La académica de la UNAM, Alma Rosa Alva de la Selva considera que en México sí existe la libertad de expresión y que el diálogo “cara a cara” que se da todos los días entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y la prensa es sano y abona a la discusión pública; además, dice, no hay en la historia reciente del país un mandatario que compareciera cotidianamente ante los medios de comunicación como lo hace el actual titular del Ejecutivo. Eso, dice, contribuye a la construcción de una mejor relación entre la prensa y el poder.
Sin embargo, la investigadora adscrita al Centro de Estudios en Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, cuyas líneas de investigación son el desarrollo de los medios de comunicación en México, advierte que el debate nacional se debe elevar y que el Presidente no debe emplear calificativos contra la prensa, pero los medios deben defender su calidad y respetar la tradición de gran periodismo en México.
¿Existe o no un asedio a la libertad de expresión?
A mí no me lo parece así. Hechos como el desplegado de 650 intelectuales en el que indicaban que les parecía que sí existe un asedio, es, en realidad, una muestra fehaciente de que la libertad de expresión no lo está. En otros gobiernos hubo acciones contundentes en contra de quienes pensaban distinto. Me parece que ya no es así.
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¿Cómo definiría la relación que ha tenido la prensa con el gobierno en turno?
El gobierno actual está haciendo cambios en la relación que tiene con los medios. Lo que hubo en el pasado fue una verdadera luna de miel, había intercambio de lisonjas y de agradecimientos mutuos. En el Día de la libertad de prensa, que se celebra el 7 de junio, se reunían los editores de medios con los presidentes de la República. Hay referencias muy claras de esos encuentros con presidentes como Miguel Alemán o Adolfo López Mateos. Los medios les agradecían a los presidentes la libertad de expresión. Esto ha ido cambiando poco a poco en la medida que ha ido transformándose la tradición autoritaria.
Sin embargo, es en este gobierno cuando se quita el apoyo y la publicidad a muchos columnistas, y ahora están irritados por esa situación. La reacción de los medios ante el retiro de dinero público ha sido consistente y continúa en ataques, no están dispuestos a aceptar que, si ha habido una época con mayor libertad de expresión, es ésta, la que vivimos ahora. Ahora, en honor a la verdad, nunca habíamos tenido un Presidente que todos los días compareciese ante los reporteros y les respondiera a todas sus preguntas. Tan sólo para hablar del antecesor, Enrique Peña Nieto, dio apenas unas cuantas conferencias de prensa. Datos como estos son muestra de que se está buscando construir es una relación diferente entre la prensa y el gobierno. Lo cierto es que falta mucho por recorrer hasta conseguir una relación equitativa con una libertad de expresión afianzada.
Hay voces que señalan que el Presidente no puede entablar una conversación horizontal con la prensa porque es representante de un poder. ¿Qué opina?
Andrés Manuel López Obrador fue electo. Sin embargo, sí podríamos pensar que se ha hecho de un espacio que, en muchas ocasiones, es excesivo. Pero durante muchos años tuvo grandes limitaciones para expresarse. Quizá por eso ha tomado esa política de comunicación de tener un espacio cotidiano, con la que marca la agenda desde hace tiempo. Es un político que ha influido en la agenda mediática. Lo que sí creo es que la llamada mañanera debería tener otros lineamientos, no debería excederse y necesita de un cambio. Pero ese diálogo, cara a cara, entre el Presidente y la prensa, es un ejercicio muy sano. La prensa hace su tarea y hace planteamientos fuertes. ¿Cuál mandatario, de los que hemos tenido, habría resistido ese ejercicio cotidiano? Lo cierto es que también hay periodistas que no están siendo tan imparciales.
¿A qué se refiere cuando dice que no debería excederse?
A veces tiene una larga duración, han llegado a ser de más de tres horas. Eso es excesivo. El presidente tendría que ser más puntual. El formato debería ser revisado, resultaría muy sano un nuevo formato, acotado.
¿Y qué le parecen los adjetivos que utiliza el Presidente para referirse a un medio que no le gusta?, ¿tienen alguna implicación política?
