Aún sin asumir el encargo, pero ya metido en su papel de director general del Fondo de Cultura Económica (FCE), hace justo tres años, el 17 de noviembre de 2018 Paco Ignacio Taibo II dijo a EL UNIVERSAL que no iba a editar las obras que le habían dejado programadas, porque era mucho ensayo y muchos clásicos griegos y latinos, que eran “publicaciones muy caras y para élites académicas” e informó que haría una “colección provocativa”, sobre todo de literatura dirigida a los lectores jóvenes.
Tres años después de esos dichos donde incluso señaló que el Fondo se había vuelto una “especie de cementerio para elefantes políticos”, Taibo II se adjudica el mérito de publicar libros de precios asequibles y en particular presume Vientos del Pueblo, una colección muy popular coordinada por Luis Arturo Salmerón Sanginés , cuyas obras tienen tirajes de 40 mil ejemplares, que venden a precios de entre 11 y 20 pesos y en los que ha publicado a autores y a ilustradores, varios de ellos cercanos a la llamada Cuarta Transformación.
Entre quienes han editado en esa colección hay autores o moneros amigos, como Fabrizio Mejía Madrid , Armando Bartra, Felipe Ávila, Óscar de la Borbolla, Antonio Helguera, Rafael Barajas “ El Fisgón ”, José Hernández y Rapé , a quienes en promedio les pagan 5 mil pesos por texto y 8 mil por ilustraciones (según consta en solicitudes información).
Pero también varios de ellos están en la Colección Popular , que es una de las series más emblemáticas del Fondo de Cultura y que Taibo II dijo hace tres años que la iba a “revivir”, y donde ha publicado a autores como Pedro Miguel, Armando Bartra, la nueva novela de Fabrizio Mejía Madrid y el libro “La batalla por Tenochtitlán”, de Pedro Salmerón Sanginés , que fue “aprobada de manera extraordinaria” el 7 de noviembre de 2019 por dos funcionarios del FCE, uno de ellos Luis Arturo Salmerón Sanginés, hermano del autor, y por la que le dieron al historiador un adelanto de 20 mil pesos como consta en una solicitud de información.
Sin embargo, muy poco se sabe de la política editorial del Fondo de Cultura Económica. Críticos y académicos que formaron parte de los comités editoriales, estudiosos del FCE y autores de esa editorial señalan a EL UNIVERSAL que la opacidad y falta de transparencia son algunas de las características de los primeros tres años de trabajo de esta administración encabezada por Taibo II.
“Antes que una predominancia de autores favorables a la 4T, abundan los muertos entre los autores publicados en los últimos tres años”: Fabienne Bradu, investigadora.
En el Informe de Austeridad Republicana 2020, que Paco Ignacio Taibo II entregó a la Unidad de Enlace de la Secretaría de Gobernación para reportar los ahorros logrados en ese ejercicio para cumplir con la Ley Federal de Austeridad Republicana publicada en el Diario Oficial de la Federación el 19 de noviembre de 2019, reporta ventas entre enero y diciembre de 2020 de 3,446 millones de ejemplares, pero en una tabla páginas adelante muestra que se imprimen menos títulos que en el pasado (365 títulos en 2020 contra 448 en 2018, es decir una reducción del 18%).
Uno de nuestros estudiosos señala que “a pesar de que imprimen menos títulos presumen haber alcanzado 132% de la meta programada, ya que bajaron las metas de 448 títulos anuales a sólo 275. Bajando las metas se obtienen entonces ‘sobrecumplimientos’ aunque impriman menos títulos que antes”, en un año en el que la editorial tuvo un presupuesto de 377 millones (166.8 de recursos fiscales).
En el análisis a dicho informe hecho por el experto que prefiere el anonimato, éste señala: “del presupuesto del FCE 166.8/377.5 = 44% es subsidio gubernamental. Tomando en cuenta que editaron 1.158 millones para Conaliteg representan un subsidio disfrazado, se puede estimar que de cada libro que el FCE vende recupera solo 50% del costo. El otro 50% es subsidio gubernamental, de manera concreta: una mitad de cada libro vendido por el FCE la paga el gobierno como subsidio”.
Los “logros” de la editorial
El gestor cultural y autor del libro digital “80 años: las batallas culturales del Fondo”, Gerardo Ochoa Sandy asegura que la política editorial del FCE es francamente caricaturesca y “se ha dedicado a publicar a funcionarios, columnistas y moneros de la 4T”, y por otra parte, las aportaciones de nivel a las colecciones son escasas.
“Incluso ha menospreciado a algunas sin miramientos. Tal fue el caso de la honorabilísima serie A la orilla del viento, recibida con gran aprecio por los lectores, pues juzgó que no tenía sentido publicar literatura infantil y juvenil. La razón es clara. Lo que busca es adoctrinar a esos sectores de la población o, peor aún, ofrecerles folletines de cuarta, pomposamente llamados Vientos del pueblo”, afirma Ochoa Sandy.
“Lo que busca es adoctrinar a la población (infantil y juvenil) o, peor aún, ofrecerles folletines de cuarta, llamados pomposamente Vientos del pueblo”: Gerardo Ochoa Sandy, Gestor cultural.
A la investigadora Fabienne Bradu le llama la atención “la poca presencia de autores contemporáneos y nuevos, la fealdad de las ediciones actuales cuando el FCE siempre se ha esmerado por producir libros bien hechos, y lo poco atractivo de los títulos de historia que ha sido reducida a un nacionalismo monótono y trasnochado”. Pero sobre todo le llama la atención que editen a tantos autores fallecidos.
