Cuenta la escritora que le dijo un día a Sergio Ugalde:. La viuda del poeta que hoy hace justo un año murió de manera sorpresiva dejando a su familia y a sus amigos en la orfandad, dice que entre las cosas que más ama de “Davo”, como lo llama, es esa “sonrisa de serena alegría con la que regresaba de estar con su gente” y afirmaba: “Quiero mucho a mis amigos”.

“Le hubiera conmovido saber de qué forma extraordinaria es correspondido”, escribe Murguía en la presentación de Cuaderno de octubre, cuyo primer número ofrecemos de manera exclusiva para conmemorar el primer aniversario luctuoso del colaborador de EL UNIVERSAL. Material que saldrá en unos días, publicado con apoyo de más un centenar de sus amigos, y que contiene una primicia: “Tres poemas no coleccionados de David Huerta”: “Diálogo de la sílaba”, “Décima de la memoria” y “Alzheimer”, que aquí reproducimos y que dice: “Denso el espejo, el rostro fugitivo/ divide su fulgor de semejanza/ en árido terreno de acechanza/ y en un planeta del temor cautivo.”

Verónica Murguía afirma en entrevista que con Carlos Ulises Mata —uno de los amigos que impulsa el anuario— han tratado de ubicar en el tiempo estos tres poemas. “Yo creo que son de 2020, por ahí hay hojas manuscritas que me orientan un poco y también en su correo cuando enviaba cosas, he encontrado más o menos idea de cosas que le comenta a alguien, pero necesito un método, tiempo, y en este año no he tenido ni método ni tiempo, de lo que me he ocupado es de no morirme de tristeza”.

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David Huerta, retratado por Demián Flores en 2022. Imagen: Demián Flores
David Huerta, retratado por Demián Flores en 2022. Imagen: Demián Flores

En el anuario, que quiere ser el primero de varios números que cada año se publiquen para hacer una “indagación” sobre la obra del poeta traductor, ensayista, editor y periodista cultural fallecido el 3 de octubre de 2022, colaboran poetas, familia, amigos y editores procedentes de cuatro países, como Amelia de Paz, Jordi Doce y Antonio Carreira, tres españoles que han estudiado su poesía o lo han editado; están otros como Mark Schafer, Lázaro Tello, Sergio Ugalde, Subhro Bandopadhyay, Luis Vicente de Aguinaga, Alicia García Bergua, Fernando Fernández, Hérnán Bravo Varela y Jorge Esquinca.

Cuaderno de octubre toma el título de un libro del propio David: Cuaderno de noviembre (1976), además responde a un mes fundamental: nació el 8 de octubre de 1949 —el próximo domingo cumpliría 74 años— y murió el 3 de octubre.

Y es que el día que despidieron a David empezó a gestarse en varias cabezas la idea del Cuaderno, cuenta Mata: “Estábamos todos muy tristes, pero también atravesados por una especie de frenesí: queríamos contarnos las mil historias y recuerdos y lecciones propias que cada quien había compartido con David. Eso, creo, tuvo dos efectos: Descubrir que había infinidad de “Davides” desconocidos para cada quien, y sentir que teníamos la obligación de dejar constancia de eso”.

Mata cuenta que Murguía les pasó tres poemas, entre muchos más que ha localizado, y Sergio Ugalde les propuso comentar las cartas que David intercambió con Lezama Lima y que pertenecen a su archivo. “Empezamos a recibir propuestas de textos y encargamos otros, sobre todo los del ‘Diccionario davidiano’. Los amigos españoles que leyeron textos en un homenaje que se hizo en noviembre en Madrid —Amelia de Paz, Jordi Doce y Antonio Carreira— nos cedieron sus textos; recuperamos una conferencia preciosa que David hizo para la Cátedra Góngora. Hubo quienes mandaron textos memoriosos; seleccionamos algunos y les hicimos una sección. Otros amigos propusieron poemas: los incluimos y agregamos otros que habían salido días después de la muerte de David en revistas y suplementos, a fin de que el anuario funcione como archivo de testimonios”.

A Eugenia Huerta, hermana de David, le impresiona cómo han logrado reunir a tantos colaboradores de tan buen nivel y todos muy cercanos a David; “el Cuaderno va a ser un objeto de primera, no tengo idea si para algún otro escritor se haya hecho algo semejante, ni siquiera para Efraín. Lo que David reunía a su alrededor era muchísimo cariño, él era un hombre muy querido porque él quería mucho a sus amigos y a sus alumnos, era de un cariño desbordante”.

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Ella y su marido, Antonio Bolívar, cuñado de David, tienen a su cargo la edición del anuario, al leer los textos confirmaron que era un hombre rodeado de mucho amor y que se refleja en los textos. “Al leerlos no te queda más que llorar un rato. Cosas muy graciosas, tenía un gran sentido del humor, y era muy generoso, todo eso está reflejado”.

La meta del anuario en el que participan Emiliano Álvarez, Antonio Bolívar, Jorge Comensal, Emiliano Delgadillo, Mar Gámiz, Socorro Gutiérrez, Jorge Gutiérrez Reyna, Eugenia Huerta, Vero Murguía y Carlos Ulises Mata, es mantenerse activo. “Desde que lo creamos tomamos conciencia de que en ese nombre se incluye una promesa y un compromiso: sacar nuevos números en el futuro, uno por año y salir siempre en octubre”, dice Carlos Ulises Mata, quien afirma que la obra de David amerita y “resiste” una indagación “y que hacerlo no es sólo un deber a la memoria del amigo, es una ‘obligación’ cultural”.

Para Verónica, el anuario a David ha sido fortaleza: “Me ha reconfortado y me ha sostenido mucho darme cuenta que no soy la única que adoraba a David; hay una comunidad artística que lo extraña y piensa en su producción poética. Me ha sostenido en este año que ha sido el año más triste de mi vida”.

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