“Es cuestión de tiempo para que se convierta en un gran referente”, señala el coreógrafo, autor de la obra de "Amor, la Undécima Musa", de la compañía Los Corpógrafos, que se presentará sólo un fin de semana, con dos funciones en el Teatro Casa de la Paz. A grandes rasgos, explica, muchos saben cómo terminó su vida Guadalupe Amor, creando su propio mundo y viviendo en las calles. Más allá de una historia conocida, la pieza se centra en la recapitulación de todas las etapas en la vida de la escritora, también llamada la Undécima Musa y a quien, desde la subjetividad de la danza, da vida Isabel Beteta, bailarina y fundadora de Los Corpógrafos.

La idea inicial fue que Pita Amor quedara plasmada en su edad adulta por Beteta, aunque el hilo conductor, expuesto no sólo desde el lenguaje coreográfico sino desde el dramático, son las Décimas a Dios, con la fuerte impresión que el libro dejó en Miranda y la representación como especie de recuerdo ficticio del pasado de la escritora.

Además de que el eje sea el libro más famoso de Amor —que la obra parezca desencadenarse y cerrarse hacia estos poemas místicos— el espectador transita, incluso, por las facetas emocionales de Amor. “Lo que me inspiró para hacer la obra fue que, en algún momento, un amigo actor me leyó una décima. También me leyó a Sor Juana Inés de la Cruz, pero Pita Amor fue quien me flechó. Entonces, sentí que eso era danza, que la palabra tenía movimiento”, explica y puntualiza que dicha anécdota le sirvió como punto de partida para estructurar la obra y adentrarse en el mundo de la escritora, sus extremos, que van de la infancia a la vejez con un poco de amargura, de locura y felicidad que intentan dejar plasmados en escena.

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“En la obra, las Décimas… pueden interpretarse como si se trataran de ciertas personas durante una etapa de vida, ciertos recuerdos de Pita Amor. Los bailarines siempre están vestidos de blanco y eso permite evocar otras escenas en cualquier momento. Por medio de la escena tratamos de que todo sea legible”, continúa y recalca que un punto fuerte es la experiencia de Beteta en la danza Butoh, que sirve para plasmarle una mayor intensidad a la interpretación.

Por último, Miranda pone la mira en el manejo que Beteta hace de las emociones y su capacidad para cambiar de un sentimiento a otro, pasar de la felicidad a la tristeza en un segundo. Amor, la Undécima Musa se podrá ver en el Teatro Casa de la Paz de la UAM (Cozumel 33, Roma) el sábado 31 de agosto, a las 19 horas, y el domingo 1 de septiembre, a las 18 horas. Los intérpretes son Helena Hernández, Gabriela Puebla, Eustorgio Guzmán, Saúl Gurrola, Carolina Ureta y la ya citada Beteta.

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