La desaparición inminente y total del Museo de Arte Contemporáneo Ateneo de Yucatán (MACAY) es un hecho prácticamente concretado, así lo denuncia la artista yucateca Rosario Guillermo a este diario.
Si bien la extinción del MACAY todavía no es oficial, es el futuro que vislumbra la comunidad cultural yucateca, tras la salida de quien fue su director por más de cinco años, el artista y curador Rafael Pérez y Pérez.
El 31 de diciembre pasado, Pérez y Pérez anunció en su cuenta de Facebook su renuncia al MACAY, luego de varios intentos de evitar que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Secretaría de la Cultura y las Artes de Yucatán se hicieran con el Ateneo Peninsular —espacio que albergó al MACAY durante 30 años— con el pretexto de la restauración de este histórico edificio.
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Más grave que el desmantelamiento de este museo dedicado al arte contemporáneo, es la incertidumbre sobre el destino de la colección del MACAY, la cual no tiene actualmente un recinto que la albergue y la exponga.
De acuerdo con Rosario Guillermo, en noviembre pasado se retiró lo poco que quedaba del MACAY del Ateneo Peninsular, ya que todo el edificio entró en restauración.
“El exgobernador de Yucatán, Mauricio Vila, se desentendió totalmente del museo. El nuevo gobierno es quien debe sacar la cara ante el INAH para defender el museo, y sé que la Secretaría de la Cultura se movilizó para que las piezas que se sacaron fueran a un par de universidades y centros culturales”, detalla la artista.
Guillermo subraya que la Fundación Cultural MACAY, asociación encargada de gestionar y cuidar el museo, ya desapareció, debido a que “ya no hay museo que gestionar”. “Hay algunas declaraciones que apuntan que la parte de arriba del Ateneo sería dedicado al MACAY, pero no hay acuerdos, y lo que es cierto es que el INAH se adueñó del edificio”, dice.
La artista señala que los trabajadores que quedaban para la operación del museo fueron despedidos poco después de que las últimas piezas del MACAY se trasladaran a otros espacios. “Sabíamos que había una deuda con los trabajadores, no se les había pagado, por eso ya el grupo MACAY para MACAY ya no metió las manos. Sabemos que sí se les pagó a los trabajadores, pero fueron despedidos poco después”, explica.
Agrega que la preocupación y tarea de los artistas y la comunidad yucateca es impedir la desaparición del MACAY, sin pelear el Ateneo Peninsular, el cual ya está ganado por el INAH para exponer parte de los vestigios hallados en las obras del Tren Maya.
“El INAH hará con el Ateneo lo que le dé la gana. Lo que pedimos es que no desaparezca el Museo de Arte Contemporáneo de Yucatán. Aunque debo decir que ya no puede ser el MACAY, porque ya desapareció la fundación, ya no hay empleados, ya no hay espacio, ya no hay director”, apunta.
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La artista cuestiona la falta de acción ante la problemática, ya que hasta la fecha no hay señales de que el gobierno de Yucatán tenga interés en continuar con el MACAY o abrir otro espacio dedicado a la exhibición de arte contemporáneo. “¿Qué va a pasar con las colecciones del museo? No sabemos. Las privadas, de la familia García Ponce, ya se las llevaron, pero hay otras colecciones de donaciones al museo, pero ya no existe, entonces la pregunta es ¿qué va a pasar con toda esa obra?”, cuestiona.
Para abordar el tema, mañana se realizará un foro dirigido a la ciudadanía de Yucatán, en la ex Facultad de Antropología ubicada en la calle 76, Mérida, a las 17 horas.
Se le preguntó al INAH su postura oficial sobre la situación en el recinto, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.