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GUADALAJARA, Jal.— En América Latina, la literatura ha venido siempre marcada por una violencia que nace de la historia, de la realidad tan latinoamericana, afirmó el Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, ayer durante la última jornada de la V Bienal de Novela que lleva su nombre, y en la que el intelectual peruano aseguró que muy pocos escritores latinoamericanos se liberan de esa violencia, y dijo que si se tiende a la novela es porque en ese mundo no hay cuartelazos, ni hay militares.
“La novela tiene dos funciones, en primer lugar, nos hace detestar el mundo real y nos hace soñar con un mundo distinto. Por ejemplo, en América Latina, en el mundo de la novela, no hay cuartelazos, no hay militares. Los militares respetan las costumbres estrictas, no se levantan contra la autoridad, contra la autoridad que elegimos, y entonces no hay prejuicios raciales, esos prejuicios raciales que fomentan la violencia en nuestros países”, afirmó el autor de Conversación en La Catedral, quien compartió que acaba de terminar una nueva novela “bastante audaz”, sobre el vals criollo peruano.
En una conversación con Marisol Schulz, directora de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, celebrada en el Paraninfo de la Universidad, Vargas Llosa manifestó que “las novelas son los grandes incentivos para desear cosas distintas al mundo que nos rodea, un mundo que resulta muy pequeñito, muy sórdido, muy atrasado respecto al que somos capaces de inventar y de soñar”.
El novelista que fue integrante del llamado “Boom” latinoamericano, aseguró que frente a esta realidad nada mejor que leer buenas novelas. “Las grandes novelas se han hecho para describir realidades que son muy distintas de las latinoamericanas”, dijo y reconoció que por primera vez los escritores latinoamericanos expresan a América Latina a través de otras maneras de contar aprendidas leyendo a escritores italianos, americanos y franceses. “Creo que por primera vez nuestra literatura combina, de manera bastante normal, con las literaturas de otros países, países que estuvieron mucho más avanzados que nosotros”, señaló el intelectual peruano.
Ante más de una treintena de escritores que se reunieron durante esta edición de la Bienal Mario Vargas Llosa, realizada en Guadalajara, que ayer llegó a su fin con el fallo y la entrega del V Premio Bienal de Novela Mario Vargas Llosa al escritor mexicano David Toscana, quien obtuvo el galardón por su novela El peso de vivir en la tierra.
Literatura en AL, nueva y original
Mario Vargas Llosa, quien el pasado jueves, al inaugurar el encuentro que organiza la Cátedra Mario Vargas Llosa con la Universidad de Guadalajara y la FIL Guadalajara, manifestó su deseo de que la cultura de la libertad pueda reinar plenamente en México, país, que dijo, “ha soportado en años recientes amenazas y desafíos muy duros” en una América Latina donde “el populismo, la demagogia, el estatismo, la intolerancia y el extremunismo ideológico causan mucho daño”.
En el diálogo titulado “Literatura para tiempos recios”, que fue el tema de la Bienal, el intelectual peruano dijo que la literatura latinoamericana expresa la realidad de una manera muchas veces irónica, a través de juegos de palabras y una fascinación, dejando que la imaginación opere, “pero siempre rascando esa literatura latinoamericana se descubre una violencia de base”, señaló.
Vargas Llosa, quien acaba de publicar El fuego de la imaginación: Libros, escenarios, pantallas y museos. Obra periodística I, que reúne más de 150 sus artículos, reconoció que la literatura latinoamericana tenía el problema de la violencia, que liberaba de preocupaciones “estrictamente literarias” a muchos escritores, y de la que surgieron “libros desmadejados, confusos, en los que no había ningún trabajo de la palabra o de la estructura de la novela. Creo, que en parte el ‘Boom’, ha significado la gran renovación de esa violencia a través de una forma que la expresa de una manera más genuina, más auténtica, inventando personajes o inventando formas que eran mucho más, en comparación con la literatura que se escribía en nuestros días”, aseguró.
Motivado por la conversación con Marisol Schulz, el Nobel recordó su vocación literaria, su paso por el internado militar, sus estudios en la Universidad de San Marcos, su salida de Perú para vivir un año en Madrid y luego su estancia en Francia, donde descubrió que había una literatura muy rica en América Latina “y que uno podía escribir mostrando los horrores de América Latina, la barbarie que imperaba en nuestros países al mismo tiempo siendo un escritor importante, como eran todos estos escritores franceses. De tal manera que en Francia realmente me volví un escritor”.
Vargas Llosa dijo además que la novela en América Latina ha alcanzado un perfil muy creativo en el que los escritores les importa inventar al mismo tiempo maneras de contar que son francamente originales; además de ser un territorio sin fronteras artificiosas, sino que expresan una realidad, que en la mayor parte de los casos, es una realidad transfigurada que expresa de la reallidad de muchos países, “aparte de la originalidad y la riqueza de la literatura latinoamericana contemporánea, son fenómenos muy interesantes”.
Mario Vargas Llosa, quien fue la estrella de la Bienal que lleva su nombre, realizada por tercera ocasión en Guadalajara, desde 2021 que la Cátedra Vargas Llosa firmó el convenio con la UdeG, reconoció que la lectura siempre ha sido enormemente estimulante para él. “Lo primero que hago en el día es leer. La lectura es algo absolutamente fundamental si uno no quiere vivir siempre en esos mundillos estrictos, espantosos, horribles, que generalmente nos muestran la vida tal como es en nuestros países”, dijo el narrador y ensayista, para quien leer “ha sido siempre quizás el mayor estímulo para escribir”, sobre todo cuando se trata de novelas con esos héroes románticos “que nos van estimulando y nos hacen desear una realidad distinta ante el mundo en el que vivimos”.
Ante el aplauso de escritores como David Toscana, Cristina Rivera Garza, Héctor Abad Faciolince, Piedad Bonnett, Juan Gabriel Vásquez y Santiago Gamboa, el narrador dijo que a través de obras como Madame Bovary, se abre un mundo deslumbrante, que nos llena de ideas y nos lleva a rechazar el mundo real. “¿Por qué somos grandes soñadores?, ¿por qué queremos para nuestros países un mundo distinto?, porque leemos novelas”.