Para reunir todos sus acervos arqueológicos, la (UNAM) trasladó 12 mil 550 piezas de las bodegas de la Dirección General de Artes Visuales (DiGAV), en Ciudad Universitaria, al Fondo Universitario de Arte de los Pueblos Originarios (FUAPO), en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT).

Dichas piezas forman parte de seis colecciones que datan de la primera mitad del siglo XX: William Spratling, Mario Roch, Raúl Canffer Cardoso, Ricardo Getch, Luis Lindao y Donald Cordry, y que al juntarse con el acervo del FUAPO suman en total 15 mil 550 obras.

Lucía Sánchez de Bustamante, coordinadora del Centro de Interpretación Xaltilolli, sede del FUAPO, explica en entrevista que las colecciones abarcan toda la temporalidad prehispánica, "desde la época preclásica, en torno al 1, 500 A.C., hasta el periodo colonial, entre los 1,500-1,521 D.C.".

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Además hay piezas novohispanas (siglo XVI), aunque la mayor parte de las colecciones son prehispánicas, del periodo preclásico al posclásico (época mexica). "También están representadas todas las regiones del territorio mexicano y parte de los Estados Unidos, la zona norte de Mesoamérica que se llamaba Aridoamérica y ya no forma parte de México, pero la habitaron  culturas prehispánicas".

Hay colecciones, detalla, a las que integran desde 200 piezas hasta 10 mil; algunas, por ejemplo, se centran en la dimensión estética prehispánica y otras tienen como eje su procedencia: fueron recuperadas en la construcción de la Unidad Habitacional Tlatelolco en los años 60 (200 objetos). "Cada colección tiene un acento distinto: la mirada, la forma de pensar, custodiar y dar a conocer los acervos prehispánicos de los coleccionistas".

El acervo total, está reservado en el sótano del FUAPO que, por primera vez abrió sus puertas, en una visita especial, a medios de comunicación. El traslado representa, dice Sánchez de Bustamante, una manera de dar identidad y responder a la formación del Fondo con todo el acervo prehispánico que tiene la UNAM.

El arqueólogo Fernando Carrizosa Montfort, encargado de la sistematización de los acervos, explica que la conservación de las piezas en la bodega corresponde a las recomendaciones y normativas del Comité Internacional de Museos y de la Coordinación de Conservación de Patrimonio Cultural del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

En el CCUT se encuentra la muestra permanente del FUAPO con 160 piezas, muestras de todas las colecciones: "Estamos trabajando en una nueva vitrina para dar a conocer, a partir de la exposición, que acaban de llegar nuevas piezas a Tlatelolco". A finales de octubre, la muestra permanente cerrará para su renovación, proceso que pasa cada año. Destaca una vitrina con murales de la costa del Golfo, que les prestó el Museo de Antropología de Xalapa, una colaboración con la Universidad Veracruzana.

El acervo que hasta hace poco se resguardaba en las bodegas de la DiGAV estuvo allí desde la década de 1960 del siglo pasado. Fue en esos años cuando William Spratling dejó su colección en custodia de lo que entonces se llamaba Museo Universitario de Ciencias y Artes (MUCA); ese fue el detonador para que se empezaran a recibir las demás colecciones que ahora fueron trasladadas, en conjunto, al FUAPO.

Al trabajo individual sobre cada pieza, cuenta Carrizosa Montfort, aún falta un largo tramo, quizá del 90 % que puede durar años. Sin embargo, gracias a la catalogación se ha podido identificar piezas incluso de Nazca, Perú y Valdivia, así como algunas no originales (cifra muy menor, aún no contabilizada) que aportan información de peso histórico.

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