Hablando de escultura, dice el artista Pedro Reyes, el problema no es tirar el monumento a Cristóbal Colón en Paseo de la Reforma, “el verdadero problema es el edificio H”. El escultor y arquitecto se refiere al edificio construido al interior de Ciudad Universitaria que alteró la visual del Espacio Escultórico , una de las obras de land art más reconocidas en el mundo.
Reyes, quien ha encabezado la defensa de la obra desde el grupo Salvemos el Espacio Escultórico, es el curador de Monumental . Dimensión pública de la escultura, exposición que presenta el Museo de Arte Moderno hasta junio; aunque por la pandemia no se puede ver, el recorrido en línea es una experiencia que acerca a la exhibición en salas: https://my.matterport.com/show/?m=qzJFqmCYujy
La exposición no es un hecho desconectado de la causa de Salvemos el Espacio Escultórico, todo lo contrario; está ligada a la defensa de esa obra creada en 1979 y que es uno de los linderos temporales de la muestra; el otro es 1927 cuando se crea la Escuela libre de escultura y talla directa.
La exposición contiene esculturas, fotografías, maquetas, archivos y videos; el recorrido en línea permite detenerse en las obras, consultar información y seguir los videos con entrevistas y muestra de obras urbanas. Foto: CORTESÍA ESTUDIO PEDRO REYES
La del Espacio Escultórico es una causa que está viva, recalca: “Se tiene que seguir hablando; será una restauración que se tendrá que hacer, más tarde o más temprano (demoler cuatro pisos del edificio). Lo que se haga ahí es la afirmación de lo que podemos hacer como país”.
También lee: Liberan a sujetos que presuntamente mutilaron a leopardos del monumento a Cuauhtémoc
Monumental no es una muestra cronológica, no es la historia de la escultura. Es una selección de obras “de calidad”: más de 400 piezas entre esculturas , fotografías , archivos , maquetas, y videos con entrevistas o recorridos por los espacios. Gira en torno del trabajo de 100 artistas mexicanos y extranjeros.
Espacio Escultórico. La obra de land art más importante en México.
“La exposición es sobre la dimensión de lo público, no es la historia de la escultura, va a lo público, pero no solo los monumentos. No es un llamado a hacer megaproyectos, es una revisión de la evidencia de la calidad. Todo lo que hay es de calidad, calidad en cuanto a la resolución de la vida de la escultura en su contexto social”, expresa Pedro Reyes en entrevista. Reconoce que hay omisiones y que la muestra abunda en el tránsito de la figuración hacia la abstracción, el geometrismo, el land art, lo conceptual, y que resalta la forma, la plástica.
Lamenta que en décadas recientes la escultura quedó fuera de los discursos artísticos : “Vengo de la generación de los 90, donde no se hablaba de escultura, sino de instalación, de arte de procesos. Es algo con lo que he batallado porque tengo una carrera conceptual pero me interesan la plástica y las soluciones formales”.
También lee: Secretaría de Cultura reconoce una mala intervención en arcos históricos de Coyoacán
Realizada con apoyo de una beca de Fundación BBVA , la exhibición es además un homenaje a escultoras que casi no se conocen y en las que poco se enfatiza en la historia del arte; a artistas que en el paso de la figuración a la abstracción quedaron a un lado; remite a obras poco vistas; a proyectos que hoy están desaparecidos: la casa de la Cueva de O’Gorman, o el proyecto del grupo Gucadigose en Villahermosa.
“La exposición tiene constantes de elementos prehispánicos que aparecen, por ejemplo, en el Espacio Escultórico que tiene referencias a Monte Albán o Cuicuilco, pero que es una experiencia del siglo XXI. La mexicanidad está tanto en lo súper experimental como en lo que se considera escultura en los términos más clásicos”.
En el geometrismo figuran Gelsen Gas y otros
La muestra tiene momentos y personajes que enfatiza: el propio Espacio Escultórico; la obra de Geles Cabrera y su Museo Escultórico; Mathias Goeritz ; la Ruta de la Amistad, y Pedregal con el Anahuacalli, sus Jardines o con el Estadio de CU. Los videos hacen homenaje a creadores vivos como Geles y Hersúa, y brindan un recorrido por espacios que ha generado la escultura.
Al preguntarle a Pedro Reyes qué balance hace del trabajo y la relación de estas mujeres y hombres con la escultura, responde: “Hay una especie de épica. Me interesa mucho conocer la historia y prolongarla. La cuestión de la talla en piedra y la conexión con la roca es una constante desde el nacionalismo hasta el Espacio Escultórico; es un oficio que está vivo todavía; se practica. El objetivo de la exposición es ofrecer ese vocabulario, inspirar a que esa práctica siga viva y no agüitarse por los ejemplos fallidos; alimentarse de los ejemplos que salieron bien”.
También lee: Alistan restauración del templo La Profesa
La exposición parte de lo que vino después de la Revolución Mexicana , pero el recorrido es abierto, y cada espectador construye su experiencia.
