El rey asirio Asurbanipal

es considerado como un gobernante despiadado por sus crueles tácticas de guerra, pero también como un monarca culto que estuvo al frente del poderoso imperio hace casi dos mil 700 años (669-631 a.C).

El Museo Británico

(British Museum) expone los altos relieves grabados en los templos de Nínive que reflejan las cruentas batallas del imperio más grande de esa época que se extendió desde el este del Mediterráneo -Israel y Egipto- hasta el oeste de Irán.

El título de la exposición “Yo soy Asurbanipal, rey del mundo, rey de Asiria”, retoma el nombre de las propias palabras del monarca que se autodefinía como el más poderoso del planeta.

El rey asirio que fue conocido por sus crueles tácticas de guerra
El rey asirio que fue conocido por sus crueles tácticas de guerra

Foto: Notimex

Las piezas centrales de la exposición son los muros en alto relieve que conservan con detalle las despiadadas tácticas de guerra del rey: despellejar vivos a sus enemigos, cortarles la lengua y exhibir sus cabezas cortadas.

Los altos relieves glorifican las batallas de Til-Tuba donde los elamitas -antiguo reino iraní- fueron perseguidos y ejecutados cerca del Río Ulai, que se tiñó de rojo por la matanza.

“Hice que el Río Ulai corriera con su sangre. Teñí sus aguas de rojo como la lana teñida de rojo”, escribió en su momento el rey Asurbanipal .

El imperio del año 900 al 612 a.C tenía su sede central en Nínive, hoy Irak, donde los templos y palacios contaban con un elaborado sistema de canales -algunos que todavía existen- que distribuían el agua a los jardines y parques.

En entrevista con Notimex, el curador de la muestra Gareth Brereton, explicó que los reyes asirios eran considerados como dioses.

“Los reyes asirios eran los representantes de los dioses y su trabajo era crear un orden mundial y para lograrlo debían expandir su imperio”, explicó el experto en Mesopotamia y Medio Oriente.

El Museo Británico

muestra al rey que también es conocido en español como Sardanápalo como una persona culta y a pesar de ser retratado en batalla, nunca fue a la guerra.

“Se representaba a sí mismo como un gran guerrero que combatía leones con las manos , pero Asurbanipal nunca fue a la guerra como otros reyes. Prefería quedarse en su palacio”, apuntó el curador.

Otra característica del monarca asirio que gobernó durante 38 años es que a diferencia de otros reyes, sabía leer y escribir.

“Tenemos tabletas y textos con su caligrafía. Tuvo los mejores maestros del imperio. Presumía de que podía debatir con los mejores expertos y sabía matemáticas”, comentó Brereton.

Como muestra de su pasión por las artes, el rey -que gobernó a partir de 669 a.C hasta su muerte- coleccionó una vasta biblioteca con tabletas en escritura cuneiforme.

Entre ellas se encuentra la famosa tableta de “La épica de Gilgamesh” considerado la pieza literaria más antiguo de la historia. Data de cuatro mil años de antigüedad en Mesopotamia y es parte de esta exposición.

El Museo Británico recreó una biblioteca con tabletas de arcilla

escritas en cuneiforme que sobrevivieron la quema del imperio y que están desplegadas tras una enorme vitrina.

El rey asirio que fue conocido por sus crueles tácticas de guerra
El rey asirio que fue conocido por sus crueles tácticas de guerra

Foto: Notimex

La caída del imperio ocurrió tras la muerte o abdicación de Asurbanipal hacia 631 a.C. Sus enemigos tomaron la capital Nínive en 612 a.C, saquearon las tumbas de los reyes asirios y quemaron la ciudad donde pereció el rey Sin-shar-ishkun, hijo y heredero de Asurbanipal.

La quema de Nínive es un evento icónico que aparece en un pasaje de la biblia y que más adelante fue retomado en la literatura de la antigua Roma y Grecia.

Los relatos clásicos mencionan que Asiria fue castigada por la moral depravada de sus gobernantes y aseguran que el rey se prendió fuego dentro del palacio con sus concubinas y eunucos, antes de la toma de la ciudad.

Descubrimientos arqueológicos a partir de 1840 han establecido que Asiria fue una de las grandes civilizaciones del mundo antiguo.

La última sala reflexiona sobre los sitios arqueológicos del antiguo imperio asirio destruidos en los últimos años por militantes del Estado Islámico en Irak cerca de la ciudad iraquí de Mosul.

Se trató de un imperio bien organizado, con un sistema de canales de comunicación bien planificado y una maquinaria que funcionó hasta la rebelión de Babilonia y la destrucción de Nínive.

akc

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