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La Constitución Política de la Ciudad de México, que ayer entró en vigor, garantiza los derechos culturales irrestrictos para cualquier persona, grupo o comunidad que habite o visite la capital del país.
El documento que fue aprobado y publicado en la Gaceta Oficial el 5 de febrero de 2017, señala que, por ejemplo, el patrimonio cultural, material e inmaterial en la Ciudad de México es de interés y utilidad pública, por lo que el gobierno de la ciudad garantizará su protección, conservación, investigación y difusión.
Ahí mismo se señala que el gobierno de la Ciudad otorgará estímulos fiscales para el apoyo y fomento de la creación y difusión del arte y la cultura; y que los grupos y comunidades culturales gozarán del derecho de ser reconocidos en la sociedad.
A la par, con la Carta Magna quedan establecidos los derechos que ya tienen los pueblos y barrios originarios y comunidades residentes en la Ciudad de México.
Entre las garantías está que “tienen derecho a preservar, revitalizar, utilizar, fomentar, mantener y transmitir sus historias, lenguas, tradiciones, filosofías, sistemas de escritura y literaturas, y a atribuir nombres a sus comunidades, lugares y personas”.
Es así que desde ahora, entre las garantías que tienen los ciudadanos está el derecho de elegir y que respeten su identidad cultural y su propia cultura; el acceso al patrimonio cultural que constituye las expresiones de las diferentes culturas; así como acceso a ejercer las propias prácticas culturales, siempre y cuando no se opongan a los principios y disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, de los tratados internacionales y de esta constitución.
La Carta Magna de la Ciudad de México señala que de manera enunciativa y no limitativa, los ciudadanos tienen derecho a “ejercer en libertad su derecho a emprender proyectos, iniciativas y propuestas culturales y artísticas”; además pueden “construir espacios colectivos, autogestivos, independientes y comunitarios de arte y cultura que contarán con una regulación específica para el fortalecimiento y desarrollo de sus actividades”.
El eje central de la Constitución reconoce que la ciudad tiene una composición pluricultural, plurilingüe y plutiétnica sustentada en sus pueblos y barrios originarios.
Sin embargo falta definir cómo y de qué manera la ciudad va a impulsar la constitución de espacios colectivos, autogestivos, independientes y comunitarios de arte y cultura; y la manera en que otorgará estímulos fiscales.