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El Museo Miguel Sabido . Los trabajos y los días (museomiguelsabido.org; disponible para el público a partir de hoy a las 19:00 horas) es un sitio web donde puede consultarse el legado del dramaturgo galardonado con el premio Earth Saver de la Organización de las Naciones Unidas ( ONU ).
La página incluye material audiovisual de las obras de Sabido: Falsa crónica de Juana la Loca, Conquista y Las máscaras de Sor Juana, entre otras. También abarca las conversaciones de Sabido con escritores, intelectuales y artistas (en entrevista, Sabido define al siglo XX como la época de oro de la cultura nacional): Poniatowska, Glantz, Matos Moctezuma y Lizalde, son algunos de los entrevistados.
El legado de Sabido va de la recuperación de las primeras obras teatrales mexicanas a la dirección escénica, la investigación y lo que se ha llamado televisión cultural o educativa. Ciertos temas que hoy están en el centro de las agendas políticas y culturales (la igualdad de género y el legado de las culturas originarias) fueron explorados a fondo por Sabido hace medio siglo.
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Sobre el teatro originario, Sabido recuerda la reconstrucción que hizo de El juicio final, primera obra del teatro mexicano, estrenada en 1531, tras la caída de la gran Tenochtitlán. “La única manera de recuperar ese material era poner las grabaciones en algún sitio”.
Además cada grabación y pieza tiene un hilo conductor, una propuesta de fondo: “Tenemos dos fuentes culturales, lo queramos o no. Primero, la fuente española, que no es española, sino de la Contrarreforma (y eso no lo tomamos en cuenta); quien nos invadió fue la cultura de la Contrarreforma, puesto que España era un país en formación todavía y el español era también un idioma en formación (aún no se había escrito Don Quijote). Nos invadió, desafortunadamente, Carlos V. Luego vinieron la Inquisición, los prejuicios, los horribles conceptos de que unos seres humanos son inferiores a otros por el color de su piel. Es una estupidez, pero esa era la visión de la Contrarreforma”.
Las dos fuentes de la identidad mexicana —abunda— son, entonces, la cultura de la Contrarreforma y las culturas originarias. “Vino el genocidio de la Conquista y después, cuando ambas culturas alcanzaron el equilibrio, México adquirió un perfil maravilloso. Tal como fue en el siglo XVI con la labor de los franciscanos, que hicieron obras de teatro —las grandes piezas que reconstruyo”.
Y el dramaturgo menciona “un espectáculo glorioso”: La Adoración de los Reyes, llevado a escena en la capilla abierta de Acolman, con la participación de 300 actores y la colaboración de todo el pueblo. “La niñas de la secundaria eran, por ejemplo, los diablos que se enfrentaban a los Reyes Magos. Es una grabación muy hermosa”.
Para el dramaturgo el verdadero dilema era, sin embargo, el destino que se le daría a dichas grabaciones: “Si las llevara a un canal de televisión la respuesta sería que hay que editar según las pautas del canal. Y tienen toda la razón…”
Hasta que, de unos años para acá, Sabido reconoció y reflexionó sobre el potencial del internet como un sitio de resguardo cultural. “Encontré que el teatro se había utilizado, de manera prolífica y no sólo a nivel religioso: primero, por Hernán Cortés; luego por el virrey de Mendoza y, por último, los hijos de Hernán Cortés. El virrey de Mendoza hizo un gigantesco ejemplo en una obra de teatro para demostrarles a los caciques tlaxcaltecas que la verdadera autoridad de la Nueva España era el emperador Carlos V y no Cortés. Fueron dos mil actores en escena y se tiró una gran parte de la ciudad de Tlaxcala para crear un gigantesco escenario. Lo que hicimos fue una reconstrucción de esto en computadora”.
Otro punto importante —continúa—, fue la llegada de los jesuitas y del primer colegio para ”gente importante”, adonde iban los hijos de los encomenderos o de los caciques indígenas. Allí hicieron representaciones dentro de las escuelas; teatro en náhuatl, otomí y purépecha.
“Esas pequeñas representaciones escritas en cuadernos fueron los orígenes de los coloquios indígenas. Y los coloquios indígenas son un manto suntuoso. Pero parece que soy el único a quien le interesa esto. Tenemos representaciones de teatro verdaderamente maravillosas; escenificaciones de carnavales, de pasiones, de muertos, de apariciones de Guadalupe, de la Adoración de los Reyes Magos”.
Sabido dice también que ha recogido grabaciones de dichas ceremonias en los pueblos. “Eso es la segunda parte del museo. De la unión de las reminiscencias prehispánicas con la cultura de la Contrarreforma, el teatro franciscano, el teatro político y el teatro catequizador jesuita nació ese tesoro cultural al que nadie le hace caso y que podría perderse por completo. El mundo criollo ve con profundo desprecio los cuadernos donde esto se registra; las autoridades culturales no les han hecho el más mínimo caso. Me he pasado la vida suplicando a todas las autoridades priístas para que hagan un sistema de recuperación de los cuadernos: son los continuadores de los códices y deberían estar en el Museo Nacional de Antropología”, concluye Sabido, quien cuenta que, a su vez, es sobrino de uno de los dramaturgos más importantes del siglo XX: Rodolfo Usigli.
La presentación del museo virtual es hoy a las 19:00 horas en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
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