En los dos años que duró su estancia mexicana —de 1930 a 1932—, el director soviético Serguéi Eisenstein trabajó su proyecto inacabado "¡Qué viva México!" y dibujó la mayor parte de sus piezas eróticas. Después de 90 años, alrededor de 120 dibujos de la serie serán exhibidos y vendidos en la muestra "Circo erótico", que podrá verse del 10 de septiembre al 8 de octubre en la Galería Kurimanzutto (Gobernador Rafael Rebollar 94, San Miguel Chapultepec).
Aunque no se trata de la totalidad del arte erótico de Eisenstein, puesto que el Museo Hermitage tiene un altero de más de un centenar de piezas y varias se encuentran disgregadas en colecciones particulares, hubo dos antecedentes para que se exhiba, por primera vez en América Latina, un conjunto amplio de estos dibujos: el primero fue que, entre 2015 y 2016, en el marco de la muestra Vanguardia Rusa. El vértigo del futuro se exhibieron 39 dibujos erótico-pornográficos del cineasta en la Sala Paul Westheim del Palacio de Bellas Artes; cinco años después, en 2021, Alias, proyecto editorial del artista Damián Ortega, publicó un volumen dedicado a diversas piezas eróticas de Eisenstein.
Debido a que el director de El acorazado Potemkin estudió Arquitectura, carrera que abandonó para dedicarse de lleno al teatro y, posteriormente, al cine, hubo un gran número de piezas que dibujó durante su vida, precisa Sergio Raúl Arroyo, doctor en Antropología y Arte, curador de exposiciones como Aztecas para el Museo Guggenheim de Nueva York y Bilbao, entre 2004-2005, y la ya mencionada Vanguardia rusa, y autor del texto especial de esta muestra.
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Eisenstein —complementa Ortega—, siempre dibujó los storyboards de sus películas. “Algunos dibujos son más constructivos, otros arquitectónicos, expresivos, caricaturescos o analíticos para crear un personaje”, detalló el artista, que en 2003 participó en la 50 Bienal de Venecia y, en 2006, en la 27 de São Paulo. Actualmente, Ortega desarrolla el proyecto de Circo erótico, interviniendo el espacio de la galería con papel picado, en alusión a los motivos circenses o festivos de México (“una de las fascinaciones de Eisenstein”) y esculturas que él creó, específicamente para la muestra, inspirado en los dibujos de Eisenstein. Esculturas que, por lo pronto, no están a la venta.
Arroyo abunda que el cineasta regaló varios dibujos durante su época mexicana —por lo que nunca fueron propiedad de la nación—, y que se llevó otros tantos de vuelta a la Unión Soviética. “Piezas en resguardo del Museo Hermitage que hasta 2015 sólo había exhibido siete de ellas. Es un antecedente inquietante por sí mismo y una prueba de que la sexualidad de Eisenstein incomoda a la Federación Rusa”, señala.
Para explicar cómo los dibujos se encuentran hoy en México, hay que remontarse dos años en el pasado, cuando José Kuri, fundador de Kurimanzutto, conoció en Nueva York a Matthew Stephenson, fundador de la consultoría británica Stephenson art, especialista en vanguardia rusa y representante del coleccionista dueño de los dibujos. Las piezas, cuenta Kuri, provienen directamente de un grupo que heredó quien fuera la viuda legal de Eisenstein, Pera Atasheva, ya que no entraron al Archivo Estatal de Rusia a causa de su temática homoerótica.
