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El Festival Internacional Cervantino le puso doble clasificación a La Bruja de Texcoco que, para algunos, ha sido excesiva, rayando en discriminatoria. Fue clasificada como B, es decir, como un programa que "puede contener escenas de violencia, adicciones, sexualidad o lenguaje no apto para audiencias menores de 12 años"; además apareció la advertencia de que se trataba de una función para mayores de 18 años. ¿Y quién es la Bruja? Según el propio programa de mano del FIC es Octavia Mendoza, originaria de Ciudad de México, es música por convicción desde hace 20 años, amante de la transfeminidad y de la tradición mexicana, cuyo proyecto musical y de performance "nace al rechazar la masculinidad en la música mexicana, se apropia de ella y la lleva a desarrollarse en situaciones extravagantes, llenas de feminidad, huipiles, máscaras y lentejuelas". La cantante ofreció un concierto de música popular mexicana. Ella usa barba y vestidos tradicionales, característicos de los muxe, una tradición de la región de Istmo en donde se considera un tercer género. ¿Por qué es apta para mayores de 18 años? Una de sus canciones dice: "Sé que el miedo es parte del camino hacia la libertad, tienes que ser fuerte porque es el precio que se tiene que pagar". ¿Esto no es apto para menores de 12 años? Además, los comentarios fueron inhabilitados, ¿por qué?, ¿por qué tiene doble advertencia?, ¿quién hizo la clasificación y con qué criterios?
El FIC virtual empieza con raquítica audiencia
Hablando del Cervantino, ayer en estas páginas le contamos que la ciudad de Guanajuato está prácticamente vacía y que los comerciantes, negocios y hoteles lamentan que este año no habrá derrama económica, que tan sólo el año pasado fue de 615 millones de pesos. En su formato virtual, con cinco días de transmisión, no ha registrado grandes números. Por ejemplo, la obra Beethoven en la intimidad, de la Compañía Nacional de Danza, tuvo sólo en Twitter un espectador en vivo y en YouTube sólo 450 visualizaciones; aunque en Facebook le fue un poco mejor: hasta ayer tenía 33 mil reproducciones. A las charlas les ha ido peor; por ejemplo, “El desafío de las lenguas convergentes” no tuvo espectadores en YouTube y horas después sólo tenía nueve visualizaciones en la misma plataforma. Nos cuentan, además, que hubo algunas transmisiones, como la de La Bruja de Texcoco, que tuvo fallas. Y ni hablar de la página oficial. Si se desea ver las transmisiones desde un celular, simplemente es imposible, por eso es necesario acudir a las redes sociales para poder verlas. Qué bueno que haya diversos medios para poder acceder a las funciones, qué bueno que todas son gratuitas, qué bueno que queden almacenadas para poder ver retransmisiones, qué bueno que se llevó a cabo. Sí, pero al final del encuentro se tendrá que hacer un análisis serio sobre el impacto real de esta edición, sobre las herramientas tecnológicas disponibles y sobre su difusión, porque al final de esta edición, como cada año, habrá cifras alegres, habrá señales de triunfo, pero el debate tendrá que seguir.
En el FCE todo queda en familia y entre cuates
Hace unos días, el director general del Fondo de Cultura Económica se comprometió a proponerle al presidente Andrés Manuel López Obrador que en el municipio de Nezahualcóyotl sea donde inicie en 2021 la entrega masiva de la colección de libros “21 para el 21”, cuyo tiraje será de 2 millones 100 mil libros; claro que por si no lo logra, ya prometió que reservará para los habitantes de Neza un número importante de libros de esa colección que se repartirá a nivel nacional con motivo del bicentenario de la consumación de la Independencia de México; el anuncio fue hecho durante el lanzamiento del programa “Barrio a barrio, Neza lee a diario”, que recupera las alianzas que el municipio mexiquense tenía desde hace más de una década con la Brigada para Leer en Libertad, que Taibo impulsó con su compañera, Paloma Sáiz, asociación civil que ha mantenido vínculos muy estrechos a través de la feria municipal del libro con el ayuntamiento, a la que acudieron el año pasado varios de los funcionarios del FCE, entre ellos Taibo y Francisco Pérez Arce, así como varios autores de la editorial, pues porque está bien que todo quede entre amigos y familia, ¿no?