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El 9 de junio de 1993, el narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera fue capturado por primera vez. Esto ocurrió en la frontera de México y Guatemala.
Al día siguiente, se reportó que había una versión sobre que el capo había sido capturado por agentes federales. Dos días después, EL UNIVERSAL publicó la confirmación de la captura de “El Chapo”. Sin embargo, autoridades de Guatemala señalaron que había sido “secreta e ilegal”, pues no hubo comunicación ni registro del ingreso de los federales mexicanos al país.
Por otra parte, en el patio del Cefereso, el “Chapo” fue presentado ante los medios, donde dio algunas declaraciones, como que él sólo era un agricultor de frijol y maíz.
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Pulso político: Versión que cayó “El Chapo”
10 de junio de 1933
Por Francisco Cárdenas Cruz
Trascendió anoche que Joaquin “El Chapo” Guzmán Loera fue capturado por agentes federales en una entidad del sureste y traído inmediatamente a esta capital en donde es sometido a severos interrogatorios, luego de los cuales será presentado y consignado como presunto corresponsable del asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo y de otras seis personas más, la tarde del lunes 24 de mayo, en Guadalajara.
A pesar del hermetismo que priva en la sede de la Procuraduría General de la República, se supo que el buscado capo del Cártel de la Perla Tapatía fue aprehendido a mediodía en Chiapas por elementos de la Policía Judicial Federal.
Según las investigaciones realizadas por la PGR dadas a conocer por su titular, Guzmán Loera iba a ser asesinado en el estacionamiento al aire libre del aeropuerto de Guadalajara por gatilleros contratados en Tijuana por los hermanos Arellano Félix , que le disputan el control del tráfico de drogas en el país.
En esa acción, el arzobispo de la capital de Jalisco fue ametrallado por uno de los miembros de la banda de los Arellano Félix al ser “confundido”, según versión de las autoridades, con “El Chapo”, que pudo escapar en un taxi luego de que su automóvil blindado, marca Buick, fue blanco de ráfagas de metralleta que alcanzaron a poncharle las llantas.
En cuestión de segundos, de acuerdo a lo dicho por el procurador general de la República ante la televisión y los miembros de Comisión Plural de la Cámara de Diputados que se reunieron con él el lunes en su despacho, los disparos se centraron en el Gran Marquis blanco en el que el cardenal Posadas Ocampo arribaba al estacionamiento. Catorce impactos disparados a quemarropa, recibió el prelado y otros tantos su chofer. Pedro García, al tiempo que otras cinco personas más cayeron abatidas y otras resultados heridas.
A partir de ese momento, en todo el país, se inició una auténtica cacería de los participantes en el tiroteo y de los capos del narcotráfico, cuyas fotografías fueron distribuidas profusamente, ofreciéndose una recompensa de cinco millones de dólares a quien o quienes aportaran pistas para dar con ellos.
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Con las fotos de Guzmán Loera y los Arellano Félix y sus lugartenientes, se repartió la de Luis Héctor “El Güero” Palma, sinaloense también y amigo y socio de “El Chapo·, que está en guerra con aquello, paisanos suyos que residen en Tijuana.
Las investigaciones se centraron en Guadalajara y en Tijuana pero se extendieron a otras ciudades de Sinaloa, en donde fueron aseguradas decenas de casas de los narcotraficantes en las que se hallaron armas de alto poder y granadas. Hubo arrestos de supuestos o reales narcos así como de jefes, subjefes y comandantes policiacos lo mismo federales que estatales de Jalisco, que, como lo apuntamos ayer en este espacio, han suscitado un escándalo de consecuencias impredecibles, sobre todo por la inicial y rotunda negativa a que elementos de corporaciones policiacas hubieran participado en el tiroteo.
La casual captura de Jesús Alberto Bayardo Robles, uno de los gatilleros contratados por los Arellano Félix para participar en la emboscada contra Guzmán Loera que no pudo abordar el vuelo 110 de Aeroméxico de Guadalajara a Tijuana, resultó clave porque por el se supieron nombres de los capos y de los miembros de sus bandas así como direcciones de sus casas de “seguridad” en aquéllas ciudades.
Bajo los efectos de la droga y el alcohol, ingeridos por Bayardo Robles para “darse valor” y participar en la acción que tenía como fin asesinar a “El Chapo”, el gatillero escandalizaba en el vestíbulo de un hotel de la perla Tapatía, por lo que fue detenido por un policía municipal.
Cuanto dijo después a los agentes federales y estatales que lo interrogaron resultó vital en las investigaciones. “La PGR no iba a desperdiciar las pistas dadas por el narcotraficante drogado”, comentó el titular de esa dependencia.
