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Sharjah, Emiratos Árabes Unidos.- Bien dicen que hay un lugar y momento para cada cosa, pero cuando se trata de una guerra a poco más de 2 mil kilómetros de distancia, es inevitable que las experiencias y las denuncias no se cuelen en las conversaciones. Así ha ocurrido en la Feria Internacional del Libro de Sharjah, en los Emiratos Árabes Unidos (EAU), un encuentro literario cuyo objetivo principal es la educación, pero que dadas las circunstancias también se ha convertido en un espacio para la reflexión.
En el evento participan 2 mil 300 editoriales de distintos países de la región, entre los que se encuentra Egipto y Líbano, vecinos de Palestina. Entres los stands de libros, se encuentra un espacio dedicado al pueblo palestino. Estas son las condiciones que propician que asistentes y participantes generen conversación a los bombardeos en Gaza.
El premio Nobel de Literatura, Wole Soyinka; un visitante palestino y el encargado del stand del Club de la amistad emiratí-palestina, presente en la feria del libro, comparten sus reflexiones, experiencias y misiones sobre el conflicto que se analiza minuto por minuto en los medios de comunicación internacionales.
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Ya no uso la palabra optimismo: Wole Soyinka
En un encuentro con medios, Wole Soyinka, escritor y el primer africano en ganar el Premio Nobel de Literatura en 1986, reflexionó sobre la situación actual en Gaza, Palestina.
“Lo diré claramente: ha tenido un desarrollo aterrador. Es un desastre político, humanitario; es algo que no debió haber ocurrido. Deberíamos estar buscando soluciones, a través de alguna plataforma racional, donde se pueden encontrar soluciones pragmáticas e inteligentes”.
Soyinka ha repetido en múltiples ocasiones la frase “las naciones deben morir, para que la humanidad pueda sobrevivir”. Sin embargo, reconoce que con el actual panorama es “nula” la oportunidad de que este ideal suyo se cumpla.
“Las oportunidades de que esto suceda son nulas, por la simple razón de que los humanos aman el poder y para ejercer el poder, uno debe tener espacio para dominar. Tenemos instinto para dominar. Cuando un Estado está ligado mentalmente al poder y la competencia se convierte en algo espantoso… me temo que esta idea que solía recitar y que vivía apasionadamente no va a pasar”, declara.
El también dramaturgo dijo que los refugiados son una carga “en la conciencia del mundo” que aún no se ha podido solucionar de forma colectiva e inteligente.
Ante la pregunta sobre qué significa para él la libertad, tras ser encarcelado en 1967 y teniendo en mente el actual contexto, Soyinka dijo:
“Para mí la libertad lo es todo. No creo que el humano esté completo sin libertad, entendiendo que esta trae responsabilidades para no interferir con la libertad de otros. La libertad es existir, de lo contrario se elegiría ser un esclavo, un animal enjaulado”.
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Pese a todo, Soyinka, como buen profesor, cree en la posibilidad del cambio de las personas y cree en el principio de “cacharlos jóvenes”.
“Desafortunadamente no compartimos las mismas definición de comunicación y algunas personas han abusado en manipular la comunicación para propagar su propia ideología. Es una competencia”, agrega.
Pese a creer en la posibilidad de un cambio, Soyinka no se considera una persona optimista, ni pesimista: “Optimista es una palabra de gran auto indulgencia y yo ya no soy indulgente, soy pragmático. Ya no uso esas palabras, a mi edad, solo veo las cosas por lo que son y así me puedo ir a la cama con la mente tranquila”, concluye el dramaturgo.
Testimonio de “la tierra de nadie”
Entre los estantes de libros de la Feria, el conflicto Israel-Palestina resuena a través de los libros que abordan el tema. Desde títulos que abordan el tema desde la geopolítica, la historia y la literatura, como lo hicieron Ghassan Kanafani y Mahmoud Darwish, el poeta palestino más famoso. Aunque un hombre palestino que está de visita por la feria explica que si se quiere conocer la verdadera historia de Palestina no recomienda a los escritores contemporáneos, sino los testimonios de las personas que vivieron el inicio de los conflictos entre Israel y Palestina.
El hombre palestino cuenta sobre cómo su identidad no está completa, pues ha vivido como refugiado en el Líbano desde que nació. Explica que asiste cada año a la feria del libro de Sharjah porque es un ávido lector y se ha dedicado a prepararse toda su vida académicamente, porque sólo de esta forma consigue contrarrestar el estigma de ser palestino y así conseguir trabajos que le permitan tener una casa en otro país, documentos de identificación para poder viajar y un trato digno.
“No tengo nacionalidad, por algo le dicen ‘la tierra de nadie’. No puedo ir a Palestina porque mi abuelo se fue exiliado. Nadie nos quiere porque somos una carga. Pero aquí (en los EAU) no voy a hacer política porque es un país que me ha recibido, si quiero hacer política lo haré a mi regreso”, dice el palestino, que compartió su testimonio de forma anónima.
EAU recauda fondos
Un stand destaca por su discreción y falta de libros, se trata del stand del Club de la amistad emiratí-palestina, fundado en 2020 por ciudadanos de los EAU y con apoyo del presidente del país, Sheikh Mohammed bin Zayed Al Nahyan. En el espacio hay recolección de formas y formatos, así como un QR para recaudar fondos para los civiles palestinos.
Ammar Kordi, vocero del Club, explica que aunque no hay libros a la venta ni organizaron actividades del tema en la feria del libro, trabajan en crear vínculos con los visitantes de la feria para crear conciencia sobre la vida intelectual y cultural de Palestina.
“Escritores y creadores palestinos han enriquecido de forma prominente la cultura del mundo árabe y el mundo en general, y los Emiratos Árabes Unidos apoyan a un grupo de creadores palestinos que llaman a este país su segundo hogar. Con nuestra presencia, esperamos contribuir a la difusión del enriquecimiento cultural que han hecho”, dice en entrevista Kordi.
En el stand “silencioso”, como lo describe el vocero, se difunde también la campaña “Tarahoum – for Gaza”, que inició el pasado 7 de octubre en Abu Dhabi y que se ha extendido a los emiratos de Dubai y Sharjah.
“La campaña es parte de los esfuerzos humanitarios que ha realizado EAU para dar ayuda urgente a la gente de Palestina. La campaña se enfoca en los grupos más vulnerables, en particular en más de un millón de niños, que constituyen aproximadamente la población de la Franja de Gaza”, detalla Kordi.
El Club también trabaja en la gestión de ofrecer atención médica en hospitales de los EAU a mil niños de Gaza, acompañados con su familia.
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