La exposición "Ciudad de contrastes", en el Museo Nacional de Arte (Munal) permitirá a los visitantes convertirse en flâneurs y observar a la Ciudad de México desde distintas perspectivas, épocas y a través de dos técnicas: fotografía y grabado.
“La idea del flâneur para la ciudad es fundamental: es un concepto francés que significa caminar sin prisa, entregarse a la ciudad para encontrar cosas nuevas dentro de esta vorágine que nos devora”, dice David Caliz, curador del museo, mientras recorre la exposición.
Ese es el efecto que tiene la muestra que está conformada por 38 piezas, firmadas por artistas y fotógrafos como Tina Modotti, Lola Álvarez Bravo, Héctor García, Pablo O’Higgins, Angelina Beloff y muchos más. Un elemento importante al momento de seleccionar a los artistas fue que hubiera paridad de género, por lo que la mitad son hombre y la otra son mujeres.
El recorrido muestra la evolución de la Ciudad de México en el siglo XX y la desigualdad social que detonó. La visita inicia con la fotografía más antigua de la colección, que es sobre el Quiosco morisco que estaba en la Alameda Central. La imagen fue tomada por Alfred Briquet, en el año 1900. El trayecto lleva a una serie de grabados de los años 50, con distintas vistas de Avenida Reforma, firmados por Vitta Castro y Feliciano Peña.
Otro gran protagonista de la exposición es el puente de Nonoalco, símbolo de progreso al haber sido el primer puente vehicular construido en la capital, pero también una figura rodeada por la contrastante la precariedad; artistas comoPaulina Trejo — quien también hizo un grabado del Viaducto Miguel Alemán—, Carlos García Estrada y Alfredo Guati Rojo, ilustraron estas condiciones de pobreza.
Entre los temas que se abordan también están la imaginación de utopías y un homenaje a los albañiles, fundamentales en la creación de las grandes ciudades.
Ciudad de contrastes forma parte de la exposición permanente del recinto, pero asume el rol de una especie de gabinete de gráfica y fotografía, técnicas importantes en la colección, pero que desde hace seis años no contaban con su propio espacio de exhibición.
“Aquí se van hacer reflexiones sobre la gráfica y la fotografía. La temática va a variar, pero debe tener una sinergia con el recorrido permanente”, explica Caliz.
La muestra, que inauguró el 30 de junio, no tiene fecha de cierre, se estima que seguirá abierta al público durante ocho meses.