“Fue secreta e ilegal”
11 de junio de 1993
EL UNIVERSAL obtuvo versiones precisas provenientes de la Procuraduría General de la República, en el sentido de que fueron efectivos del ejército guatemalteco quienes hicieron del “Chapo” Guzmán en manos de agentes de la Policía Federal.
Según fuentes que exigieron anonimato, la entrega no se efectuó precisamente en el puente internacional, según lo estableciera e comunicado oficial de la PGR.
“No es un lugar adecuado; es estrecho y podría haber resultado peligroso”, indicó la misma fuente.
Debido a ello, especificó se permitió que una docena de efectivos militares guatemalteco, vestidos de civil, se introdujeran al país a bordo de varios vehículos, en los que iban custodiados Guzmán Loera y cómplices.
La entrega propiamente dicha ocurrió a unos 300 metros de la frontera binacional, ya en territorio mexicano y sobre el camino que conduce a Tapachula.
Al comentar a este respecto, Cardona Cardona, funcionario de la Policía Nacional guatemalteca, aseguró que “existen dudas”. Dijo que tras enterarse por la televisión mexicana captada en esta frontera de la detención y entrega al gobierno de México de los narcotraficantes, consultó con sus superiores en la capital guatemalteca, quienes rechazaron en forma tajante la versión.
Por su parte, el jefe delegacional de Migración guatemalteca, Jorge Fernando Paredes, aseveró que de ser verídico el hecho, le entrega fue realizada en forma “secreta e ilegal”, ya que ayer nunca se registró migratoriamente la salida del grupo presuntamente integrado por los señalados.
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A su vez, el cónsul guatemalteco acreditado en Tapachula, Oswaldo Valdemar Cuevas, consideró que las noticias sobre la entrega de Guzmán Loera y su grupo a autoridades mexicanas “encierra toda una incógnita”.
Javier Meléndez Barrios, jurista defensor de inmigrantes en esta franja fronteriza, afirmó que entre México y Guatemala existe un tratado de extradición, por lo que de haber sido detenido por la policía guatemalteca el grupo de narcotraficantes devueltos a México, se debieron cubrir las formas legales para ello.
Las fuentes consultadas por la PGR dijeron que tras la entrega del grupo de Guzmán Loera, fueron trasladados al aeropuerto de Tapachula y de ahí enviados a la terminal aérea de Toluca, estado de México, a donde llegaron cerca de las 16 hrs. de ayer. Fueron empleados para el efecto un jet Zabre Layner XC-HGY, matrícula XA-RIRI, y una aeronave de la Fuerza Aérea Mexicana, matrícula 10503.
La misma fuente precisó que se había estimado que el destino final del “Chapo” era El Salvador, de ahí que tanto las autoridades de Guatemala como las de aquella nación habían sido alertadas a este respecto.
(Se paró sobre una) pequeña tarima de madera, ubicada en el patio del Centro de Observación y Clasificación del penal, por espacio de ocho minutos, quien es señalado como uno de los líderes del cártel de Sinaloa, contestó un alud de preguntas, entre ellas:
¿Conoce a los hermanos Arellano Félix? ¿Cree que lo han confundido con el cardenal?
“El Chapo” Guzmán contestó que sí conocía a Ramón y Benjamín (Arellano Félix) y que no entendía cómo lo pudieron confundir si “me conocían”. También, con una sonrisa, sin mostrar nerviosismo y con claro acento sinaloense, preguntó que por qué lo perseguían a él, si “me iban a matar a mí, el atentado era en mi contra”.
En el patio caía una pertinaz lluvia y quien es buscado por las policías de todo el país desde el pasado 24 de mayo luego del asesinato del cerdenal Juan Jesús Posadas Ocampo y seis personas, más posaba para las cámaras ya vestido con el uniforme reglamentario: gorra, camisa, chamarra y pantalón beige, así como zapatos color naranja.
Guzmán Loera no se mostró nervioso y a interrogantes de los reporteros señaló que su rivalidad con los Arellano Félix es un “pleito personal” que comenzó cuando le mataron a su compadre. Dijo ser un agricultor dedicado al cultivo de frijol y maíz.
“El Chapo” Guzmán y los cinco cómplices con los que fue detenido se encuentran en el módulo del Centro de Observación y Clasificación y luego de aplicárseles los respectivos exámenes criminológicos y determinar su peligrosidad, serán ubicados en celdas individuales.
En el Cefereso, el “Chapo” Guzmán tendrá como vecinos a otros “capos” como Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca, Miguel Angel Félix Gallardo, el ex comandante Mario Alberto González Treviño (autor intelectual de la muerte de la defensora sinaloense de los derechos humanos Norma Corona), miembros de la banda famosa asaltabancos Alfredo Ríos Galeana, entre otros.
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