Más Información
Guadalupe Taddei solicitará ampliación del presupuesto para la elección judicial a la Cámara de Diputados; “si funciona, estaremos mejor en calidad y resultados"
Sheinbaum es una "consumidora voraz" de información: José Merino; el tablero de seguridad, herramienta clave, destaca
IMSS-Bienestar asegura mantener contratados a 2 mil trabajadores en entidades no adheridas al organismo
Rosa Icela Rodríguez se reúne con próximo titular del INM; “arrancaremos el 2025 con mucho trabajo”, asegura
SSa llama a tomar medidas preventivas ante bajas temperaturas; pide proteger salud por temporada invernal
Para el director de orquesta y violinista mexicano, Carlos Miguel Prieto, el que dos proyectos dirigidos por él (Orquesta Sinfónica de Minería y Louisiana Philharmonic Orchestra; LPO) hayan ganado un Grammy en un periodo de tres meses es “algo único”.
“Son ese tipo de cosas que uno sueña y no piensa que sean reales. Fueron dos instancias muy diferentes y pues sí, el hecho de que hayan ganado Grammys una orquesta que dirijo y otra que dirigí hasta el año pasado, comprueba que las cosas se hacen bien en ambos sitios. ¿Qué si lo planeé o lo soñé así? No. Yo soy una persona realista y sé que muchas veces a uno ni siquiera lo nominan. En ambos casos, fue un bonito premio al trabajo bien hecho”, señaló, en entrevista, Prieto, sobre la reciente noticia del Grammy a la mejor grabación de música de raíces regionales para Live: Orpheum Theater Nola, grabado hace poco más de un año por la LPO y The Lost Bayou Ramblers, banda cajún —música regional del sur de Luisiana.
La noticia es significativa porque se da por un material grabado el último año que Prieto estuvo al frente de la LPO: “Eso quizá es todavía más relevante. Fui su director durante 17 años. Los primeros seis o siete se dieron en circunstancias de supervivencia muy precarias para la Orquesta. Yo empecé a trabajar con esa orquesta una semana antes del paso del huracán Katrina en Luisiana. Katrina fue devastador para el área metropolitana de Nueva Orleans y causó dificultades para la orquesta: la sala de conciertos quedó destruida, las casas de los músicos también. Pero vi claramente cómo el trabajo de cada día iba mejorando la situación y acercando al público. Eso es una especie de premio para un trabajo que es muy de picar piedra desde el inicio”, afirmó y puso como ejemplo que el Grammy también es un reconocimiento al énfasis de la LPO en trabajar con músicos de todo género, “artistas representativos de la cultura de Nueva Orleans, que es una ciudad multicultural con un enorme acervo de diferentes influencias”.
Lee también: Semana del Arte: Aduanas retuvo sus obras y tuvieron que recrearlas con cartón
Sobre The Lost Bayou Ramblers, dijo que cantan en francés antiguo, que es la lengua de los inmigrantes franceses que son parte de la cultura de dicha zona. “El idioma se perdió, pero la música no”. Recordó que no a todo el mundo le gustó el experimento porque hay quienes piensan que las orquestas deben limitarse a la música que fue escrita para ellas; pero fue muy enriquecedor. “La grabación en vivo del concierto que fue muy bien recibido y todos acabamos emocionadísimos”.
El contacto entre la LPO y The Lost Bayou Ramblers se dio de forma particular. La música de la cinta de Benh Zeitlin, “Beasts of the Southern Wild”, fue hecha, en parte, por The Lost Bayou... e impactó al público: “Me llamó mucho la atención que cantaran en francés y tocaran violín un poco al estilo irlandés”, dijo y recalcó que la película trata un tema difícil: la vida en una isla ficticia, inspirada en ciertas regiones de Luisiana. Contó que le pidió a un amigo que hiciera los arreglos e invitara a la banda. “En el proceso se cruzó el confinamiento y el proyecto se quedó dormido un par de años. Poco después de la pandemia lo hacemos realidad con toda la emoción que conlleva el regreso; el regreso, tras la pandemia, hizo que la emoción fuera doble”.
El “en vivo” de la LPO y The Lost Bayou Ramblers formó parte de un ciclo de conciertos en el que la orquesta invitó a seis o siete grupos ajenos a lo que habitualmente se espera en un conjunto de este tipo: hip hop, jazz, música latina en Nueva Orleans y, por supuesto, música cajún. “El público lo tomó muy bien. Se trató de grupos con sus propios seguidores y que le abrieron un panorama interesante de público a la orquesta”.
Lee también: Carmen Boullosa recibe el Premio Bellas Artes de Literatura Inés Arredondo 2023
De la mezcla entre la orquesta y el cajún surge una gama emocional, abundó, que va de la alegría a la nostalgia “y que tiene que ver con la vida en dicha zona. Es una vida solitaria y, al mismo tiempo, de contacto con la naturaleza; son como valses con algo de two-step y rock e influencias celtas, francesas y africanas. Y es música muy de Luisiana, celebratoria del momento y con un poco de tristeza y añoranza. Cualquiera que conozca Nueva Orleans, sobre todo, el territorio francés que está al Oeste, sabrá que, en este tipo de vida, el tiempo dura mucho y las tardes son largas”.
El resultado se puede escuchar en iTunes y Spotify, y próximamente será lanzado en vinilo. “Lo que puedo asegurar es que llamará la atención de quien lo escuche porque está hablado en francés; porque es un idioma musical interesante y accesible; y porque es un disco novedoso. A quien lo escuche en México le remitirá a ciertas partes del país donde la alegría y la tristeza se unen en la música, pienso en Veracruz”, concluyó Prieto.
A finales de 2023, el álbum Estirpe, del trompetista Pacho Flores con la Orquesta Sinfónica de Minería, dirigida por Prieto, ganó el Grammy Latino a la Mejor Obra o Composición Clásica Contemporánea.