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, un arquitecto, educador y activista social radicado en Berlín, gana el Premio Pritzker de Arquitectura por una artesanía “sostenible para la tierra y sus habitantes en tierras de extrema escasez”, especialmente en África y su Burkina Faso natal, dijeron los organizadores el martes.
“Es igualmente arquitecto y servidor al mejorar las vidas y experiencias de innumerables ciudadanos en una región del mundo que a veces se olvida”, dijo Tom Pritzker sobre Kéré, ciudadano burkinés y alemán, al anunciar el premio, que es considerado el más alto honor en la profesión. Pritzker preside la Fundación Hyatt, que patrocina el reconocimiento.
En declaraciones a The Associated Press, Kéré , de 56 años, dijo que siempre había “querido crear espacios que le den a la gente una sensación de comodidad y que puedan inspirarlos".
“En un momento en que la pandemia ha dejado muy clara nuestra codependencia mientras también enfrentamos conflictos cada vez mayores en torno a la disminución de los recursos, me honra que mi enfoque se destaque con tanto honor”, expresó. “Me da una gran esperanza tener la experiencia de primera mano de que no importa cuán aparentemente pequeño y remoto sea tu comienzo, puedes ir más allá de lo que alguna vez creíste posible”.
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La mayoría de las obras construidas de Kéré se encuentran en África, en países como Benin, Burkina Faso, Malí, Kenia, Mozambique, Togo y Sudán. También ha diseñado pabellones o instalaciones en Dinamarca, Alemania, Italia, Suiza, el Reino Unido y Estados Unidos, dijeron los organizadores.
“Una y otra vez, en cierto sentido, ha regresado a sus raíces”, dijo la fundación. “Ha aprovechado su formación y obra arquitectónica europea, combinándolas con las tradiciones, necesidades y costumbres de su país”.
El arquitecto dijo a AP: “Comencé donde nací, y donde el crecimiento de la población es un tema clave y se necesita infraestructura con urgencia. Tenía un deber para con mi gente y era importante para mí usar materiales abundantes y construir con enfoques que causaran poca carga al medio ambiente. Así que mis edificios estaban orientados a la solución. Y me di cuenta de que estas soluciones eran transferibles entre ubicaciones y tiempos, ya que todas las crisis provocadas por el hombre necesitan soluciones basadas en el pensamiento sostenible”.
Kéré se ha especializado en diseños para instituciones escolares, de salud, edificios cívicos y viviendas. “A través de su compromiso con la justicia social y la participación, y el uso inteligente de materiales locales para conectarse y responder al clima natural, trabaja en países marginados llenos de limitaciones y adversidades, donde la arquitectura y la infraestructura están ausentes”, dijeron los organizadores.
Diébédo Francis Kéré: Arquitectura funcional y con consciencia
Render de la escuela Lycée Schorge en Burkina Faso. Imagen: Francis Kéré vía AP
Un proyecto de 2001 para la Escuela Primaria Gando en Burkina Faso, por ejemplo, fue un desafío para “satisfacer una necesidad esencial y redimir las desigualdades sociales”. Los organizadores dijeron que se requería una solución dual: “Un diseño físico y contemporáneo para una instalación que pudiera combatir el calor extremo y las malas condiciones de iluminación con recursos limitados, y una resolución social para superar la incertidumbre dentro de la comunidad”. Dijeron que Kéré recaudó fondos para el proyecto a nivel internacional y creó oportunidades de trabajo para ciudadanos locales.
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Como ejemplo de los materiales locales, el arquitecto usó arcilla autóctona fortificada con cemento para formar ladrillos que fueron diseñados para mantener el aire más fresco en el interior mientras permitían que el calor escapara a través de un techo de ladrillo y un techo elevado: ventilación sin necesidad de aire acondicionado. El proyecto permitió aumentar el alumnado de la escuela de 120 a 700 estudiantes.
“Él sabe, desde adentro, que la arquitectura no se trata del objeto, sino del objetivo; no el producto, sino el proceso”, dijo el jurado en su decisión. “Sus edificios, para y con las comunidades, son directamente de esas comunidades, en su construcción, sus materiales, sus programas y sus caracteres singulares”.
Los organizadores elogiaron “una expresión poética de la luz” en las obras de Kéré: “Los rayos del sol se filtran en edificios, patios y espacios intermedios, superando las duras condiciones del mediodía para ofrecer lugares de serenidad o reunión”.
Otro proyecto más reciente, en una escuela técnica en Kenia, utilizó piedra de cantera local y torres apiladas para minimizar el aire acondicionado necesario para proteger el equipo tecnológico. Y en el Instituto de Tecnología de Burkina, Kéré usó paredes de arcilla refrigerante y reutilizó eucaliptos colgantes para revestir techos de metal corrugado, dijo la fundación.
También le encargaron construir una nueva sede para la Asamblea Nacional de Burkina Faso en Uagadugú, después de que un levantamiento en 2014 destruyera la estructura anterior. Todavía tiene que construirse “en medio de los tiempos inciertos del presente”, dijo la fundación. El plan incluye una estructura en forma de pirámide para albergar un salón de actos para 127 personas en el interior y permitir una congregación informal en el exterior. “Habilitando nuevas vistas, física y metafóricamente, esta es una pieza de un plan maestro mayor, previsto para incluir flora autóctona, espacios de exhibición, patios y un monumento a quienes perdieron la vida en protesta por el antiguo régimen”, dijo la fundación.
Kéré es el 51er galardonado con el Premio Pritzker de Arquitectura, creado en 1979 por el difunto empresario Jay A. Pritzker y su esposa, Cindy. Los ganadores reciben 100 mil dólares y una medalla de bronce.
fjb