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El acervo musical del compositor, director de orquesta y melómano mexicano Eduardo Mata, que consta de 2 mil 962 soportes, entre ellos 71 cintas de carrete abierto, mil 382 casetes, mil 141 discos análogos, 215 discos compactos, 25 dats y 28 cintas VHS, además de programas de mano, diapositivas, fotografías impresas, periódicos, libros, folletos, partituras editadas y originales manuscritas, varias de ellas con anotaciones de su puño y letra, retratos, caricaturas y reconocimientos, entre los que destaca la Medalla Andrés Bello otorgada por el gobierno de Venezuela, ya reposan en la Fonoteca Nacional.

La noche del miércoles, de manera oficial, los hijos de Eduardo Mata: Pilar y Roberto Mata Chansson, depositaron en la Fonoteca los tesoros del que fuera director de la Orquesta Filarmónica de la UNAM, de la Sinfónica de Phoenix y especialmente y por varios años, de la Orquesta Sinfónica de Dallas, de la que se retiró dos años antes de su muerte, ocurrida en un accidente aéreo.

Más que una ceremonia solemne, fue una celebración al talento y maestría de Mata, quien fuera alumno destacado de Carlos Chávez y que fue calificado por el crítico musical Juan Arturo Brennan como un extraordinario director de orquesta y gran compositor que no alcanzó a mostrar su enorme talento, pues la muerte le llegó temprano, apenas tenía 52 años.

Brennan, amigo cercano de Mata, dijo que fue más que un hombre polifacético y que con esta apertura de su acervo musical se podrá constatar que no sólo fue un gran director y compositor, sino que además fue un gran estudioso y melómano.

“Por sus discos lo conoceréis”, señaló Brennan, para quien una cosa es lo que dirigió y grabó; y otra, lo que reunió: “Ahora podremos descubrir su alma musical, pues su acervo es un retrato tocado de lo que Mata fue; su acervo es un retrato fiel de los muchos retratos de Eduardo”.

Ernesto Velázquez, director de la Fonoteca Nacional, dijo: “Mata era nuestro Messi”. Agregó que los materiales tendrán un lugar especial en la Fonoteca y se pondrán a disposición de todos los mexicanos.

En la ceremonia, donde Pilar y Roberto Mata agradecieron la recepción del archivo de su padre, Theo Hernández, investigador y musicólogo de la Fonoteca, presentó fragmentos de obras que amaba Mata: Cantata Criolla, de Antonio Estévez; el Concierto para violín, de Carlos Chávez, y Posludio, de Joaquín Gutiérrez Heras, dirigidas por Mata; y Sinfonía Romántica, de Eduardo Mata, dirigida por Carlos Chávez.

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