Desde junio de 2009 cuando nació cobijado por la UAM-Xochimilco, el Grupo de Reflexión sobre Economía y Cultura (Grecu) ha sido un faro que ha echado luz sobre la economía cultural, el sector cultura y las políticas públicas para el quehacer cultural en México. En 13 años han analizado desde diferentes ángulos las iniciativas y programas destinados al arte, al quehacer creativo y a las industrias culturales, han impulsado discusiones en todos los niveles y en estos últimos años han visto la inoperancia de políticas públicas desde la federación y el impacto que ha dejado la pandemia para el sector.
Este grupo de académicos, gestores, periodistas culturales y especialistas en legislación cultural cumple 13 años de analizar, discutir y reflexionar la cultura en México y concluyen que han aportado mucho a la discusión, pero aún faltan tareas por hacer; sobre todo, ven con preocupación que todavía los intereses de la academia y el sector público, e incluso el sector privado y la gestión desde la sociedad civil, no ha tendido puentes que los unan. Menos aún en la actual administración federal que ve las políticas del pasado como neoliberales y se desechan las mediciones y planeaciones.
“Lo más preocupante que hemos visto estos dos últimos años y más aún en medio de la pandemia, y es lo más preocupante, son las acciones regresivas que en el rubro de la cultura son evidentes; hay una mayor centralización y esa mayor centralización afecta cómo se hacen las políticas públicas en las regiones porque hay menos recursos y porque no hay una colaboración entre los gobiernos estatales, los municipios y la federación”, asegura el antropólogo Eduardo Nivón, quien celebra como uno de los logros del Grecu en 13 años, que haya una más clara distinción entre lo que es el aparato de cultura público y el sector cultura, que dice es muchísimo más amplio que el aparato de cultura público.
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El Grecu arriba a 13 años de creado, y en ese marco, Eduardo Nivón ve la centralización como uno de los aspectos regresivos de la política cultural actual, el otro, es que éste “no ha sido el sexenio de las políticas públicas. Hay en general un gran desprecio por lo que es la planeación cultural, se considera que lo planeado se identifica con una orientación neoliberal y con mucho desparpajo se desechaban políticas, incluso se desechan conceptos que estaban relacionados con las políticas públicas”.
Incluso Nivón señala que en general el Plan Nacional de Desarrollo es en realidad un conjunto de discursos del Presidente, pero con muy escasas metas, son metas voluntaristas, sin que esto se fraguara a partir de un debate o una discusión, y eso es en cultura y en todas las áreas”, apunta Nivón.
Eduardo Cruz Vázquez, fundador del Grecu, junto con Angélica Abelleyra y Antonio Mier, asegura que desde que emprendieron este grupo de análisis entre colegas, tenían muy claro que querían desarrollar una serie de líneas de trabajo y de objetivos muy claros que fueran las guías o ejes de trabajo, “sin duda el primer punto fue cómo contribuir a la conceptualización del sector; eso nos llevaba a otro objetivo, cómo posicionar la importancia del sector cultural en el desarrollo del país, que derivaba en cómo hacer el empoderamiento del sector”.
Para el gestor cultural y ex diplomático han cumplido los tres puntos centrales, han contribuido a la conceptualización del sector cultura, a su posicionamiento en la realidad y en la discusión de la agenda pública y al empoderamiento y relación economía y cultura. “En el contexto de una dinámica nacional alrededor del sector de la cultura en México hemos contribuido a robustecer, a fortalecer, a generar una serie de paradigmas y de contenidos para enriquecer la presencia del sector cultural en el desarrollo del país”, asegura el gestor.
Cruz Vázquez agrega que el Grecu ha contribuido al fortalecimiento del sector cultural, es decir, a entender y comprender que la cultura es parte de la economía nacional, que tiene características y particularidades que le da su especificidad y por eso también fue piedra de toque para la concreción de la Cuenta Satélite de la Cultura, en cuyo marco celebrarán este año la tercera edición de la Jornada Nacional de la Cuenta Satélite de la Cultura, los próximos 22 y 23 de noviembre, en colaboración con el INEGI y la Universidad Autónoma de Nuevo León —que ha sido una fiel aliada a lo largo de 13 años, al igual que la UAM-Xochimilco—, y en cuya jornada participará por primera vez la Secretaría de Cultura federal.
Algunos de sus logros más acariciados del Grecu es el programa editorial que han desarrollado y los ha llevado a publicar ocho libros, el portal Paso Libre que luego de tres años se ha convertido en un repositorio que resguarda todos los estudios, artículos y publicaciones logradas a lo largo de 13 años y una serie de seminarios, talleres, conferencias, y audiovisuales que suman al debate.
EDUARDO CRUZ VÁZQUEZ
Gestor cultural
“El tema de la relación entre economía y cultura no se circunscribe estrictamente a políticas culturales, en eso hemos sido claros”
Avances colectivos
Antonio Mier, uno de los fundadores, reconoce que a 13 años han logrado varios avances pero estos dos últimos años han sido muy difíciles, “siento que estamos con ganas pero todavía estamos tanteando el terreno. Desde que iniciamos he visto que nuestra participación en el ámbito cultural ha ido cobrando fuerza, nos hemos ubicado como un punto de referencia para los temas relacionados con la cultura y su vinculación con la economía, era algo que no se tocaba”, afirma Mier.