Muchas de las piezas fueron trazadas en hojas con membretes comerciales —por ejemplo, del Hotel Imperial frente a la Glorieta de Colón en Reforma, donde se hospedó Eisenstein—, propaganda o papeles recortados. “Eisenstein nunca planeó que fueran exhibidos en un museo. Eran dibujos que él hacía en los intersticios de sus otros trabajos. Eran la forma de retratar sus pulsiones; una autobiografía de la intimidad de su pensamiento sexual. El estalinismo, entonces, normaba la moral y era inadmisible no sólo la homosexualidad, sino una sexualidad como la de Eisenstein, disparada en muchas direcciones, como el sadismo o la zoofilia; su sexualidad no se circunscribió sólo a la homosexualidad, sino que se expandió en muchas direcciones”, explica Arroyo y subraya la fuerza del trazo del cineasta y su imaginación sexual. “Son dibujos que no están circunscritos a un prurito de factura, no hay ningún tipo de contención en ellos: están hechos con una enorme pulsión, una intuición salvaje”.
Kuri complementa que en 1935 la Unión Soviética declaró la homosexualidad y la pornografía como ilegales, por lo que exhibir los dibujos era interpretado como una forma de dañar la reputación de Eisenstein. “Su sexualidad es un tabú. Incluso él estuvo casado, pero cuando viajó a México destapó su sexualidad. En una de sus biografías se cuenta que perdió la virginidad con un chico de Guadalajara”.
Desde entonces, las piezas han cambiado de manos varias veces —por lo común, en ventas— hasta llegar al coleccionista privado que Matthew Stephenson representa. Hay que precisar que durante las transiciones de un poseedor a otro, los dibujos estuvieron depositados en el Museo Hermitage, sin dejar de pertenecer a su dueño.
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El objetivo de la venta, informa Kuri, es que muchas de estas obras puedan quedarse en México, por lo que “ya se está contactando a coleccionistas o museos que puedan estar interesados en ellas. Muchos de los 120 dibujos forman grupos temáticos que Eisenstein hizo en un mismo momento, por lo que dispersarlos vendiéndolos individualmente no tendría caso”. También es importante detallar que ninguna de las piezas de Circo erótico fue exhibida previamente en México.
Las influencias de la vena erótica del director, explica Arroyo, son cuatro: el circo, el music hall alemán, las descripciones de los expedientes clínicos de Freud y el orientalismo (sus estudios de teatro Kabuki y grafía japonesa). “Eisenstein representa la sexualidad como un mundo donde están ligados Eros y Tánatos”.
Eisenstein, abunda, descubrió en México una multiplicidad de versiones de la realidad que no eran las de la Unión Soviética. “Quizá su desencanto hacia la revolución se agudizó con la nueva libertad que tuvo aquí” y la concepción de un mundo que no estaba planteado en el blanco y negro de buena parte de la revolución. Mientras que en México, el cineasta dejó una perspectiva de la descripción territorial del país, afirma: “el retrato de los paisajes rurales y el mundo indígena”.
Aunque los precios de los dibujos son privados, Kuri dice que serán accesibles en la venta. En otro ámbito, el 30 de noviembre de 2015, Christie´s subastó entre varios lotes de dibujos eróticos de Eisenstein, 15 piezas por 60 mil libras esterlinas (un millón 430 mil pesos); en junio de 2016, dos grupos de 14 dibujos, cada uno por 10 mil libras esterlinas (238 mil 580 pesos) y en 2017 se subastaron 30 piezas en dos grupos de 15, cada uno por 25 mil libras esterlinas (596 mil 454 pesos).
La muestra podrá verse en la galería de martes a domingo, de 11:00 a 18:00 horas.
Damián Ortega
Artista
“Algunos dibujos son más constructivos, otros arquitectónicos, expresivos, caricaturescos o analíticos para crear un personaje”
Sergio Raúl Arroyo
Doctor en Antropología y Arte
“Son dibujos en los que no hay ningún tipo de contención en ellos: están hechos con una enorme pulsión, una intuición salvaje”
120 DIBUJOS exhibirá y subastará la Galería Kurimanzutto (Gobernador Rafael Rebollar 94, San Miguel Chapultepec).
1 millón 430 mil pesos recaudó en 2015 Christie´s por varios lotes de dibujos eróticos de Eisenstein
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