“El academicismo del siglo XIX había impedido que la escultura prehispánica informara al estilo de los escultores. Los de la Escuela Mexicana sí se ve que están observando esa escultura prehispánica y la están utilizando para sus soluciones. Eso es interesante en algunas figuras, como Luis Ortiz Monasterio ; se ve su transformación: cómo comienza con piezas como el Monumento a Nezahualcóyotl y luego se pasa más a lo abstracto. Después de la II Guerra Mundial , la figuración empieza a ser castigada, la escultura cambia rápido: de lo abstracto a lo cinético, se desmaterializa, y quedan castigados muchos escultores”.
La exposición trae de vuelta, por ejemplo, a Francisco Zúñiga (de origen costarricense), a quien Reyes considera “mejor que Rodin”; al colombiano Rómulo Rozo, que en sus esculturas tiene elementos figurativos como un zarape que se vuelve una forma abstracta; y otros extranjeros, como Elizabeth Catlett y Kiyoshi Takahashi; a mexicanos, como Federico Silva , Ángela Gurría , Pedro Cervantes , Jesús Mayagoitia , Luis Barragán, Juan O’Gorman, Manuel Felguérez, entre muchos otros.
Trabajos de Manuel Felguérez y Jesús Mayagoitia.
Cómo llegó a Geles Cabrera
En uno de los videos de la muestra, Reyes conversa con la artista Geles Cabrera , una mujer de 94 años que es protagonista de la historia de la escultura. Fue la primer mujer que practicó de manera profesional la escultura en México: expuso a los 22 años en la Galería Mont Orendain. Dado que no tenía apoyo de museos ni galerías, creó el Museo Escultórico en la calle Xicoténcatl, en 1966.
Acerca de cómo llegó a Geles, Pedro relata: “La busqué y no había nada en Internet. A ella nunca nadie la apoyó; hemos estudiado mucho a Goeritz, pero de esa generación otros no tanto, y hay escultores maravillosos: Rosa y Fidencio Castillo o Mardonio Magaña . El Museo Escultórico de Geles Cabrera es algo que ella financia, es un museo de autor como El Eco, y es un ejemplo de escultura pública”.
—¿Qué tienen en común los artistas?
—Que para todos ellos fue muy importante la plástica. Lo que hace que una escultura sea buena no es la argumentación. La exposición es una especie de manifiesto anticonceptual en el sentido de que las esculturas se defienden por sus propiedades materiales y sus especificidades formales.
También lee: Toledo, sobre el Espacio Escultórico
—¿A estos artistas los influyó la escultura mexicana antigua, tenían una relación resuelta con ese tema?
—Todos estaban viendo o conocían bien la cultura de México y en muchos, en diferentes décadas, reaparecen estas constantes del pasado de las civilizaciones antiguas de México, pero siempre con un discurso de vanguardia.
En torno de las omisiones, Reyes dice: “Hay omisiones. No puse algunos nombres que son ejemplo de excesos o de utilización de dinero del erario. Después del Espacio Escultórico se produce mucha escultura monumental mala, pero yo no me meto a evaluar la mala. Traté de mostrar lo importante”.
“Uno puede entender lo monumental en cuanto a la escala, pero hay escalas que son derroches; un monumento no es sólo una esculturota”
Pedro Reyes, escultor y curador
—¿Cómo adviertes que cambia la noción de lo monumental?
—Uno puede entender lo monumental en cuanto a la escala, pero hay escalas que son derroches; un monumento no es sólo una esculturota, un monumento es un sitio: un bosque puede ser un monumento público. Yo amo las estatuas, la gente las ataca y antes del tema de la descolonización, la gente ha atacado mucho las estatuas. No necesitamos monumentos a Colón pero uno tiene que distinguir entre los monumentos imperialistas y los monumentos descolonizantes ; la mayoría de la escultura en México es una escultura con una clara agenda de descolonización, por ejemplo, el Monumento a la Revolución, el monumento a Nezahualcóyotl, el Anahuacalli, el Estadio de CU son monumentos descolonizados que ya generaban una nueva identidad donde el Estado moderno conecta con su pasado ancestral, y lo expresa con un lenguaje propio que no está copiando de Europa. Porque tú ves la capital de Estados Unidos y quiere parecer Roma o una ciudad clásica.
Nosotros generamos una estética. Es la elocuencia de la plástica como evidencia. La escultura no puede andarse con parapetos de explicaciones, tiene que defenderse con la evidencia de su presencia misma.
También lee: Polémica por Espacio Escultórico se analizará
—¿Qué opinas de ese llamado a tirar esculturas?
—No creo que sea un problema el Colón, el verdadero problema es el edificio H porque lo que se haga ahí es la afirmación de lo que podemos hacer como país. El Colón tiene esa connotación, pero el Espacio Escultórico es una síntesis única de los valores que tenemos, creo que tienes que evaluar la pertinencia de un monumento, si tiene resonancia con tus valores como sociedad.
—¿Qué dices del dispendio en la escultura pública en los últimos años?
—Los únicos artistas que han buscado venderle al gobierno proyectos no han sido necesariamente los mejores. Es un problema que merece un análisis que excede el objetivo de la exposición. Mi consigna se limita a salvar esas cosas y no es una causa que yo necesariamente aborde.