El economista asegura que han presentado análisis nuevos como lo relacionado con la Cuenta Satélite sobre la cultura, así como lo relacionado con el Presupuesto de Egresos de la Federación, “pero a veces me da la impresión de que no hemos tenido el impacto deseado. Tal vez porque en medio de todo lo que ha acontecido no han cobrado la importancia estos temas. Hemos trabajado, pero las políticas han sido decepcionantes, sobre todo en estos últimos años”, señala Mier desencantado del acontecer cultural actual, pues dice que lo que se ve es que la “cultura es otra cosa y el arte es para unos cuantos privilegiados, por lo que no le ha prestado la atención esperada”.
En uno de sus artículos señaló que ya descontando la inflación, los recursos destinados al arte y la cultura eran de menos de 50% de lo que se le destinó en 2012, “ha habido un descuido total y en ese sentido pienso que es la parte decepcionante, nos hemos esforzado en defender el presupuesto incluso ante la comisión de cultural en Diputados y a pesar de eso vemos cómo se han ido recortando los gastos en cultura. Esa es la parte triste de esto. Nos hemos esforzado para mostrar, la importancia de la cultura no sólo como aportación a la sociedad sino como actividad económica, pero parece que han prestado oídos sordos”.
La periodista cultural Angélica Abelleyra, fundadora del Grecu celebra la comunidad que se ha creado con académicos, artistas, gestores culturales, empresarios, investigadores, economistas, periodistas, legisladores, ex funcionarios de la vida pública y varios actores más, interesados en indagar, estudiar, analizar, debatir y proponer estrategias públicas y privadas que afiancen al sector cultural de México.
Dice que han analizado la aportación de económica de la cultura al PIB nacional, para ofrecer una visión plural y crítica sobre lo que se hace y se omite en el acontecer diario en el sector; sus aciertos y múltiples fallas. “Siempre ha mostrado un perfil crítico sobre las políticas públicas en el sector cultural pero no cabe duda que en este sexenio, la del Grecu ha sido una de las caras más agudas en la actuación de las autoridades culturales, públicas y privadas, a nivel federal pero también en los estados y los municipios del país”, señala Abelleyra, quien apunta que mediante la investigación, el dato duro y la suma de voces disonantes, el Grecu ha ofrecido propuestas y lanzado preguntas para mejorar el devenir público de la cultura pero también para profesionalizar y mejorar el desarrollo tan depauperado de los trabajadores de la cultura, los artistas, los gestores culturales.
“En lo privado y en lo público la vida cultural se detuvo como la conocíamos, con la debacle subsecuente no solo en los bolsillos particulares sino en los presupuestos públicos y de las instancias privadas. A ello se sumó el lanzamiento de sendos proyectos culturales de la llamada 4T que han absorbido enormes porcentajes de la partida presupuestaria del sector, como Proyecto Chapultepec y el Tren Maya, ambos polémicos”, dice Abelleyra.
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Para Eduardo Nivón el asunto de la pandemia hizo más evidente la inacción del gobierno pues la comunidad cultural confirmó que este es un gobierno que no dio absolutamente ningún apoyo a los grupos afectados por la pandemia, empresarios de todo tipo y creadores, “en el campo de la cultura fue lamentable. Hay algunas cosas que se hicieron, Contigo a la distancia fue una manera de tratar de crear contenidos, pero sobre todo difundir bienes culturales u objetos culturales a partir de las líneas digitales, pero lo que se hizo básicamente fue por la forma en cómo respondieron los creadores, fue por propia iniciatriva; porque del gobierno no hubo mayor propuesta”.
Por su parte, Adriana Malvido afirma que el papel del Grecu ha sido importantísimo estos años, “en primer lugar, Grecu introdujo un nuevo ángulo, muy poco abordado en México, para el análisis: la relación de la cultura con la economía. Ofrece un nuevo paradigma: La economía cultural como un componente insustituible en el desarrollo del país”, al que se suma el carácter multidisciplinario, diverso y plural de sus miembros que ha enriquecido el debate y la investigación.
“El Grecu se convirtió muy pronto en una referencia obligada en el seguimiento puntual de las políticas culturales, afirma Malvido.
EDUARDO NIVÓN
Antropólogo
“Hay una mayor centralización y esa mayor centralización afecta cómo se hacen las políticas públicas en las regiones, porque hay menos recursos“
Los nuevos retos
Eduardo Cruz asegura que desde el Grecu seguirán insistiendo, porque esa es su tarea, en la necesidad de la resolución de un gran pendiente: ¿cómo dotar de una política económica al sector cultural?
Vázquez asegura que justamente es porque no se tiene la perspectiva y parecería en muchos sentidos que no hay interés de dotar al sector cultural de una política económica. “No es la política cultural, es una política económica para el sector cultural, esa es parte de la bandera del Grecu todos estos años, o sea el tema de la relación entre economía y cultura no se circunscribe estrictamente a políticas culturales, nosotros hemos sido claros que para que el sector se desarrolle su problema es la carencia de una política económica que apuntale todas las actividades del sector, no sólo las públicas sino las privadas y las de las propias de las organizaciones no gubernamentales”.
Entre los proyectos está que el portal Paso Libre siga funcionando como repositorio, lanzarán en julio Grecurías, un programa de de discusión sobre temas de la agenda del sector cultural y un nuevo ciclo: “Y los presidentes y la cultura”, para analizar cómo se desarrolló la relación de los presidentes con la comunidad cultural, desde Lázaro Cárdenas hasta Andrés Manuel López Obrador, “la idea es justamente llevar esto al presidencialismo más duro”, apunta Cruz Vázquez.
ANGÉLICA ABELLEYRA
Periodista cultural
“El lanzamiento de sendos proyectos culturales de la llamada 4T han absorbido enormes porcentajes de la partida presupuestaria del sector”
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