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En la sede alterna del Festival Internacional Cervantino (FIC) en Orizaba, Veracruz, se inauguró ayer la exposición Grandes Artistas Mexicanos de la Plástica del Siglo XX , una colección privada de pinturas, esculturas y grabados perteneciente a Lady Kyra Báez Martell, que reúne obras firmadas por artistas como Diego Rivera, José Clemente Orozco, Isaac Ambriz, Raúl Anguiano, Eduardo Castellanos y Gustavo Montoya , entre otros grandes nombres del arte mexicano.
La primera pieza que se observa al entrar al recinto es obra de Gustavo Montoya , y se titula "Tehuana". Es la pintura de una niña indígena descalza, con un vestido típico color naranja, que mira fijamente con sus enormes ojos almendrados. Los ojos están cargados de significado, reflejan inocencia y pureza, la esencia de una niña, ataviada con vestimentas tradicionales que pareciera confrontar al espectador, cuestionarlo.
Predominan en la muestra las pinturas y grabados de Raúl Anguiano : sus retratos hechos mediante la técnica de sanguina plasman la cultura indígena y su forma de vida ; son rostros femeninos que denotan angustia, preocupación, y son resueltos a partir de trazos que parecieran aleatorios pero que, en realidad, cumplen con una función desgarradora de la realidad mexicana rural, posrevolucionaria.
La coleccionista posee varios grabados del pintor José Clemente Orozco ; se aprecian los trazos negros y violentos, las siluetas deformes y fundidas bajo los títulos "L’Abc", "La verdad", "La chata", "Las Maloras" y el "Libro 20 dibujos". También hay un grabado, más semejante a un boceto a lápiz, del muralista Diego Rivera, titulado "Mujer Totonaca", una figura indígena de perfil que parece casi desdibujada.
Por la noche se presentó en el Auditorio Metropolitano la Orquesta Filarmónica de Boca del Río, dirigida por Jorge Mester, que presentó un repertorio de tres piezas clásicas: "Obertura para Sueño de una noche de verano" de Felix Mendelssohn ; "La noche de los mayas" de Silvestre Revueltas y la "Sinfonía de la Reforma", de Felix Mendelssohn.
"Obertura para Sueño de una noche de verano" fue una pieza que mantenía un ritmo trepidante, cuyos cambios eran ágiles y de súbito se suavizaba, transitaba a un tono más alegre con dominio del violín. Su final fue decreciente, apagado, resuelto de forma exquisita por la Filarmónica de Boca del Río.
En la pieza "La noche de los mayas", compuesta por Silvestre Revueltas para la película del mismo nombre dirigida por Chano Urueta, se apreció una melodía triste, a dos movimientos, con un ritmo estremecedor y angustiante que presagiaba un desenlace sorpresivo y abrupto con cambios de ritmo repentinos durante la ejecución.
Cerraron con la interpretación de la "Sinfonía de la Reforma" de Felix Mendelssohn . La sinfonía estuvo dividida en cuatro movimientos y en su composición se distinguen tintes religiosos, en particular himnos católicos, y aludía también a la mezcla de razas que vivió Mendelssohn en aquella época. Fue una melodía de aire solemne y ceremonial. Durante los aplausos finales, entre ovaciones, el director del ensamble Jorge Mester agradeció brevemente: “Es un grandísimo placer estar aquí con ustedes”.
A los dos eventos acudió el alcalde de Orizaba, Igor Fidel Rojí López, quien aseguró que “seguirán trabajando para que Orizaba siga siendo subsede (del Cervantino)” y mencionó que para llevar a cabo esta expansión del FIC no hubo inversiones privadas, sino que “todos son recursos municipales. Estamos invirtiendo alrededor de un millón de pesos en cuanto a viáticos, honorarios, catering… es de gran proyección para Orizaba”.
Aseguró que la derrama económica “es muy buena”, que no se aventura a dar números pero que “la ciudad está llena”. Respecto a la selección de actividades que traen del Cervantino a Orizaba , respondió que “nos dieron un catálogo muy amplio de eventos. No nos podíamos aventar con todo, y por ser el primer proyecto fuimos cautelosos. Trajimos 10 eventos del FIC y el resto del programa lo alimentamos con artistas del estado de Veracruz, pero para el próximo año puede crecer”.