Un pasillo color azul océano de la galería Mariane Ibrahim conecta con seis salas, que en esta ocasión son vistas como puertos. En cada una de ellas se encuentra la obra de un artista que aborda la identidad del afrobrasileño a su propio estilo. The Ocean is the Axis (El océano es el eje) es el título de esta exposición, que reflexiona cómo Brasil “hoy en día es un referente de influencia afrodiaspórica, con la mayor población negra fuera de África”, se indica en el texto de sala, firmado por el curador Igor Simões.

“La tesis del curador es saber dónde están los artistas negros en el discurso global de arte negro, porque ese discurso está muy enfocado en Estados Unidos e Inglaterra. (El arte negro en Brasil) se ha minimizado porque los poderes están concentrados en los blancos y se redujo a lo folclórico y artesanal”, explica Paulina Torres, directora de la sede mexicana de la galería.

Para demostrar la presencia y fuerza del arte afrobrasileño se seleccionaron a seis artistas de generaciones distintas.

El recorrido inicia con el trabajo de Dalton Paula (Brasilia, 1982), artista que presenta retratos de personas afrobrasileñas del siglo XVII y XVIII que se borraron en la historia del país. Estos personajes vienen representados como si fueran retratos de la realeza. El artista ha exhibido en el MoMA de Nueva York y actualmente forma parte de la exposición Stranieri Ovunque, de la Bienal de Venecia.

Rubem Valentim (Brasil, 1922-1991), presente tanto en esta exposición como en la de Venecia, es el artista afrobrasileño más importante y el primero en exhibir en el extranjero, explica Torres.

Su trabajo se caracteriza por abordar el arte religioso pero con una estética moderna.

Agrade Camíz (Río de Janeiro, 1988) trabaja el tema de la esclavitud en Brasil a través del oficio de la herrería, que era algo exclusivo de los esclavos. La artista autodidacta, que empezó su carrera en el grafiti, implementa herrerías en sus pinturas. Este tema también lo aborda Rebeca Carapiá (Salvador, Brasil - 1988), quien a través del metal forjado en figuras abstractas ha desarrollado su propia escritura.

El pintor No Martins (São Paulo, 1987) explora la instalación con su obra Regras do jogo, donde con un ajedrez deja ver la desigualdad en Brasil: el poder al centro y entre personas blancas, mientras que el resto son “peones negros”. También se exhiben carteles y un video de su intervención pública en los que se lee el mensaje: “Quien nada debe, también teme” en inglés y portugués, como referencia a que el racismo convierte en culpables en automático a las personas negras a los ojos de la policía. Finalmente, Lidia Lisbôa presenta obra en la técnica de tejido y barro.

La muestra estará hasta septiembre. La galería se ubicada en Río Pánuco 36, colonia Renacimiento, alcaldía Cuauhtémoc.

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