No creo que sea conveniente que el Presidente use esos adjetivos para referirse a algunos medios. Sin embargo, sí ha sido patenten el sesgo informativo. A mí me parece que Andrés Manuel López Obrador se tendría que ahorrar esos adjetivos porque no abonan al debate y estigmatiza. Hasta los medios mal intencionados forman parte de una relación entre la prensa, el gobierno y la sociedad. Los epítetos no son buenos, siempre hay que ejercer la tolerancia. En todo caso, si va a criticar, que fundamente y no aplique adjetivos de ninguna índole.
Cuando se considera que en este gobierno hay más libertad de prensa, ¿no se minimizan los esfuerzos que han hecho los periodistas desde hace décadas?
Ha habido una tradición autoritaria desde hace muchos años, ejercían la censura y hubo autocensura para no tener que lidiar con los problemas. La libertad de prensa tenía poco espacio. Podemos mencionar al Excélsior de Julio Scherer, el surgimiento de la revista Proceso. Hay asedios a periodistas que están documentados. Y, ahora, uno de los informes de Artículo 19 del año pasado estableció que el gobierno de Peña Nieto fue, durante muchos años, el que más agresiones registró hacia periodistas. Estamos hablando de un problema serio y constante. Sí, había espacios de libertad, pero debemos decir que eran limitados. Pero también debemos decir que hay medios que han caído en el sensacionalismo, con encabezados claramente malintencionados y han perdido calidad en el ejercicio profesional.
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El debate nacional se debe elevar; el Presidente no tendría por qué emplear calificativos que no ayudan en nada, y la prensa tiene que ser más profesional, debe defender su calidad y respetar la tradición de gran periodismo que dejaron muchos y que otros muchos siguen ejerciendo hasta hoy. Yo he visto muchos titulares con sesgo que tampoco benefician a la libertad de expresión.
Y como estudiosa, ¿qué papel juegan los medios públicos en este contexto?
No sólo he estudiado a los medidos, he trabajado en ellos. Ahora, respecto a los medios públicos, que surgieron en el siglo XX, se han llegado a llamar medios oficiales y, por eso, estaban sujetos a los gobiernos de los estados, entidades y dependencias; a la fecha siguen atados a ellos en buena medida. De modo que estamos frente a un proceso de transformación de los medios llamados públicos, para convertirse en medios ciudadanizados. Ese es el camino que se tiene que seguir, pero no se puede hacer por decreto, sino que van de la mano de los avances reales de la democracia en el país. En la medida que haya más ciudadanos que se asuman como personas con derechos y que asuman también sus responsabilidades, que sepan de qué se habla cuando se habla de medios públicos, entonces conseguiremos una verdadera transformación. Las audiencias son una figura jurídica, pero pueden llegar a ser sujetos que reclamen contenidos de mayor calidad, pueden, incluso, participar en los medios.
Con Alma Rosa Alva de la Selva, EL UNIVERSAL concluye la serie de entrevistas sobre libertad de expresión en México que se realizaron a 57 periodistas, intelectuales, académicos y funcionarios, cuya publicación inició el pasado 15 de septiembre en las diferentes secciones del periódico.
SOBRE SU TRAYECTORIA
Académica de la UNAM
adscrita al Centro de Estudios en Ciencias de la Comunicación de la FCPyS.
Líneas de investigación:
Desarrollo de los medios de comunicación en México, régimen legal de los medios electrónicos en México, y sociedad de la información.
Libros:
Destaca La Ley Televisa y la Lucha por el Poder en México (coautoría) UAM, 2010.
Miembro
del Consejo Consultivo del Canal del Congreso.
FRASES
“Estamos frente a un proceso de transformación de los medios llamados públicos, para convertirse en medios ciudadanizados. Ese es el camino, pero no se puede hacer por decreto, van de la mano de los avances reales de la democracia”.
¿Cuál mandatario, de los que hemos tenido, habría resistido ese ejercicio cotidiano?... También hay periodistas que no están siendo tan imparciales”.