Hace más de 30 horas el director del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Cultura , José Enrique Vidal Dzul Tuyub , se fue a una huelga de hambre frente a las instalaciones de la Secretaría de Cultura federal, en Paseo de la Reforma , porque, asegura, los trabajadores del INAH laboran en condiciones precarias y, además, no les han respetado sus derechos adquiridos, es decir, prestaciones que van desde apoyos administrativos hasta aportaciones por diversos días festivos.

El asunto se ha complicado aún más porque el sindicalista y las autoridades chocan en sus versiones sobre quién tiene y quién no tiene disposición para sostener una reunión y, de una vez, solucionar este problema que inició el lunes en la mañana con el plantón y la huelga frente de la Secretaría.

José Enrique Vidal

dice que ayer, ya con la huelga iniciada, no se registró ningún intento de reunión con el director del INAH, Diego Prieto . Y, en las últimas horas, ninguna autoridad, ya sea de la Secretaría de Cultura o del Insistituo, se ha acercado a él con una propuesta para sentarse a dialogar y destrabar el problema. Pero Comunicación Social de la Secretaría de Cultura dice que ya tiene incluso horario para dicho encuentro: este jueves a las 11 horas.

Sin embargo, Vidal y sus compañeros sindicalistas insisten en que no hay tal acercamiento, es más, alegan que las dependencias están respondiendo con represión, pues les mandaron tres agrupamientos (Guerreros, Ciclones y Atenas) y al mando del jefe Centauro (de la Policía Metropolitana).

Pero cuando se les pregunta a los trabajadores "¿Quién y qué les dijeron?", sólo responden que fueron amenazados con detenerlos si no levantaban el plantón.

Cultura, por supuesto, lo niega: "Negamos tajantemente que las instituciones culturales hayan enviado a alguna agrupación policial. ...Los trabajadores están en todo su derecho de protestar y manifestarse como consideren conveniente a sus intereses, nosotros respetamos, sin cortapisas, ese derecho".

Al momento no hay ni policías ni agrupamiento alguno en torno del huelguista ni de sus compañeros. Ellos que siguen ahí. ¿Entonces? Una huelga de hambre, sin duda, puede tomarse como una medida extrema. Si desde ahora la comunicación no fluye entre trabajadores y autoridades, ¿cómo podrá haber un diálogo este jueves?

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