“Mientras que los estudiantes no quemen algún edificio o el escándalo no aparezca en las noticias, la (UNAM) no hará nada”, señala un grupo de científicos del (ICN) de la UNAM, que acusa a la jefa de Departamento de Gravitación y Teoría de Campos del ICN, la doctora , de plagiar dos artículos y falsear información curricular.

En entrevista, los denunciantes piden permanecer en el anonimato, puesto que temen posibles represalias académicas de la institución en su contra. Los antecedentes en torno a la polémica de Escamilla no son recientes: empezaron un año antes de la pandemia, con su ingresó al ICN. La elección de una jefatura departamental es, por lo común, resultado de un proceso delineado. “Para entrar a esos institutos hay que ganar un concurso, pero en su caso esto no sucedió. La impulsaron tanto que hasta ciertos medios de comunicación publicaron artículos sobre ella. Pero se pasó por encima de los mecanismos de contratación”.

Tras la designación no democrática denunciada, el nombre de Escamilla volvió a desatar ruido en la comunidad hasta hace dos meses, cuando circuló, a nivel interno, material que evidenciaba dos plagios y un Currículum Vitae en el que hubo poca precisión o se manipularon ciertos datos. Uno de ellos es el artículo “Cómo una disputa sobre un solo número se convirtió en una crisis cosmológica”, que la doctora Escamilla publicó en el Boletín de la Sociedad Mexicana de Física (número 36-1, enero-marzo 2022, páginas 19 a 26) con otras fuentes y que —denuncian— podría estar plagiando al menos seis artículos.

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Para empezar, el título del artículo es una traducción de otro publicado en la revista Scientific American: “How a Dispute over a Single Number Became a Cosmological Crisis”, publicado el 1 de marzo de 2020 por el periodista de divulgación científica estadounidense Richard Panek. El sumario del mismo: “Dos medidas, una observada y otra inferida, de la rapidez con que se expande el Universo no pueden ser ambas correctas. Algo debe ceder, pero ¿qué? la teoría o las observaciones”, es una traducción casi idéntica del que escribió Panek: “Two divergent measurements of how fast the universe is expanding cannot both be right. Something must give—but what?” También los tres puntos en resumen con los que inicia el artículo son casi una traducción exacta.

También hay una copia casi idéntica de una ilustración que Jen Christiansen hizo para el artículo y que lleva la leyenda “Cosmic Microwave Background”; mientras que Escamilla le añade un par de señalamientos en gris al centro y el título “Mapeando al universo”. El mismo método (traducir-plagiar) usó la académica con el artículo “Finding a consistent constant” de K. Cooper, publicado en la revista inglesa Physics World el 8 de julio de 2020.

Y hubo otras traducciones que también usó, con sólo añadir o quitar una palabra u oración, como la del artículo “Probing the Hubble Constant with NASA’s Roman Space Telescope”, incluido en la página del Telescopio espacial Nancy Grace Roman de la NASA. Lo mismo hizo con el artículo de S. Warren, “The Hubble constant, explained”, publicado en el UChicago News.

Escamilla también tomó una imagen de la nota “IAU members vote to recommend renaming the Hubble law as the Hubble-Lemaitre law” de la International Astronomical Union (IAU), y aunque aquí sí cita la agrupación, el pie de foto es una traducción del inicio de dicha nota.

Del artículo “Henrietta Swan Leavitt, madre de la cosmología moderna” publicado por Patricia Sánchez Blázquez y Pablo G. Pérez González en El País el 20 de mayo de 2020 se copiaron casi por completo dos párrafos.

El artículo de Escamilla fue retirado del Boletín de la Sociedad Mexicana de Física “por haberse encontrado varias omisiones por parte de la autora como del editor, lo cual se nos hizo notar por un medio anónimo. En un número próximo aparecerá una versión corregida”, según una nota firmada por el editor, J. Julio E. Herrera Velázquez.

Además de las coincidencias que se señalaron en este caso, en redes sociales circuló un documento que compara cuatro publicaciones con otro artículo de Escamilla: “Physical cosmology gets its freckles: About Peebles’s Nobel prize in physics 2019”, publicado en la página 147 del volumen 36, número dos, de la Revista Cubana de Física, de diciembre de 2019.

La entrada del artículo es también una copia casi exacta de las notas de “Physical cosmology”, de Tom Theuns, que puede consultarse en la página web del departamento de astronomía del California Institute of Technology. También hay párrafos tomados de “Astrophysics and cosmology”, de J. García-Bellido, que puede leerse en la base de datos de artículos escolares y científicos Arxiv. Incluso del anuncio de prensa del Premio Nobel de Física de 2019 para James Peebles, “New perspectives on our place in the universo” tomó un párrafo. También fue plagiado el artículo “Walking the Planck: Our Lopsided Universe” que J. Ouellette publicó en el blog Scientific American el 21 de marzo de 2013.

Las primeras denuncias, como ya se detalló, sucedieron hace dos meses; mientras que el oficio fue presentado a Escamilla hace un mes. A la fecha no ha habido respuesta, aseguran.

A través de redes sociales también empezó a circular un documento en el que se denuncia que el Currículum Vitae de Escamilla miente al señalar que ella tiene el grado de Doctor por las universidades del País Vasco y de Oxford.

Otros científicos le pidieron información sobre Escamilla a la persona señalada como su asesor en Oxford, el profesor Pedro Gil Ferreira, quien explicó, en una carta, que ella no fue su estudiante, que sólo permaneció en Oxford para cumplir una visita de dos semanas pagada por la universidad del País Vaco. “Asistir a los seminarios y conferencias, pasar el rato, a eso se reduce su interacción con la universidad”, dicen los denunciantes.

Desde su ingreso al ICN y hasta poco después de la circulación de los documentos en redes sociales, Escamilla señalaba en su CV el doble grado. Pero los inconformes precisan que lo que Escamilla hizo es, en realidad, un doctorado internacional, grado que se obtiene con una estancia de, por lo menos, dos semanas, en otra universidad. “Es lo que ella hizo en Oxford. No es lo mismo tener un doctorado internacional que tener dos doctorados. La gente se confunde, mientras que ella está feliz al no aclarar que tiene un doctorado internacional”.

buscó a Pilar Carreón para saber por qué el Tribunal Universitario no ha intervenido, pero al cierre de la edición no hubo respuesta.

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melc