Irma Pineda Santiago, la poeta zapoteca que desde mayo de 2019 es representante del Foro Permanente Sobre Cuestiones Indígenas de la ONU, asegura que desafortunadamente en el tema indígena el Foro no es vinculante y las preocupaciones que plantean sólo pueden pasar a la Asamblea General desde donde la ONU hace recomendaciones a los estados miembros, sin embargo, aunque sólo emiten recomendaciones, ese trabajo ayuda a visibilizar las demandas y necesidades de los pueblos indígenas.
La autora de Naxiña' Rului' ladxe (Rojo Deseo) y Guie’ ni (La flor que se llevó), y que ha sido traducida al inglés, italiano, alemán, serbio, ruso y portugués, señala que al inicio de la administración les dieron la imagen de que se trataba de una nueva autoridad que estaba volteando a ver a los pueblos indígenas y esperaba que hubiera un mayor impulso en las políticas públicas, sin embargo “pasaron los meses y los años y nos dimos cuenta que esto se transformó en una política más bien indigenista. Me recuerda al trabajo del INI de los años 70, esta mirada indigenista y que de cierto modo se vuelve paternalista”.
¿Cuanto se ha podido lograr ante la ONU?
Un espacio como el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la ONU, que es donde estamos actualmente, ha sido un espacio importante para visibilizar algunos temas que nos preocupan como comunidades indígenas en México y en América Latina, pero también es muy complejo resolver algo en estas instancias porque desafortunadamente la ONU es un organismos que no es vinculante en muchas situaciones y en el tema indígena no lo es. No logramos tener la incidencia que quisiéramos, entonces lo que podemos hacer es llevar a estas instancias internacionales algunos temas que nos preocupan, por ejemplo, en este año hablamos de la propiedad intelectual, que es algo que ha estado atacando mucho a las comunidades indígenas; hablamos del tema de educación indígena, que en México aunque tenemos una Ley sobre la posibilidad de que las poblaciones indígenas tengan educación en su lengua, no se ha hecho efectivo.
¿Visibilizar sirve, ha llevado a políticas públicas?
Yo creo que sí, por ejemplo, en el tema de propiedad intelectual nos ayudó mucho que la Asamblea General lo retomara como uno de sus pronunciamientos para que en México también se pudiera avanzar con la Ley de Protección al Patrimonio Cultural. Sí, desde el ámbito internacional ayuda a empujar algunos temas en lo local-nacional, en ese sentido nos ayuda, pero volvemos al mismo tema, ahora tenemos una Ley de protección de patrimonio cultural, cuánta gente sabe que existe, tenemos que trabajar mucho más para seguirla difundiendo, para que las comunidad se enteren de que hay una ley de la que podrían echar mano para hacer uso y protegerse.
¿Hacer recomendaciones no será suficiente si no se generan políticas públicas?
En términos de políticas públicas nunca será suficiente porque los pueblos indígenas tienen un rezago de siglos que nunca es suficiente para alcanzar a resarcir todas las necesidades que tienen las poblaciones indígenas.
Veo un uso de los pueblos indígenas, ¿usted cómo lo ve?
El tema que tenemos en este sexenio es que al inicio se nos dio otra imagen, cuando el día 1 de diciembre de 2018 en pleno Zócalo vimos toda una ceremonia indígena, vimos la entrega de bastón, dijimos “ah, pues qué bueno que tenemos una nueva autoridad que está volteando a ver a los pueblos indígenas”; esperábamos que hubiese un mayor impulso en estas políticas públicas, que trabajaran no solamente hacia los pueblos indígenas sino con los pueblos indígenas; sin embargo, pasaron los meses y los años y nos dimos cuenta que esto se transformó en una política más bien indigenista. Me recuerda al trabajo del INI de los años 70, esta mirada indigenista y que de cierto modo se vuelve paternalista. Parece que vamos para atrás.
