Madre Aradia, la protagonista de "", la nueva novela de , es Medea, la mítica madre asesina; es la líder que encabeza a las 12 mujeres fieles que todas las noches se reúnen a escucharla; es también la que mueve los hilos políticos, sociales y económicos de una pequeña ciudad italiana; la poseedora de las historias, la mujer fuerte y controladora, la mano que mece la cuna de la “cosa nostra”, la clásica nonna italiana, “la matriarca que termina siendo una especie de araña que devora a su progenie”, asegura Montiel Figueiras sobre la protagonista de su historia.

La novela publicada por Salto de Página, sello de Malpaso, teje una trama intensa a partir de las imágenes de un álbum fotográfico que llegó a manos de Mauricio Montiel Figueiras a través de una amiga mexicana avecinada en Turín. El álbum documenta el funeral de una persona importante de un pueblo italiano —que bien podría ser un pueblo mexicano—, desde la salida de la casa hasta el destino final de los restos. A partir de la pura imagen se detona la narración.

El mecanismo que ideó el narrador para contar esta historia a partir de 32 imágenes del cortejo fúnebre, fue a través de cartas enviadas por Alessandro, el nieto varón que creció bajo la tutela de Madre Aradia, lo mismo que su padre. Las cartas van dirigidas a Annunziata, la hermana de la que fue separado cuando eran muy niños, y que gracias a su madre, ellas quedaron lejos de la energía misteriosa, oscura y enigmática de Madre Aradia.

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“En realidad son las cartas que envía el hermano Alessandro a su hermana Anunnziata. Escribí de hecho un par de respuestas de ella, pero decidí que quizás era interesante quitarle la voz a ella, aunque sí aparece al principio y al final, pero quería dejar que Anunnziata sea el lector, o sea yo estoy enviando esas cartas al lector que va a recibir esto y que va a estar leyendo como si él fuera el que recibe las cartas ahorita. El destinatario de las cartas de Alessandro en realidad es el lector, no solo su hermana”, apunta Montiel Figueiras en entrevista.

En este relato con dotes de thriller, misterio y policíaco, que arranca con la muerte de la poderosa Madre Aradia, Montiel Figuras explora el género epistolar, un género ya prácticamente desaparecido, pero también vuelve a Leonardo Sciacia, uno de sus autores de preferencia, y tiene como atmósfera la mafia y la Italia de la saga de El Padrino, de Francis Ford Coppola, asegura el también autor de La penumbra inconveniente.

Al darle ese álbum fotográfico, su amiga y lectora pidió como único pago que él escribiera una historia como las que escribía en Instagram en su proyecto “Las ajenas vidas”, a partir de postales y fotografías antiguas. En esta historia, Mauricio quiso, además, recuperar el espíritu de la de la correspondencia.

“La primera versión de la novela la escribí en pleno pico de la pandemia, entre abril y mayo de 2020, en un mes que me aboqué sólo a este proyecto literario, y fue fascinante estar viviendo esa historia en ese pueblo de Sicilia. Pensé que ahora que se habla tanto, y qué bueno, de los todos los males que ha generado la cultura patriarcal a lo largo de la historia, también ha habido matriarcados y también ha habido matriarcas que no necesariamente son bondadosas, que no necesariamente cuidan a su comunidad o a su familia. El ejemplo que nos viene a la mente de inmediato es Medea, la mítica madre asesina, ahí está una matriarca que termina siendo como una especie de araña que devora a su progenie”, afirma Montiel.

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Tras esa definición, quiso situar su historia en la segunda posguerra, en la década de los 50, era la oportunidad para hablar de la Segunda Guerra Mundial, pero también de la Primera Guerra Mundial y de las cicatrices que fueron dejando esas guerras que la mayoría de las veces no cierran. “Por desgracia tenemos la experiencia de la guerra nuevamente, muy cercana, muy contemporánea con Gaza y con Ucrania, y pensar en todas estas familias que son fragmentadas, que son rotas por el conflicto bélico, que los padres mueren o tiene que salir uno de ellos fuera del país porque son perseguido, es por desgracia la trágica historia de la humanidad”.

Montiel Figueiras quería contar una historia de esas, de una familia que es quebrantada por el conflicto bélico, pero también es quebrantada por razones misteriosas. “Está el conflicto armado, pero también está la figura tremenda de madre Aradia que es una matriarca, la famosa nonna italiana, que en Italia es muy importante la figura de la abuela, inclusive más que la de la madre”, afirma el escritor, y agrega que se le ocurrió situar la historia en Sicilia: “El contexto es una novela policíaca también con tintes medio metafísicos, al estilo de las novelas de Sciacia con la atmósfera siciliana de El Padrino aderezada con la mitología y la estatuaria griega”.

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