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Leópolis. —Los ucranianos desplazados internos de Mariúpol intentan curar sus heridas psicológicas por la destrucción de su ciudad y encontrar fuerzas mediante sesiones de terapia artística.
Alrededor de 4 mil residentes de la devastada ciudad portuaria viven actualmente en Leópolis tras escapar del asedio ruso, que dejó al menos 22 mil muertos, según el ayuntamiento de Mariúpol.
Los primeros meses tras huir de los combates fueron los más difíciles, ya que la pérdida de sus hogares y seres queridos dejó a muchos psicológicamente destrozados, recuerda Oksana Hnatishin, directora de la reubicada Escuela de Arte Arjip Kuindzhi de Mariúpol.
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“Sabía por experiencia propia que el arte puede salvarte literalmente de volverte loco”, dice al recordar cómo los residentes desplazados de Mariúpol y otras ciudades atacadas empezaron a asistir a sesiones de terapia artística en la Sala de Órganos de Leópolis. “Al principio, tenían miedo y se sentían inseguros. Pero con el tiempo han aprendido a pintar bastante bien”.
Una desplazada orquesta filarmónica de Lugansk ensayaba en un escenario contiguo, lo que se sumaba al efecto terapéutico.
Más de un año después, los que asistieron a las sesiones de terapia artística vuelven a ser capaces de reír y sonreír. Se saludan unos a otros mientras Sueños, una exposición del arte que crearon, se inaugura en un centro cultural local.
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“La terapia artística verdaderamente nos ayudó. Lo habíamos perdido todo, vimos cómo explotaban casas, cómo morían nuestros seres frente a nuestros ojos. Aquí encontramos alivio”, cuenta Natalia Jarlanova, una de las decenas de refugiados que toman terapia artística.
Dice que va a construir una nueva vida en Leópolis, aunque Mariúpol sigue en su mente, hizo un cuadro de Arbat, la principal calle de la ciudad. Muchos otras obras representan el mar o edificios famosos, aunque muchas de las calles de Mariúpol ya no existen.