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En la conversación sostenida en Madrid entre Sergio Ramírez y Mario Vargas Llosa a propósito del festival Centroamérica Cuenta y donde hablaron de literatura , pero también de política y de la reciente orden de aprehensión contra Ramírez, el escritor nicaragüense aseguró que si un novelista incluyera en una novela esto que ha pasado en su país, que un dictador y su esposa han metido a la cárcel a todos los candidatos presidenciales “sería demasiado exagerado aun para un novelista”.
Luego de agradecer el respaldo de Vargas Llosa, quien al iniciar la charla solicitó rendirle un homenaje y dijo “vamos a compensarlo con un fuerte aplauso”, pues refirió que la “pareja siniestra” –refiriéndose a Daniel Ortega y a Rosario Murillo – no sólo emitió una orden de arresto sino que prohibió su más reciente libro.
Sergio Ramírez dijo que están en la cárcel “candidatos, dirigentes políticos, todo aquel que amenace el poder omnímodo que la pareja presidencial retiene en Nicaragua ”.
Ramírez señaló: “No son días fáciles lo que pasamos mi mujer y yo huyendo de nuestro propio país para no ir a la cárcel. Como escritor, como decía Mario, mi novela fue prohibida antes de que dieran la orden de prisión contra mí dichosamente ya no estaba en Nicaragua, estábamos en Costa Rica y de esta manera me libré de ir a acompañar a los 140 prisioneros políticos que existen hoy en Nicaragua, todos los candidatos presidenciales”.
El autor de “ Tongolele no sabía bailar ” aseguró que en América Latina “nuestra realidad desde la independencia ha sido violenta, turbulenta, enconada y esto es lo que definitivamente termina entrando en la novela, la novela vista como epopeya. Es muy difícil dejarla de ver así en América Latina, pero como epopeya y también como derrota”.
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Dijo que ahora que estamos en los 200 años del aniversario de las independencias nos damos cuenta que la mayoría de los grandes próceres terminaron en la amargura o terminaron derrotados o no vieron culminada su propia obra. Cito a Bolívar , muerto en desgracia en Santa Martha, o a San Martín muerto en el exilio, “ese fue el destino de los que quisieron una América distinta”, pero también habló de quienes se habían subido al caballo de la independencia y fueron sustituidos por otros que ya nunca se quisieron bajar del caballo.
“Este mal del autoritarismo en América Latina es de vieja data y esta lucha entre institucionalidad y caudillismo todavía no se ha resuelto en el siglo XXI en América Latina. Es algo que sigue todavía pendiente en nuestra historia y por lo tanto se vuelve un recuso insoslayable de la novela, esta realidad política de tantas aristas, de tantos relieves, esta realidad que nunca es llana sino que está llena de abismos, de cumbres y que siempre está interviniendo frente los ojos del escritor” dijo Ramírez.
El narrador y político dijo que una novela lo que tiene son necesidades y echa mano de lo que necesita y entonces, la realidad política entra dentro de las necesidades de la novela, “sería muy difícil señalar una sola novela trascendental de América Latina que no tenga que ver con este tema del poder. Quizás yo apartaría un poco de la palabra política y hablaría mejor del poder, este vicio o ambición del poder que ha deformado totalmente la posibilidad de tener instituciones verdaderas, instituciones creíbles”.
Ramírez dijo que la historia de las revoluciones en país ha sido de frustraciones, incluida la revolución sandinista en la que él participó y que termino, no en el régimen encabezado por una persona sino por dos, “que es un marido y una mujer, eso también es inédito en la realidad latinoamericana, que una pareja sea la que gobierne un país y ponga las reglas del poder”.
Y recordó que tal como ocurría con Stalin que mandaba a borrar a todos y se iba quedando solo, ahora Ortega se quedó solo en la historia de la Revolución y “yo estoy esperando el momento en que sea agregada su mujer, que nunca participó, para que sea la pareja arquetípica de los que estuvieron en todos los frentes de guerra al mismo tiempo; porque el mito que se fabrica alrededor de un caudillo es que lo hizo todo y estuvo en todas partes al mismo tiempo”.
Por su parte Mario Vargas Llosa afirmó que en América Latina los escritores que están y escriben al margen de la política son una minoría, y que es muy difícil ser un escritor latinoamericano sin verse afectado por la política, "las dictaduras establecen censura o, como ahora en Nicaragua, meten a los escritores en la cárcel”, señaló el Nobel de Literatura, quien agregó que la buena literatura crea ciudadanos críticos con el poder y por eso los poderes de los países han tenido intentos de controlarla, porque "huelen que es un peligro para los poderes establecidos".
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A propósito de la prohibición de la novela en América Latina durante 300 años en toda la época colonial, dijo que hay un problema con la literatura hispanoamericana, latinoamericana porque se prohibió la novela, el género novelístico durante 300 años, “o sea durante la colonia nosotros no tuvimos novelas, se leyeron novelas en todo Hispanoamérica porque el contrabando era muy intenso, y entonces circulaban las novelas prohibidas”.
Señaló que esa prohibición funcionó hasta el año 19 y que la primera novela que se publica es América Latina, es una mexicana, en 1816, que se llama El Periquillo Sarniento; “¿quién prohibió las novelas?, ese es un gran misterio que no ha podido resolver ningún historiador”.
melc