El espíritu patrio llega hasta las salas del Museo Metropolitano de Nueva York, con la exposición Mexican Prints at the Vanguard, que muestra piezas de la colección de grabado mexicano del museo, que abarca desdes el siglo XVIII hasta el XX.
En un recorrido de seis secciones, distribuidas en tres salas del museo neoyorquino, se muestran 130 xilografías, litografías y serigrafías, de las cuales 120 no habían sido expuestas al público, detalla en entrevista Mark McDonald, curador de la exposición y encargado del Departamento de Dibujo y Gráfica del Museo Met.
“Nos parece tan interesante la calidad, los temas y la forma en que intersectan con la sociedad, la historia, los movimientos artísticos, sociales y las ideologías. Son imágenes que impactan con temas que en un sentido son eternos, como la represión, la opresión, la pobreza, estos temas se muestran a través de impresiones y son piezas que aún causan interés en la gente”, dice McDonald sobre la exposición.
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Entre las piezas nunca antes vistas, el curador destaca obras como Corridos de El Machete. La trinidad de los Sinvuergënza, una hoja que se incluyó en la primera edición del periódico "El Machete". La imagen es una creación de David Alfaro Siqueiros y el texto, que es un corrido satírico sobre la trinidad de los sinverüenzas, que son un político, un imperialista estadounidense y un capitalista europeo, fue escrito por Graciela Amador, historiadora y esposa del muralista.
Otra pieza destacada es un cartel de 1929 realizado por Fernández Ledesma en el que se publicita la Exposición de pintura y escultura de las escuelas populares mexicanas de arte, que se realizó en Parque del Retiro en Madrid, España, con piezas de sus estudiantes.
Uno de los grabados de mayor antigüedad en la exposición data de 1756 y forma parte de una tesis que presentó un estudiante de la licenciatura de Medicina en la Real y Pontificia Universidad de México. El documento tiene una inscripción en latín de la frase “No había hecho esto por ninguna otra nación”, que alude a la aparición de la Virgen de Guadalupe, quien también está representada, pues el estudiante le dedicó su tesis. Se trata de una impresión hecha por el grabador virreinal Baltasar Troncoso y Sotomayor.
También se exhiben obras de José Guadalupe Posada, Diego Rivera, José Clemente Orozco y Leopoldo Méndez, por mencionar algunos.
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Como director del departamento de Dibujo y gráfica del Met, McDonald tiene una visión amplia de cómo se ha trabajado el grabado en otras épocas y partes del mundo. Si bien el curador señala que en la historia del arte hay otros centros del grabado, como Francia y Alemania, el grabado mexicano se distingue del resto por ser “tan inventivo y se preocupa por hacer impresiones que hablaran tan claro sobre un tema, (los grabadores) estaban muy comprometidos con el arte del grabado. Este compromiso los diferencía porque no era una tarea secundaria, sino principal para artistas como Leopoldo Méndez, José Chávez Morado, Raúl Anguiano”.
La exposición es un recorrido cronológico que narra el inicio del grabado en México, su evolución hasta convertirse en una técnica importante para la caricatura política, se hace énfasis en la figura de José Guadalupe Posada y sus contemporáneos, en la relación de esta técnica con el muralismo y hay una sección dedicada a Taller de Gráfica Popular. La muestra concluye con la “preocupación” de cómo la gráfica mexicana se transformó en un producto de mercadeo: “En los años 40 se empezó a hacer una serie de impresiones principalmente para audiencias americanas, en las que se mostraban atuendos tradicionales, no tenían un mensaje social. Hoy en día el grabado mexicano sigue muy activo, en lugares como Guadalajara y Oaxaca se están haciendo trabajos increíbles en colectivos, estudios y aún hay grandes artistas trabajando esta técnica”, dice McDonald.
Todo gracias a Jean Charlot
¿Cómo es que el MET se hizo de una colección tan rica de grabado mexicano? McDonald explica que todo fue gracias al artista francés Jean Charlot, quien tuvo una estrecha relación con México.
Charlot residió en la Ciudad de México hasta 1928. En esos años fue parte de los “Dieguitos”, como se apodaba a los asistentes de Diego Rivera. El francés auxilió a Rivera en la creación de murales de la Secretaría de Educación Pública, para después hacer su trabajo propio como Masacre en el Templo Mayor o La Conquista de Tenochtitlan en el Antiguo Colegio de San Ildefonso. También hizo litografías, de las cuales algunas forman parte de la colección del Museo Nacional de Arte (Munal). Charlot aprendió el grabado en Francia y su gusto por esta técnica continuó en México, donde la investigó; era tal su interés que escribió artículos como “José Guadalupe Posada y sus sucesores”, que se publicó tras su muerte.
Ya para finales de los años 20, se mudó a Nueva York y ahí comenzó una relación con el Museo Met.
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“Las piezas de obra gráfica mexicana en el Met llegaron entre 1920 y 1940 a través de Jean Charlot. Se mudó a Nueva York y se hizo amigo del personal del Museo. Ahí fue cuando donó y ofreció algunas impresiones en venta al museo, y en 1945 se convirtió en un agente, adquiriendo grabados para el Met. La amistad del personal con Jean Charlot les inspiró interés y él les enseñó las impresiones y cómo se hacían”, detalla McDonald.
Corridos de El Machete. La trinidad de los Sinvuergënza, de Siqueiros fue obsequio de Charlot al museo, por ejemplo.
La participación de Charlot propició que este museo estadounidense fuera de los primeros recintos fuera de México en coleccionar grabado mexicano, pues el curador explica que fue entre los años 30 y 40 que otras instituciones comenzaron a interesarse en este arte.
El Met, hogar del grabado mexicano
Pero la historia no acaba ahí. Hoy en día el Museo Metropolitano de Nueva York es uno de los recintos con la mayor colección de grabado mexicano, hito que alcanzó este año gracias a una nueva donación.
Se trata de la colección Pinkowitz, compuesta por más de 300 piezas de grabado hecho por artistas como Leopoldo Méndez, Diego Rivera, Isidoro Ocampo, Adolfo Mexiac, Roberto Montenegro, Xavier González Iñiguez y el Taller de Gráfica Popular, con piezas de Elizabeth Catlett, Charles White y Howard Cook.
Esta donación hizo que aumentara a más de 2 mil piezas el acervo de libros e impresiones mexicanas en el Departamento de Dibujo y Gráfica del Met y “llenará espacios” de la colección con “obras raras”, como Río Escondido (1948), de Leopoldo Méndez, por mencionar un ejemplo.
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JoAnn Lee Edinburg Pinkowitz, una estudiosa del arte y donadora de la colección, comenzó a reunir grabados mexicanos en 2009 luego de ver la exposición Vida y Drama: Modern Mexican Prints, en el Museo de Arte de Boston.
Las obras de esta colección apenas están siendo estudiadas y se presentará una selección de 70 piezas al público hasta 2025, detalla McDonald.
Mexican Prints at the Vanguard estará abierta al público hasta el 5 de enero de 2025.