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En las avenidas Chapultepec y Doctor Río de la Loza fueron encontrados 45 muros de cimentación de finales del siglo XIX e inicios del XX, concentraciones de loza fina y cerámica, además de rieles de tranvía de mediados del siglo pasado, que habrían formado parte de los inicios de la colonia Doctores.
Los descubrimientos fueron hechos cuando trabajadores realizaban obras de renovación de infraestructura lumínica, de drenaje y sustitución de aceras que el Gobierno de la Ciudad de México lleva a cabo sobre esas avenidas.
Tras el hallazgo, trabajadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) hicieron labores de salvamento arqueológico.
Los especialistas del INAH detallaron que los 45 muros fueron ubicados a profundidades que llegan a los 2.5 metros bajo el nivel de la calle. Los muros tienen grosores de entre 60 y 70 centímetros, hechos mayormente con piedras basálticas negras y unidos con argamasas de cal y arena.
Sin embargo, en el sitio no solamente se encontraron los muros, también fueron hallados los remanentes de un canal subterráneo de agua, de 1.20 cm de ancho por 1.70 cm de alto, que estaba tapiado con lajas de basalto y, por su ubicación, sobre avenida Chapultepec y entre las calles de Morelia y Guaymas, cerca del actual monumento a Giuseppe Garibaldi, pudo haber sido un ramal o derivación del acueducto virreinal de Chapultepec.
Los especialistas del INAH propusieron que el canal habría podido llevar agua a un edificio civil, un templo o alguna plaza del barrio de La Romita
El arqueólogo de la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA) del INAH, Daniel Santos Hipólito, explicó que las acciones de salvamento iniciaron en junio pasado y se extenderán hasta enero de 2021, en un área de 4.61 kilómetros, entre la Glorieta de los Insurgentes y la avenida Balderas.
Para cubrir esa extensión, se crearon cuatro tramos de supervisión a cargo de Santos Hipólito y de las arqueólogas Marlen Palacios López y Martha Araceli García Orihuela.
“Frente a un predio de Río de la Loza, localizamos restos del sótano de una antigua casa. Era una bóveda de cañón corrido con techo de ladrillo, misma que podría haber sido usada para fraguar metales, ya que encontramos algunos cajetes de grafito que guardaban restos de metal en su interior”, detalló Santos Hipólito.
Los arqueólogos aún no han recuperado piezas completas, pero en algunas calles, como las de Dinamarca, Havre y Guaymas, “se detectaron concentraciones de lozas finas en proceso de manufactura, las cuales, probablemente, por acabados como el denominado ‘oro sobre blanco’, fueron elaboradas para imitar marcas de cerámicas europeas como la Petrus Regout & Co. Maastricht, de Holanda”
Los especialistas agregaron que entre la avenida Chapultepec y la calle Enrico Martínez también se han encontrado concentraciones de caracoles acuáticos de la especie Helisoma orbicular y Physa sp.
Dado que no se habían reportado cimientos en la zona, el INAH recomendó a la empresa contratista encargada de las obras de infraestructura que los vestigios queden protegidos por una geomalla y distintas capas de grava y arena, y así dar paso a las jardineras de la nueva acera.
nrv