Banano, plátano, guineo o maduro, esa fruta —la más consumida, cultivada y exportada en América Latina aunque no es originaria del subcontinente—, está asociada a una historia política, social, laboral y económica en torno de la cual los artistas de la región han creado obras que cuestionan el impacto en la identidad, la ecología y las culturas locales.
La fiebre del banano (Banana Craze) es una investigación desarrollada por la española Blanca Serrano y la colombiana Juanita Solano –doctoras en Historia del Arte— que reúne en el sitio https://bananacraze.uniandes.edu.co una exhibición virtual y un estudio que analiza más de 100 obras de arte de creadores contemporáneos de América Latina que refieren a partir de esa fruta una historia de identidad, violencia, desigualdades e impacto ambiental en América Latina.
La investigación contiene obras de artistas como los mexicanos Héctor Zamora, Minerva Cuevas, Gabriel Orozco , Adriana Lara y Pablo León de la Barra, así como del uruguayo Luis Camnitzer, el peruano Fernando Bryce, el argentino Leandro Katz, el cubano Wilfredo Prieto, los colombianos Doris Salcedo y José Alejandro Restrepo, entre muchos otros.
Leer más:
Las obras se pueden ver por artista, por las fechas de creación —de 1960 a 2021—, por países de origen, o por tres énfasis: violencias, ecosistemas e identidades. Las posibilidades del sitio web permiten construir búsquedas abiertas.
Las investigadoras hacen una descripción y análisis de cada pieza, de cómo, por ejemplo, se crearon en contextos de censura, crítica a sistemas políticos o están relacionadas con la explotación humana y ambiental.
En el caso de Minerva Cuevas con la pieza “Del Montte Bananeras”, ella crea la imagen de un racimo dentro de una vitrina y sobre la fruta traza una etiqueta que remite a la marca, pero donde se lee “Del Montte, criminal, Guatemala struggles for land”. La pieza, escriben las investigadoras, hace referencia a Efraín Ríos Montt , responsable del genocidio de la etnia ixil, en Guatemala, en un periodo donde las élites y las multinacionales bananeras fueron cómplices.
En el caso de Luis Camnitzer, “Banana Flag” es una obra que él hizo a partir de que cuando Donald J. Trump alcanzó la presidencia de Estados Unidos, entonces el artista inició una campaña pública para que se cambiara el nombre del partido Republicano por el de Banana Republican Party.
La de Héctor Zamora , “Delirio atópico” es el registro de una acción en edificios de Bogotá con racimos de plátano del piso al techo, que a lo largo de 20 días se transformaron y descompusieron, y fue una obra con mucho impacto urbano. “Parecía como si la historia de Colombia como país bananero se resistiera a ser olvidada y se hiciera presente manifestándose en la ciudad, imposible de ignorar por los transeúntes”, se lee en el sitio.
En “María Banana”, Aristides Ureña Ramos , de Panamá, se apropia y reinterpreta el logotipo de la empresa Chiquita Brands, y reflexiona sobre el pasado de su país y la relación de este territorio con la historia de las plataneras.
Las autoras destacan la importancia de un proyecto desarrollado por Pablo León de la Barra, “Nova cartografia tropical”, que él curó cuando participó en el TeorÉtica, en Costa Rica. En el sitio de Banana Craze se ve un póster creado por De la Barra, a la manera de manifiesto, llamado “Novo museo tropical”, que remite al mapa concebido por Alfredo Barr, y traza un diagrama del arte del trópico a partir de la planta.
Leer más:
Más allá de un sitio web
“La fiebre del banano” (Banana Craze ) es un estudio que está en crecimiento. Las investigadoras cuentan que fue desarrollado a partir de una beca de la Universidad de los Andes, de Bogotá, en un programa llamado Humanidades Digitales, y que inició hace poco más de dos años. Tanto el acceso a la página, como a los eventos realizados y los que van a realizar son de acceso gratuito.
Blanca y Juanita se conocieron cuando estudiaban su doctorado en la Universidad de Nueva York; en esa ciudad desarrollaron un proyecto en el antiguo Essex Market , que tiene una galería de arte, Cuchifritos, donde pusieron una exposición sobre el mercado global de la fruta, a partir del sur global -sureste asiático y Latinoamérica.
A partir de ahí comenzaron a investigar en torno del plátano: “Nos dimos cuenta de que era como un trompo, un leiv motiv que se repetía y que tenía que ver con tantísimos problemas, y que la historia de América Latina casi que se podía contar a partir de la relación con esa fruta en el siglo XX. Mientras que en el siglo XIX era casi desconocida por fuera de los lugares donde se cultivaba, al día de hoy es la que más se consume en el planeta. Es el cuarto cultivo mundial después del maíz, trigo y el arroz, y 70% de las exportaciones vienen de América Latina”, dice en entrevista vía Zoom Blanca Serrano.
Las investigadoras describen su proyecto a la par de las historias, los datos, sobre esta producción. Como que en menos de un siglo, la fruta se convirtió en la más consumida, y todo a partir de la presencia de la United Fruit Company en América Latina y el Caribe, que cultivó de manera extensiva y generó campañas de publicidad, y marketing. “Casi que fue el empeño de una multinacional lo que convirtió a esta fruta desconocida en una de más conocidas del mundo en 100 años”, añade Blanca Serrano.
