Estudiar el ensayo de género es una de las grandes líneas en las que hay que trabajar, asegura la ensayista, crítica literaria y estudiosa de la historia y la teoría del ensayo mexicana de origen argentino Liliana Weinberg, quien el próximo viernes leerá su discurso de ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua y se convierte en la novena mujer integrante de la institución, a la que llega con orgullo.
Es una de las más acuciosas investigadoras, editoras, autoras y críticas del ensayo en Hispanoamérica y conocedora de la obra de ensayistas como Pedro Henríquez Ureña, Alfonso Reyes, Jorge Luis Borges, Ezequiel Martínez, Carlos Fuentes, Pablo Neruda y Octavio Paz. La profesora e investigadora de la UNAM dice que el ensayo es un miembro con derechos de la gran familia literaria.
¿Un género con amplios registros?
¿En México goza de buena salud?
Hay grandes ensayistas y cada vez con exploraciones más llamativas, sobre la lengua, la escritura, la relación entre ficción y no ficción. Al ensayo se le definía como un género de no ficción, y ahora hay nuevas exploraciones que ven este cruce de ensayo y narrativa que también parecían ser mundos diferentes y hoy empiezan a cruzarse.
¿Como ensayista también se ha ido adaptando?
Decía un crítico que el ensayo es un texto atravesado por innumerables discursos; el ensayista observa, pero también escucha lo que pasa en su sociedad; lee, pero también registra el discurso social, lo que se está diciendo en el mundo, todo le permite ir abriéndose a distintos registros, discursos, temas, problemas. Todo ensayista escribe desde su mirador personal, sus experiencias, su biografía, pero también de algún modo el mundo le indica al ensayista por dónde ir, es decir, le va planteando distintos temas.
¿El ensayista es un mirador del mundo?
¿Qué quiere aportar usted a la Academia?
Ya hay grandes ensayistas en la Academia, grandes conocedores del ensayo, pero quiero aportar esta perspectiva mía sobre el ensayo en su relación con la lengua, el ensayista como juez y parte en los fenómenos de la lengua, cómo el ensayista trabaja con la lengua y es atravesado por la lengua; al mismo tiempo muchos ensayistas a partir de la lengua y del lenguaje hacen modelos de análisis o modelos para interpretar otros fenómenos del mundo. Realmente estudiar el ensayo en su relación con la lengua, ese va a ser justamente el tema de mi discurso.
¿Y aporta su mirada de mujer, una perspectiva de género?
Ingresar hoy a la Academia también representa un paso más en la participación de las mujeres en distintos espacios de la vida académica, laboral, social, en la escritura, una mayor visibilidad para la mujer; y el ensayo también en este momento es otra de las vertientes riquísimas... la relación entre el género ensayo, las nuevas preocupaciones por el género, la escritura de la mujer. Es el reconocimiento persona, pero también el reconocimiento del lugar que vamos ocupando las mujeres.
Frase
"Todo ensayista escribe desde su mirador personal, sus experiencias, su biografía, pero también de algún modo el mundo le indica al ensayista por dónde ir”.