme, pero lo que yo sí espero de mi gobierno es la protección de las mujeres, sobre todo que ya no desaparezca la gente”, enfatizó.
Leer también: ¿Elena Poniatowska debió considerarse integrante del boom latinoamericano?
Elena, la de las causas sociales
María Teresa Priego y Marta Lamas hablaron de Elena Poniatowska, su admirada y querida amiga. “En estos tiempos, cuando la mayoría de las personas nos queremos mostrar sin grietas, sin fisuras, qué valor enorme tiene (Elena) de reconocer esos abismos. Elena se hace en voz alta las duras preguntas que algunos de nosotros también nos hemos formulado, ¿cómo se salva a un hijo?, ¿cómo se salva a un país? Elena duda de todo, no tiene certezas ni siquiera acerca de lo que significa su propia obra”, dijo Lamas.
María Teresa Priego le dijo que por ella se hizo más feminista y que su escritura es como un faro. La llamó “palabrera milagrosa”. Le dijo que “la polaquita educada en Francia se convirtió en la escritora más leída del país de desiertos y de trópicos, de pirámides y de cuartitos de azotea” un país con tantas luchas tan urgentes y tan dignas, “tú has estado en ellas, Elenita, tu escritura es como un faro, escuchaste y transmitiste las voces que la historia con mayúsculas excluye”.
La secretaria de Cultura le agradeció sus luminosos trazos hechos letra que han pintado a México. “Nos has dado tanto Elena, que hoy sólo te tocar gozar y recibir. Feliz cumpleaños”. Por su parte, la jefa de gobierno dijo que Elena es periodista, escritora y activista comprometida con la sociedad y con las causas nobles justas del pueblo de México; “estuvo en los momentos más difíciles con su presencia, con su aplomo y gallardía en el movimiento al que pertenecemos; allá en el Zócalo, en el Zócalo lleno junto a Monsiváis, dio testimonio del fraude electoral, nunca dudó. Jamás, eso sí, siempre franca, como debe ser” señaló.
Elena escuchó sonriente, feliz, apachada por sus hijos y nietos y por el pueblo de México.
María Teresa Priego
Escritora y periodista
“Elenita, tu escritura es como un faro, escuchaste y transmitiste las voces que la historia con mayúsculas excluye”
Suscríbete aquí para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión, planes para el fin de semana, Qatar 2022 y muchas opciones más.