“Y no era fácil con esta fruta por la forma fálica y el contenido sexual con que se asociaba. A finales del siglo XIX, por ejemplo, trataron de mercadearla para que las mujeres la comieran con cubiertos”, interviene Juanita Solano.
Simbólicamente, la fruta, añade, era muy potente. “Se empiezan a construir relaciones de identidad peyorativas, con relación a América Latina y el Caribe, con toda la historia de las violencias que se derivan del cultivo masivo del banano más el impacto ambiental”.
Una de esas referencias es la de las Repúblicas Bananeras , término que inventó O. Henry, escritor de origen estadounidense que escapó a Honduras, y escribió historias de ficción en las que acuñó el término de repúblicas bananeras como sinónimo de un país inventado, de dictadores corruptos. A mediados del siglo XX, ese término fue apropiado, ya no desde la ficción sino desde la realidad, para hacer referencia a lo que sucede en los países de América Latina.
A la pregunta sobre los hallazgos, Juanita Solano dice: “Como historiadoras del arte partimos siempre de las obras. No fue imponer una lectura sobre un fenómeno social y político, sino que empezamos por buscar obras; al reunir 100 nos pusimos a investigarlas y a entender cada una. Encontramos que muchas eran sobre las violencias en el cultivo de los bananos; después nos sumergimos en la investigación histórica: es increíble que unas compañías hayan tenido tanto poder sobre los países latinoamericanos hasta el punto de crear identidades relacionadas con eso”.
Blanca Serrano abunda: “La estrategia de la UFC fue llegar a prometer ferrocarriles, modernidad industrial, progreso, pero luego eso se volvió un exceso de control sobre los gobiernos locales y la población. Estados Unidos siempre llegó ofreciendo progreso pero era para manipular a los gobiernos. Y sí, el plátano es como una fruta casi infantil, cómica, pero en América Latina, para todos estos artistas, al contrario, el plátano lo que simboliza es un recuerdo de violencias, de abusos, maltratos, una fruta oscura, un poco de clichés y mucho más de masacres y de gobiernos derrocados…”
El proyecto establece esos vínculos entre el arte contemporáneo y la cultura popular, abrir los ojos hacia ese tipo de cosas, como es el caso de la marca de ropa que toma la expresión Banana Republic.
Beatriz Serrano describe que las obras se aproximan al problema desde distintos lugares, que ellas las organizan en estas tres categorías que, en términos del sitio, se pueden asimilar a salas de exposición. En las referidas a violencias, remiten a golpes de Estado, a las multinacionales como la United Fruit Company, a los abusos laborales. En el tema de identidades se refieren a estereotipos sexistas, racistas y machistas sobre el cuerpo de los latinoamericanos asociando la forma fálica a la de la fruta y como un cuerpo hipersexualizado. En el caso de los ecosistemas se trata de obras en torno del impacto ambiental, que problematizan, cómo el uso de pesticidas en muchos países, como Costa Rica y Nicaragua, ha causado problemas terribles para la salud, y cómo el monocultivo impide que se diversifique la economía, afecta la dieta local y a la especie misma, que es lo que ha pasado con la llamada enfermedad de Panamá.
El proyecto ha coincidido con la pandemia y el uso mundial de todas las tecnologías de la red. Eso ha hecho que tenga mayor visibilidad. Las autoras trabajaron en la investigación y una parte muy compleja fue el tema de derechos con los artistas, museos, galeristas y coleccionistas que autorizaron usar las piezas, dado que son más de 100 imágenes.
Hay en el sitio referentes a las obras, los artistas, a la historia del plátano en la región, así como bibliografía sobre el tema.
Si bien se conocen mucho las referencias literarias y fílmicas, ellas proponen que el arte sea el lugar de enunciación de los problemas sociales y políticos de la historia. “Todavía hay una distancia con el arte contemporáneo, como si hablara de otras cosas, como si fuera elitista y queríamos demostrar que es otra forma de pensar, muy crítica, otra epistemología desde la cual entender el pasado y el presente”, dice Blanca.
En su sitio hay un programa de actividades que se desarrollará en los próximos meses. Las investigadoras ahora planean analizar el tema también en el área del Caribe que no habla español.
Leer más
: Fallece el patólogo Ruy Pérez Tamayo a los 97 años
Imagen del video La Memoria de las frutas, de Claudia Claremi.
El uruguayo Luis Camnitzer creó Banana Flag, cuando Trump alcanzó la presidencia de EU y él propuso cambiar el nombre del partido Republicano a Banana Republican Party.
María José Argenzio participa en el proyecto con Chiquita.
Escena de Pra Frente Brasil, video de Romy Pocztaruk
Blanca Serrano
Banana Craze
“El arte contemporáneo es otra forma de pensar, muy crítica, otra epistemología desde la cual entender el pasado y el presente”
100
OBRAS DE ARTE
de creadores contemporáneos de América Latina contiene el sitio web