Para el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma (1940), la historia de la antigua ciudad de Tenochtitlan se sigue escribiendo e interpretando. Para el también antropólogo, los hallazgos y las nuevas tecnologías aplicadas en los salvamentos arqueológicos alrededor del Templo Mayor y las investigaciones en la Zona Arqueológica de Teotihuacan permiten brindar, con mayor certeza, el esplendor y la influencia de ambas ciudades.
Las dos ciudades centrales de México en la época prehispánica son descritas y analizadas por Matos Moctezuma en el libro Teotihuacan y Tenochtitlan. De la Pirámide del Sol al Templo Mayor, editado y publicado por BBVA México, en donde el arqueólogo da un viaje por el inicio, auge y caída de ambas ciudades y llega a una conclusión: hubo una gran influencia de Teotihuacan en quienes habitaron y desarrollaron Tenochtitlan en el Valle de México.
Para Matos Moctezuma, quien en 2022 ganó el Premio Princesa de Asturias en la categoría de Ciencias Sociales, es importante ubicar temporalmente el inicio de las dos ciudades. Aunque Tenochtitlan se fundó en 1325 de acuerdo con algunas fuentes (entre seis o siete siglos tras la caída de Teotihuacan), hay evidencias de que los mexicas adoptaron elementos teotihuacanos, entre ellos, quizá el más representativo, la arquitectura.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Eduardo Matos Moctezuma da mayores detalles del libro y expresa que gracias al conocimiento que adquirió de ambas ciudades en su trayectoria como investigador y fundador del Proyecto Templo Mayor, pudo hacer el ensamble de las dos ciudades.
“Ya desde hace tiempo yo tenía la intención de escribir de las dos ciudades. Ya lo había hecho, en pequeños tomos y demás, pero siempre de forma separada. Sin embargo, tuve la oportunidad de mostrar con mayor precisión las relaciones que existieron entre ambas ciudades, tomando en cuenta que entre una y otra, entre Teotihuacan que fue primero y Tenochtitlan que surgió mucho después, existieron una serie de conexiones que ahora muestro”, dice el arqueólogo.
Matos Moctezuma explica que una vez que el proyecto del libro fue aprobado, reescribió los nexos que identificó de las dos ciudades.
“Teotihuacan, es posible, que surgiera en el año 1 de nuestra era, y tuvo su declive, de acuerdo con las fuentes, en el 650 de nuestra, es decir, su desarrolló se dio casi en siete siglos, es importante señalarlo porque esta ciudad influyó en muchos lugares de Mesoamérica, su importancia es fundamental”, expresa.
Matos Moctezuma hace énfasis en los siete siglos que transcurrieron para que los mexicas se asentaran en el centro de México, sin embargo, explica, sabían de la existencia de Teotihuacan porque fueron capaces de ver la ciudad cubierta y deteriorada por el pasar del tiempo.
“La arqueología nos da evidencias de que los mexicas pudieron ver los montículos que se formaron en Teotihuacan cuando esta ciudad fue cubierta de vegetación. Pero adivinaron qué eran esos grandes montículos, intuyeron que ahí había pirámides, calles; intuyeron que ahí alguna vez existió una gran ciudad”, detalla.
Agrega que los mexicas no tenían información de quién había habitado alguna vez Teotihuacan, por lo que concluyeron que fueron los dioses quienes la construyeron.
“Como no sabían quién la había levantado, concluyeron que los dioses la habían construido, de ahí su nombre. Pero no sólo eso, los mexicas quisieron saber más de la obra de esos dioses, por lo que empezaron a excavar en Teotihuacan y a encontrar vestigios, los cuales, claro, fueron trasladados a Tenochtitlan”, abunda el investigador.
Y agrega que durante los trabajos del Proyecto Templo Mayor encontraron vestigios teotihuacanos, específicamente en los altares a los dioses Tlaloc y Huitzilopochtli.
“Encontramos no solo estas piezas teotihuacanas, sino imitaciones que los mexicas hicieron de la arquitectura teotihuacana, de murales y de otras representaciones que dejan ver la influencia de esta ciudad en Tenochtitlan”.
Otro punto que el reconocido investigador destaca es la planificación de la ciudad de Tenochtitlan, ya que tuvo una construcción similar a lo que fue Teotihuacan en su época de desarrollo.
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“Ya sea por sus propias excavaciones en la ciudad abandonada de Teotihuacan o por, quizá, tradición oral, ellos vieron que ahí hubo una gran cultura, una cultura atribuida a los dioses. Tan importante fue, que uno de los principales mitos mexicas tiene cabida en Teotihuacan, aquel relato que nos habla de cómo se convocaron los dioses en esa ciudad para crear el quinto sol”, explica Matos Moctezuma.
Aunque el libro aborda la influencia de las dos ciudades, también desarrolla sus historias y da nombre a los investigadores que las han estudiado y analizado.
“El libro está pensado para ilustrar de forma extensa la historia y a los protagonistas de ambas ciudades, cuenta con una gran variedad de fotografías e imágenes y con una gran bibliografía para que los lectores interesados puedan acudir a otros autores, que van desde el siglo XVI hasta el siglo XXI, que han trabajado en dos lugares”, expresa.
Sobre las fuentes históricas que utilizó para escribir el libro, Eduardo Matos Moctezuma señala que son pocas las fuentes que hacen referencia a Teotihuacan, pero las fuentes que relatan la historia de Tenochtitlan son extensas, por lo que pudo desarrollar el trabajo sin mayores dificultades.
Incierto, el fin de los teotihuacanos
Aunque es bien conocido que el final de la cultura mexica fue provocado por la llegada de los españoles, la caída de Teotihuacan continúa siendo una gran interrogante para los arqueólogos.
Matos Moctezuma plantea en el libro algunas hipótesis sobre el final de Teotihuacan, las cuales retomó de otros investigadores que han estudiado la cultura teotihuacana.
“Lo que sí es evidente es que en algún momento la parte central de la ciudad fue quemada y saqueada, hay evidencias, pero no sabemos a ciencia cierta quien lo hizo, algunos dicen que fueron grupos provenientes del norte, otros proponen que fue un levantamiento interno de gente teotihuacana en contra de la élite, pero la realidad es que no hemos podido definir con certeza el abandono de la antigua ciudad”, explica el investigador.
Sobre el final de Tenochtitlan, Matos Moctezuma apunta que las fuerzas españolas, aliadas con ciertos grupos indígenas, atacaron la ciudad y tomaron el control.
“Juntos asediaron la ciudad y la tomaron, culminando la Conquista el 13 de agosto de 1521, conquistando las dos ciudades mexicas, Tenochtitlan y Tlatelolco, y poco a poco se fueron expandiendo a otras zonas de Mesoamérica y al norte de México”, concluye el arqueólogo y antropólogo.