¿En esta administración se dice más de lo que se hace?
Se nos invitó a trabajar una propuesta de reforma indígena que ya está desde hace un par de años, el año pasado ya se le entregó al presidente Andrés Manuel López Obrador y es la hora que no ha pronunciado nada de la reforma indígena cuando hubo un trabajo arduo de mucha gente para proponer estos cambios legales que favorecieran la participación más activa de los pueblos indígenas. Me parece que lo que ha ocurrido es una visión paternalista y también creo que el Presidente se quedó con esta visión de cuando trabajó en el INI (Instituto Nacional Indigenista) y ahora han cambiado muchas cosas; la gente ya no se está quedando conforme con las políticas que se dirigen hacia la población indígena, que se esperaría que se trabajara de la mano de las poblaciones indígenas.
¿Se han destruido a instituciones que trabajan a favor de los pueblos indígenas?
Es grave la reducción presupuestal, del INPI (Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas), por ejemplo, en este gobierno se redujo casi 50%, o sea más del 45% de presupuesto que tenía asignado el INPI en el periodo pasado, esto me parece delicado, porque se supone que el INPI es el organismo que debe dar atención a los pueblos indígenas.
¿Hay otros rubros con más afectaciones?
El tema educativo es una cuestión bastante seria porque en el 2019 se reformó el Artículo 3º, donde expresa específicamente que la educación en México debe ser intercultural y plurilingüe; es decir, que el Estado debería garantizar que en las escuelas estuviésemos recibiendo educación también en las lenguas que hablamos en las regiones; al mismo tiempo se reformó la Ley General de Educación, ¿pero qué ha pasado?, alguien que no quiere a los indígenas en este país fue a la CNDH, interpuso una demanda que fue turnada a la Suprema Corte, quien invalida los artículos de la Ley General de Educación que señalan el tema de educación indígena y el tema de educación inclusiva; entonces ahorita están invalidados, no tenemos artículos que nos garanticen esta educación por un asunto legal.
¿Ha usted cuestionado la Universidad de las Lenguas Indígenas?
La Universidad me parece que trae otro tema más complejo. En primer lugar, el Presidente no ha firmado el decreto de creación que le entregó el licenciado Adelfo Regino —director del INPI— el 9 de agosto pasado, en la mañanera; hasta ahora no hemos tenido información de que lo haya firmado, entonces si no hay un decreto de creación, no hay presupuesto; si no hay presupuesto, cómo creas algo. Además se suma a que al parecer hay un conflicto por el terreno que donó un particular, pero resulta que es un terreno comunal y hay que resolver el problema de uso de suelo.
¿Cuestiona la Universidad porque ya hay otras?
No me parece una propuesta pertinente en cuanto al uso de los recursos. En todo el país hay un gran sistema de escuelas normales, hay un sistema de Universidad interculturales que ya tienen carreras como lenguas, cultura, comunicación, las que propone abrir esta Universidad de las Lenguas. Mi gran cuestionamiento es por qué no aprovechar estos recursos y fortalecer a estas escuelas, normales, interculturales, universidades estatales para generar estos profesores enseñantes de lenguas en sus regiones, en vez de gastar tanto presupuesto para crear algo que me parece que va a terminar siendo un elefante blanco.
¿Qué es lo positivo de esta administración?
Se han creado carreteras, espacios de comunicación con poblados; incluso la polémica sobre el INALI (Instituto Nacional de Lenguas Indígenas) al principio del año nos permitió voltear a ver la institución y la existencia de muchas lenguas. También los avances legislativos que ha habido, algunas reformas en cuanto al tema educativo, que espero que pronto se resuelvan; la creación de la Ley sobre la Protección al Patrimonio Cultural, también la reforma a la Ley sobre derechos culturales; incluso la propuesta de reformar el Artículo 2o. Constitucional para declarar a las lenguas indígenas con el español lenguas nacionales, pero faltan logros firmes.
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