El reciente nombramiento de como del , A. C. ( CIDE ) -puesto que ocupó durante 40 días de manera interina-, oficializado ayer 5 de diciembre, podría celebrarse como un logró de la presión de la comunidad académica y de los medios de comunicación, como EL UNIVERSAL, que han puesto en evidencia los vacíos impuestos en ese centro público por el actual director, José Antonio Romero Tellaeche; sin embargo, más que celebrable, el nombramiento agrega una nueva falta al reglamento cometida por el doctor Romero Tellaeche. Es verdad que el nombramiento fue decidido -aseguran que por unanimidad- por el Consejo Directivo del CIDE, que es el máximo órgano de gobierno, durante la Segunda Sesión Ordinaria, pero no cumplieron con el procedimiento, pues la propuesta de Saúl Mendoza Palacios para el cargo de Secretario Académico debió presentarla Romero Tellaeche ante el Consejo Académico del CIDE, conformado por los profesores que son directores de División, y tras ser aprobado -cosa que nos cuentan, no hubiera ocurrido- llevar la propuesta al Consejo Directivo del CIDE; pero el director se saltó este procedimiento; y además, oiga usted, según las reglas vigentes, el nuevo secretario no cumple los requisitos para ocupar el cargo pues no tiene ni un año de antigüedad en el CIDE, recién llegó en enero de este 2022. Lo que podría argumentar el Dr. Romero Tellaeche es que las reglas cambiaron -por cierto, acusan, que de manera ilegal- este año, pero son reglas que no entraron en vigor pues el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) no las publicó, entonces como si no existieran, con lo cual las reglas vigentes son las de 2019, cuyos requisitos, Saúl Mendoza Palacios no cumple a cabalidad. ¿Y ahora Dr. Romero Tellaeche?

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