“Antes que una predominancia de autores favorables a la 4T , abundan los muertos entre los autores publicados en estos últimos tres años. Y que quede claro: ¡no tengo nada contra los muertos! No sé si corresponde a un criterio de ahorro respecto a derechos de autor o a un deliberado criterio para formar un canon literario distinto al de épocas anteriores”, señala la investigadora y crítica que formó parte de los comités editoriales del FCE.
El tema de los comités editoriales o de asesores notables del Fondo casi desde su fundación y que para Ochoa Sandy tuvo su etapa de esplendor durante la gestión de Orfila, con figuras como Alfonso Caso, José Gaos, Agustín Yáñez, Silvio Zavala, Mariano Picón-Salas, Marcel Bataillon, Raymundo Lida y Francisco Giner de los Ríos , entre otros, es uno de los más cuestionados desde hace tres años porque fueron desaparecidos por el actual director.
“Ahora Taibo tiene puros incondicionales. Sería impensable imaginar a Taibo conversar con figuras de ese nivel”, apunta Ochoa Sandy, quien agrega que en 2018 participaban como consejeros 140 notables, en 10 distintas áreas del conocimiento; la lista incluía a Eduardo Matos, Enrique Florescano, Ruy Pérez Tamayo, David Brading, Roger Bartra, David Huerta, Miguel León-Portilla, Vicente Quirarte, Soledad Loaeza, Jesús Silva-Herzog Márquez y Martha Lamas .
“Taibo II no tolera una opinión no sólo contraria, sino ni siquiera distinta a la suya. Basta leer su lenguaje corporal para constatarlo. Por eso, una de sus primeras barbaridades fue disolver los consejos editoriales, que daban coherencia al programa de publicaciones. En consecuencia, se vino abajo la calidad de las novedades editoriales. Me recuerda el triste periodo de Salvador Azuela, impuesto por Gustavo Díaz Ordaz, luego de la expulsión de Orfila Reynal”, afirma.
3 MILLONES 446,746 ejemplares se produjeron de enero a diciembre de 2020: 1,101,048 fueron novedades editoriales y 2,345,698, reimpresiones
La poeta y ensayista Malva Flores dice que nunca formó parte de ningún comité del FCE, pero sólo puedo decir cosas magníficas de las pasadas administraciones. “Tengo un libro ahí, ‘Viaje de Vuelta’, del cual ya finiquitaron los derechos y me pidieron hacer válido el contrato, firmado hace ya varios años, sobre la edición digital que nunca hicieron. No lo firmé y no renovaré el contrato, ni físico ni en digital de mi libro”.
La autora de “Estrella de dos puntas, Octavio Paz y Carlos Fuentes : crónica de una amistad”, cuenta que meses antes de que entrara la actual administración envió un libro de poemas para su dictaminación, “más tarde, y viendo la situación de la editorial, retiré mi propuesta y publiqué el libro en Literal Publishing”, pero además cuestiona que el Fondo haya optado por editar libros de enorme calidad pero solo en versión digital.
“Hago votos porque algún día se puedan publicar en papel los dos tomos de la Correspondencia entre Alfonso Reyes y Pedro Henríquez Ureña”: Adolfo Castañón, Miembro de la AML.
Esa determinación –y otras como darles largas a los autores programados- la planteó Taibo II desde su llegada hace tres años: editarlos con un tiraje mínimo o publicarlos en formato electrónico.
Eso ha ocurrido por ejemplo, con la edición de los dos tomos de la Correspondencia entre Alfonso Reyes y Pedro Henríquez Ureña , que recién ha sido coeditada en línea por el Fondo de Cultura Económica y El Colegio de México, y que se trata de un trabajo de investigación importantísimo del ensayista y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, Adolfo Castañón.
“Tengo un libro ahí, Viaje de Vuelta, del cual ya finiquitaron los derechos... No renovaré el contrato ni físico ni en digital de mi libro”: Malva Flores, Poeta y ensayista.
“De la decisión que llevó a transitar de una edición en papel a una edición digital no tengo muchos datos duros para apoyar cualquier hipótesis. Pienso que la decisión tuvo que ver con el alto costo de imprimir en papel estos dos tomos. Celebro que el FCE y El Colegio de México hayan honrado su compromiso de poner en circulación esta importante obra que viene a completar el primer tomo de dicha correspondencia preparada por don José Luis Martínez. en 1986, en la Colección Biblioteca Americana. Hago votos desde luego porque algún día se puedan publicar en papel e igualmente hago votos porque se ponga en línea el tomo realizado por mi maestro don José Luis Martínez a quien está dedicada esta obra”, señala Castañón.
Sobre cómo serán los próximos tres años del FCE nada se sabe, pero Fabienne Bradu, plantea un anhelo: “Hago votos para que, durante los tres años que les quedan en sus funciones, no logren demoler por completo la casa editorial, cuya construcción ha sido el resultado de muchos esfuerzos a lo largo de décadas y décadas. Ojalá no les alcance el tiempo para completar la destrucción que han comenzado a cometer en el catálogo del FCE”.
377 MILLONES de pesos fue el presupuesto del Fondo en 2020 (166.8 de recursos fiscales), durante el cual ahorró 25 mdp
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