Muy convenientemente, la exoneración de Alejandro Gertz Manero por la Junta de Honor del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) llegó en un momento en que al fiscal le cundieron los problemas como hongos después del aguacero provocado por las grabaciones ilegales. Una de cal por todos los costales de arena. ¿Asunto arreglado y a otra cosa, mariposa? Parece que no porque ahí hay un gato encerrado que está enseñando las orejas. En primer lugar, la Junta de Honor no estaba completa, faltaban 2 de los seis miembros que marcan sus Lineamientos de Funcionamiento, lo cual no se sabía hasta que EL UNIVERSAL le insistió al Consejo Nacional de Ciencia y Teconología (Conacyt) para que lo aclarara y actualizara el directorio, luego de que dos antiguos miembros comentaron en redes sociales que tenían meses de no pertenecer a la Junta.
Una Junta de Honor incompleta, una irregularidad. Los Lineamientos dicen que la Junta puede operar mientras haya quórum: la mitad más uno, puntualizan los Lineamientos, es decir, mínimo 4 personas. Justo las que Conacyt puso en el directorio actualizado. Pero en Crimen y Castigo nos hemos enterado de que una persona que forma parte de la actual Junta de Honor estuvo ausente en la reunión en la que se formuló la polémica recomendación a favor de Gertz Manero… Tampoco aparece en el directorio actualizado el nombre de la Secretaria Técnica de la Junta de Honor. ¿Entonces quiénes diablos sí estuvieron y votaron en esa reunión y quiénes no? ¿En verdad había quórum? Si no hubo quórum ésta sería una irregularidad mayor porque la votación sería ilegal, no se habría podido llevar a cabo la sesión, se tendría que haber levantado un acta y haber convocado a una nueva reunión. Para despejar estas serias dudas, Conacyt debe hacer pública el acta de la sesión con la lista de asistencia firmada por cada integrante que estuvo presente. Claro, a menos que oculten algo que tarde o temprano sabremos todos. En ello trabajamos.