El cine y la fiebre juvenil unió las vidas del escritor y dramaturgo con la llamada “La Novia de México”, la actriz y cantante . Él dejó constancia de ese amor arrebatador y calcinante en su libro autobiográfico “El rock de la cárcel”; ella lo dijo en varias entrevistas y también lo puso por escrito en su autobiografía “Angélica María: La novia de México”, un compendio de 50 años de vida artística y personal, publicada en 2005.

En una de las entrevistas, la cantante de “Edie, Edie” declaró: “Me di una enamoradota de José Agustín. Fue un embelesamiento brutal, sin medida. Nos enamoramos sí, y fuerte. Como idiotas. Lo peor, él estaba casado”. Era el tiempo en que ambos filmaron la cinta “Cinco de chocolate y uno de fresa”. Una historia de amor que dejó algunas imágenes y varias páginas en la autobiografía de José Agustín.

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“Angélica no ignoraba que Margarita (su esposa y amor eterno) y yo nos veíamos y eso la encrespaba. Nos poníamos a discutir. Yo era un naco perfecto, y pronto me revolcaba en neurosis inaguantables. Me parece que en el fondo Angélica María y yo presentíamos que era casi imposible crear las condiciones necesarias y que eso nos hacía perder vuelo. No hablábamos de casarnos, pero tampoco lo desechábamos; nos gustaba, eso sí, la idea de vivir juntos, de despertar y vernos las caras chinguiñosas (a mí me fascinaba Angélica sin maquillaje, con los ojos chiquitos y su naturally curly hair). Por desgracia, en muchas cosas la familia Ortiz y Angélica María misma estaban chapadísimas a la antiquérrima”, contó José Agustín en “El rock de la cárcel”.

El escritor y la cantante y actriz tenían 22 años, ambos habían entrado a la vida pública de manera precoz, José Agustín había publicado “La Tumba” a los 19 años y era ya un escritor consolidado y un narrador metido en el mundo del cine a donde entró para hacer la adaptación de su novela “De perfil”, bajo la dirección de Carlos Velo, quien justo se acababa de casar con la productora Angélica Ortiz, la madre de “La Novia de México”. Fue así que se conocieron.

Cuenta Agustín en “El rock de la cárcel” que una noche que con Angélica Ortiz trabajan juntos el guión de lo que sería “Cinco de chocolate y uno de fresa”, ella le dijo si es que no se había dado cuenta del impacto que él le había causado a su hija.

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“Yo, como buen imbecilento, no me había dado cuenta de nada. De pronto algo se rompió dentro de mí con un chasquido que me hizo cambiar al instante. Bastó que Angélica Ortiz hubiera dicho eso para que en mí brotara la certeza de que en realidad yo estaba rebotando por Angélica María”, relató el escritor.

Esa posibilidad, contó, en un plano consciente ni siquiera lo había considerado, pero la historia intensa de amor llegó, a pesar de que él estaba casado con Margarita, a quien le había costado mucho trabajo conquistar. Pero el arrebato llegó: “Una emoción oscura y debilitante me quitó el aliento, era la intuición de que a todo se lo había cargado la chingada: una capitulación inmediata, el anhelo de entrar en una especie de iniciación que debería cambiarme por completo”.

La pasión por Angélica María condujo a la separación de José Agustín con su esposa, por una temporada. El escritor se metió de lleno a ese romance: “Pude echarme un clavado en la intoxicación que resultaba Angélica María y los preparativos de ‘Cinco de chocolate y uno de fresa’”.

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melc

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