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Para la primera solista Valeria Mariaud, El cascanueces en la versión de Nina Novak, que presentan la Compañía Nacional de Danza y la Orquesta del Teatro de Bellas Artes en el Auditorio Nacional, es un poco más ligera para los niños y la gente joven —“creo que puedan entender de forma más directa la historia”— a comparación de otras adaptaciones, al margen de que, para todas las compañías, en general, siempre está de fondo la historia del escritor alemán E. T. A. Hoffmann y la música de Piotr Ilich Chaikovski.
Sobre los personajes que interpreta, el Hada de Azúcar y la Reina de las Nieves, Mariaud señala que, en el caso de la segunda, se relaciona con un punto en el que alcanza a “sentirse grande en el escenario. El arte que estoy haciendo me hace sentir poderosa, y en esa parte una misma está llevando el camino. Para que Clara pueda entrar al País de los Sueños y al de los Caramelos tiene que pasar por esa parte: el bosque frío, los árboles con nieve, pero eso representa que yo, en cierto sentido, represento el camino para llegar. Es bonito sentir que en una historia eres el camino para llegar a un sitio”.
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Sobre el Hada de Azúcar abunda sobre su relación con el lugar al que llega Clara, que es el Reino de los Caramelos, el sitio del hada. “Para mí se trata de estar en ese lugar y darle a Clara esa felicidad que anhela, así como presentarle diferentes personajes, diferentes bailables. Siento cercanía con esa capacidad de darle a alguien una parte de la felicidad”. Sobre la forma en la que los personajes han evolucionado, Mariaud aborda cierto carácter más realista que han adquirido: “El Mago es mucho más real, como un humano, por así decirlo, no es sólo una fantasía, sino que también posee algo de realidad en las cosas. Hay personajes que han tomado más realidad. Hay algunos que de pronto muestran ciertas danzas; el segundo acto son pequeñas danzas, que es como interpretar una danza distintiva de cada país. Me parece que, en la parte de la historia, la de la Clarita y el Cascanueces, y la del Mago, puede ser que los personajes se hayan vuelto más realistas”.
Recuerda que El cascanueces ha sido una tradición desde que ella era una niña, “primero porque fue con lo que crecí” ; también enfatiza que el famoso ballet ha sido sustancial desde el inicio de su carrera, cuando era niña y tuvo la oportunidad de interpretar al Ratón. “Ahora puedo interpretar al Hada de Azúcar y la Reina de las Nieves. Siempre ha sido una tradición, pienso que, al escuchar la música de Chaikovski, el ‘Vals de las Flores’, por ejemplo, pasa algo que uno automáticamente relaciona con la Navidad, con estas vísperas y estos días. Poder disfrutar de un espectáculo así trae esta clase de recuerdos. Año con año, Navidad y las fiestas me llevan a este lugar, al del Cascanueces, a recordar la música. Antes de que yo fuera bailarina mi papá ponía un disco clásico que él tenía y siempre escuchaba el ‘Vals de las Flores’. Estas memorias lo hacen especial para mí”.
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Es importante destacar que, en esta presentación, Julia Cruz dirige la Orquesta del Teatro de Bellas Artes. Sobre ella, la bailarina dice que es una persona muy joven que tiene toda su admiración.
Las funciones son el jueves y viernes, a las 19:30 horas, y el sábado a las 12:00 y 18:00 horas en el Auditorio Nacional.